SITIO DE LISANDRO REYES ARMSTRONG
El sitio del TATA-LICA

Capítulo 4: Los Dioses Olímpicos

DIOSES OLÍMPICOS:
ZEUS (Júpiter), POSEIDÓN (Neptuno), HERA (Juno) , PALAS ATENEA (Minerva), AFRODITA (Venus) , Eros y Psique, APOLO (Apolo), el Oráculo de Delfosy su melliza ARTEMIS (Diana),  Artemis y Acteón,   ARES (Marte), HEFESTO (Vulcano), HERMES (Mercurio), DEMÉTER (Ceres)Los misterios Eleusinos,  HESTIA (Vesta), HEBE (Juventas) e ILITIA (Lucina).


NO ESTÁN EN EL OLIMPO
:
HADES (Plutón)los Campos Elíseos  
DIONISIO (Baco),  Dioniso y AriadnaMénades, Sátiros y Faunos      

4.01 ZEUS (JÚPITER)
Nov-2002
 
Padre de los dioses y de los hombres, es el dios soberano que reina sobre todo lo que existe en el mundo, lo que incluye a la tierra y al cielo. (ver el mundo s/g los Griegos)
 
Para las tribus primitivas de Grecia, Zeus era el dios del clima, de la lluvia y de las tormentas. La palabra Zeus tiene raíces en la palabra “dios” en el antiguo griego.
 
Hijo de Cronos (Saturno) el dios del Tiempo, y de la Titánida Rea (Cibeles), nieto de Urano, el Cielo. Es el soberano supremo de los dioses del Olimpo donde reside y es quien imparte y mantiene la Ley y la Justicia sobre los dioses y sobre todas las criaturas vivien­tes. Es el paradigma de la Justicia Cósmica de la que eran tan adictos los griegos. (ver el reinado de Zeus)
 
Sin embargo Zeus vive con el temor de que se cumpla la maldición de su abuelo Urano y de su padre Cronos: “igual que a mí: uno de tus hijos te destronará y te matará”. Razón por la cual Zeus evita tener hijos legítimos y elude a sus esposas, Hera en especial.
 
Después de la guerra contra los Titanes, junto con sus hermanos Poseidón y Hades, dominan el Mundo.  Sus hijos son los dioses más impor­tantes del Olimpo.
 
También es llamado Crónida (hijo de Cronos) o Saturnio (hijo de Saturno) y a veces Jove.
 
Homero, canta a Zeus como:
 
el que amontona las nubes.
el que se complace en arrojar rayos.
el que hiere con el poderoso rayo.
el que hace justicia entre los dioses y entre los hombres.
el que empuña el magnífico cetro que le forjara Hefesto.
 
el próvido                         el largo vidente
el tonante                          el prepotente
el gloriosísimo                  el fulminador
el que lleva le égida.
 
Hesíodo lo nombra el Señor de la Justicia.
 
LOS ORÍGENES DE ZEUS:
 
Después de que Rea engañara a Cronos entregándole una piedra envuelta en pañales, salvando a Zeus de ser devorado, lo escondió en una caverna en el monte Ida de la isla Creta.
 
Allí fue protegido por las Coribantes que hacían resonar sus armas tapando el llanto del bebé Zeus para que no lo oyera Cronos. Las Ninfas, las Dríadas y demás divinidades, lo criaron y cuidaron. Amaltea fue una de las nodrizas de Zeus. Era una náyade que poseía un cuerno de toro del que podía extraer comida y bebida sin fin y en abundancia. También se llama Amaltea la cabra que amamantó a Zeus y que después de su muerte, de su cuero se fabricó la égida, el escudo de Zeus.
 
El joven Zeus, ya crecido, liberó a sus hermanos, se alió con los Cíclopes y con los Gigantes de Cien Manos y derrotó a los poderosos Titanes. Ver detalles de la guerra de los Titanes en el  Reinado de Zeus.
 
Más tarde Zeus derrotó a los Gigantes Alóadas y al terrible monstruo Tifón, último intento de Gea, la Tierra, por vengar a sus hijos. Zeus confinó al Tifón en las profundidades del volcán Etna en Sicilia, desde donde todavía de vez en cuando arroja su fuego hacia el cielo.
 
Al final de la guerra, liberados de los Titanes y confinados en el Tártaro, Zeus y sus hermanos bañaron de luz el Universo, lo ordenaron y lo dividieron en tres Reinos:
  •  el Reino de la Tierra y del Cielos dominado por Zeus (Júpiter)
  •  el Reino de los Mares dominado por Poseidón (Neptuno)
  •  el Reino del Más Allá y de los Muertos, dominado por Hades (Plutón)
Pese a la división del Universo en esos tres Reinos, Zeus es reconocido y respetado como el padre y soberano de todos los dioses a quién todos ellos deben obediencia y pleitesía.
 
SU DESCENDENCIA:
Zeus, temeroso de que la tradición se repitiera y uno de sus hijos lo destronara, devoró a su primera esposa la oceánida Metis, al saber que estaba embarazada esperando a Atenea.
 
Zeus se enamoró de su hermana, la hermosa Hera (Juno), con quién se casó, pero evitaba tener hijos, por miedo a que lo destronaran. Hera molesta porque Zeus no deseaba tener hijos, tuvo a su primogénito por partenogénesis, es decir sin la intervención de Zeus. Éste fue Hefesto (Vulcano), el artesano, el herrero y el dios del fuego, que lamentablemente nació deforme, feo y cojo, por lo que fue arrojado al mar por su madre, al más puro estilo Espartano, donde las madres se deshacían de sus hijos deformes arro­jándo­los a un precipicio sagrado. Más tarde Hefesto, en reconocimiento de su magnífica labor como orfebre y artesano, fabricando armas y utensilios a los dioses, fue admitido de regreso en el Olimpo.
 
Zeus tuvo de Hera sólo tres hijos, se dice que Hera los consiguió con argucias y tretas:
 
Ares (Marte) dios de la Guerra.
Hebe (Juventa) diosa de la Juventud y copera de los dioses en el Olimpo.
Ilicia o Ilitia diosa de los alumbramientos.
 
Palas Atenea, la diosa de la Inteligencia, emergió de la cabeza de Zeus, ya adulta, armada y con todos sus atuendos, ayudada con un hachazo que Hefesto propinó a Zeus.
 
Algunos de los hijos de Zeus concebidos fuera del matrimonio, fueron importantes dioses y personajes. Entre otros:
 
de Leto (hija de Ceos): Apolo y Artemisa (Diana)
de Dione (Oceanide): Afrodita (Venus)
de Maya (Mayor de las Pléyades): Hermes (Mercurio)
de Sémele (Hija de Cadmo): Dioniso (Baco)
de Leda (Hija de Testio): Helena de Troya
de Eurineme (Oceanide): las 3 Gracias
de Mnemosine (Titánide): las 9 Musas
de Temis (Titánide):
        Niké, la Justicia
        Eunomía, el Orden
        Erené, la Paz
        las Parcas
        las Horas
        las Estaciones
 
Zeus tuvo numerosos hijos con diosas, divinidades menores e incluso mortales. (ver hijos de Zeus). Para seducir a quien le interesaba se valía de innumerables trucos y tretas o tomaba distintas apariencias, por ejemplo, para seducir a Leda tomó la forma de cisne; a Europa, de toro; a Danae, de lluvia de oro; a Alcmena, de su esposo Anfitrión; a Ganímedes, de águila; a Antíope, de sátiro. Con Mnemosine yació nueve noches seguidas, concibiendo en ella a las nueve Musas.
 
Sus amantes y los hijos de sus amantes fueron perseguidos con perseverancia por su celosa esposa Hera y hay incontables historias de aquello.
 
Sémele, la madre de Dioniso, murió antes de su nacimiento, dicen que por celos de Hera, dicen que retuvo a Ilitia la diosa de los partos, por lo que Zeus guardó a su hijo no nacido: Dioniso, en uno de sus muslos hasta que estuvo listo para nacer.
 
Zeus se enamoró del mancebo Ganímedes a causa de su belleza, por lo que envió un águila a raptarlo y llevárselo al Olimpo. Otros dicen que fue el mismo Zeus transfigurado en águila el que raptó al mancebo. Ganímedes reemplazó a Hebe como copero de los dioses en el Olimpo.
 
Zeus y los Hombres: Debido a que los hombres fueron beneficiados por el robo de una chispa del fuego (la inteligencia) de los dioses y otros atributos, a Zeus no le gustan ni es propicio de los hombres ni de sus obras. (ver Prometeo)
 
Zeus se mantiene distante de los hombres y no hay evidencia de que les haya ayudado, como otros dioses, divinidades y semidioses ayudan a los hombres. Incluso Zeus trató de destruir con un diluvio a la civilización que habían creado los hombres durante la Edad de Bronce. (ver Deucalión)
 
A Zeus se le representa como un fornido y atractivo adulto, con abundante cabellera y barba, de imponente aspecto, vestido sólo con un manto, portando la égida, el cetro o los rayos en la mano, a veces sentado en un trono.
 
La égida es su escudo protector confeccionado por Hefesto con la piel de la cabra Amaltea, que lleva en el centro la horrible cabeza de la Gorgona Medusa. En ocasiones se la presta a Palas Atenea, su hija favorita.
 
La obra de arte más imponente que lo representa, era la estatua de Fidias hecha de maderas finas, marfil y láminas de oro para el templo dedicado a él en Olimpia.
 
Su heraldo es el águila. Sus atributos son: el trono, el cetro, el rayo, el toro, el roble y el olivo.
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4.0.2 POSEIDÓN (NEPTUNO)
Oct-2002
 
Hermano de Zeus y de Hades, con los que se reparten el reinado del Mundo. Es el dios de los mares y de los terremotos. Mora  en el fondo del mar en un castillo de oro y coral, en un lugar llamado Egas. Cruza el mar en un carro tirado por caballos marinos y rodeados de delfines.
 
Aun cuando los marinos confían en que el dios de los mares los protegerá y harán su viaje seguro, Poseidón es un dios temperamental. Cuando está de buen humor, calma las tempestades, hace al mar calmo y hasta crea nuevas tierras en el mar, pero cuando está de mal humor o alguien lo irrita, basta un golpe de su tridente, regalo de los Cíclopes, para provocar terremotos, inundaciones o hundir barcos. Con los hombres fue generoso, les regaló el caballo.
 
Hijo  de Cronos y de Rea, tiene como hermanos, además de Zeus y Hades, a: Hestia (Vesta), Demeter (Ceres) y Hera (Juno). Fue confiado por su madre a la oceánida Caphira y a las Coribantes para su crianza y educación.
 
Homero, canta a Poseidón como:
 
el del agudo tridente
el que ciñe la tierra
el que circunda la tierra
el que sacude la tierra
el de cerúlea cabellera
 
SU DESCENDENCIA:
 
Su mujer, la rubia Anfítrite hija de Nereo (el dios de los mares interiores), le dio cuatro hijos:
 
* Tritón, mitad hombre y mitad pez, dios del mar
* los gigantes Orión y Anteo
* y el cíclope Polifemo
 
Al igual que los otros dioses, Poseidón tuvo numerosos hijos de otras diosas y divinidades. Muchos de sus hijos son héroes, reyes, gigantes, monstruos y animales.
 
Proteo, el Viejo del Mar, el adivino, cuya principal característica es cambiar su forma en forma continua, aun cuando vuelve a la original, es uno de los hijos de Poseidón.
 
Con Aethra tuvo a Teseo, el héroe y rey de Atenas que mató al monstruo de Creta el Minotauro, con la ayuda de Ariadna.
 
Con Cleito tuvo 5 pares de gemelos que fueron los primeros reyes de la Atlántida.
 
Persiguió a su hermana Deméter, quién para evadirlo se transformó en una yegua, se transformó en un potro y la poseyó. Su hijo fue un caballo alado: Arion.
 
También es el padre del otro famoso caballo alado: Pegaso que lo concibió con la Gorgona Medusa.
 
Aparte de los nombrados tuvo más de 100 hijos.
 
ALGUNOS RELATOS:
 
Se dice que cuando Poseidón decidió casarse con Afítrite, ella que deseaba permanecer virgen, huyó y se escondió con la ayuda del titán Atlas. Poseidón envió a muchos a buscarla, entre ellos un delfín, quien después de mucho bus­car la encontró y la convenció de casarse con Poseidón y además organizó la boda. Por ello los delfines pertenecen al séquito de Poseidón y además éste los colocó entre las constelaciones del cielo.
 
Poseidón aliado con Hera y Atenea, conspiraron para dominar a Zeus, pero Metis llamó al gigante de cien manos, Briareus, quién con su sola presencia hizo renunciar a Poseidón y a las diosas de sus ideas.
 
Poseidón construyó el férreo cerco que rodea al Tártaro y las puertas de bronce, detrás de las cuales fueron confinados los Titanes después de su derrota.
 
Poseidón compitió con Atenea por el patrocinio del Ática y principalmente de la ciudad de Atenas, de ella resultaría ganador el que ofreciera el mejor regalo a la ciudad. Poseidón golpeó con su tridente una roca del Acrópolis y creó un manantial de agua (la Acrópolis era un lugar árido y seco, sin agua), Atenea lanzó su lanza y en medio de las rocas apareció el primer olivo, resultando ganadora.
 
También compitió con Helios por el patronazgo de la ciudad de Corintio. Al final Helios quedó con la primacía de la ciudad y Poseidón quedó con la primacía del istmo del mismo nombre. También compitió con Hera por la ciudad de Argos, con Atenea por la ciudad de Troezen, con Dinisios por Naxos y con Apolo por Delfos.
 
Pese a su derrota por Atenas, Poseidón y Atenea a menudo trabajan juntos. Por ejemplo fue ella la que inventó los barcos que navegan sobre el reino de Poseidón y aun cuando Poseidón regaló a los hombres el caballo, fue Atenea quien enseñó a los hombres a criarlos y a domesticarlos para su uso y quién inventó el carro tirado por caballos.
 
Después de la guerra contra los Titanes, tuvo un altercado, apoyado por Apolo, con Zeus, por lo que fue castigado por Zeus, colocándolos a ambos por un año a las órdenes de Laomedon, rey de Troya, quién los obligó a construir los muros que defendieron a Troya. Al final de aquel servicio, Laomedon  se negó a pagar lo convenido, por lo que Poseidón, furioso devastó la tierra con inundaciones y envió a uno de sus monstruos marinos a asolar las costas. Le exigió a Laomedon  a entregar a una de sus hijas, Hesione, al monstruo, pero Herakles venció al monstruo y liberó a la muchacha.
 
Se le representa fornido, desnudo, con barba, con el tridente en la mano, sentado en su carro tirado por caballos de mar o delfines, o de pié entre las olas del mar, rodeado de delfines, a veces acompañado por su hijo Tritón.
 
Le están consagrados los delfines, los caballos, el pino
Sus atributos son: el tridente y el caballo.
 
No debe confundirse a Poseidón con el titán Océano, hijo de Gea y de Urano.
 
También está asociado al tema del mar, Nereo, hijo de Ponto (el mar) y de la oceánida Dóride, es el benigno dios de los mares interiores, el Mediterráneo entre otros, bienhechor de los marinos y padre de las 50 (ó 100) Nereidas.
 
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4.03 HADES (PLUTÓN)
Feb-2004
 
Como en otros casos, con el nombre de Hades existen en la Mitología Griega, dos entidades:
* el dios Hades
* y la zona subterránea del mismo nombre, donde están los muertos: el Hades. Es donde vive el dios Hades con su esposa Perséfone.
 
EL DIOS HADES
 
Es el temible Dios de las tinieblas y de los muertos, gobierna el reino subterráneo de su mismo nombre. Hijo de Cronos y Rea, es uno de los tres Dioses más importantes del Olimpo, junto con sus hermanos: Poseidón (Neptuno) que gobierna el Mar y Zeus (Júpiter) que gobierna el Cielo (donde están las nubes, el Sol, la Luna y las estrellas) y la Tierra.
 
Hades usa un casco que lo hace invisible, regalo de lo Cíclopes; su nombre significa “el que no se ve”. En oportunidades ha prestado su casco de la invisibilidad a otros dioses e inclusive a mortales héroes.
 
De todos los dioses, es una de las divinidades que, tanto los hombres como los dioses, lo evaden y tratan de no nombrarlo ni invocarlo.
 
Homero lo cantó como:
 
el que mora en las tinieblas            el que reina entre los muertos
el de la lúgubre morada                  el implacable
el inexorable                                   el aborrecido por los mortales
 
Hades no podía conseguir esposa que se atreviese a vivir con él en su terrorífico reino, así es que, enamorado de la bella Perséfone (Proserpina), hija de Zeus y  de  Deméter (Ceres), en una acción rápida y certera, abrió la tierra subió al mundo de los vivos y en su carro, la raptó. Hay innumerables obras de arte que representan este hecho.
 
La leyenda dice que Hades le regaló una granada encantada a Perséfone, el que la comiera no podría salir del Reino de las Tinieblas. En las representaciones artísticas se ve a Perséfone con esa fruta en la mano.
 
Por el rapto, la madre de Proserpina, Deméter, diosa de la Agricultura, y de la Fertilidad de la Tierra, quedó desolada. Desesperada la buscó día y noche por toda la tierra. Durante su búsqueda descuidó sus obligaciones y las plantaciones y los árboles no fructificaron. La naturaleza estaba tan triste como Deméter.
 
El justiciero Zeus, compadecido por los llantos de Deméter, dispuso que Perséfone pasase seis meses del  año con su madre. El regreso de Perséfone a la superficie de la tierra con su madre hace que ésta haga florecer a la tierra, produciéndose así la primavera.
 
Sin  embargo  Perséfone, más tarde, como Reina de  las  Tinieblas llegó a tener gran influencia sobre su esposo y por lo tanto gran poder.
 
Perséfone se enamoró de Orfeo cuando este bajó al Reino de las tinieblas buscando a Eurídice, su amada. Por ello persuadió a su esposo para que lo dejase retornar a la Tierra ya sin su amada porque la perdió en la última instancia.
 
Perséfone transformó en una planta a la concubina de Hades: Minthe. (Menta)
 
Los atributos de Hades son: el casco de la invisibilidad, el gallo y el perro Cerbero y le están consagrados el narciso, la menta, el álamo y el ciprés.


 
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EL HADES (el territorio)
Mar-2015
 
El territorio del Hades, también llamado Erebo, que significa tenebroso, es el lugar donde están los muertos, tanto los buenos como los malos, los héroes premiados por los dioses y también las divinidades castigadas.
 
Está conformado por los Campos de Asfódelos, los Campos Elíseos y el Tártaro.
 
No es un infierno, al estilo católico, aun cuando tiene un lugar de castigo: el Tártaro. El Hades es parecido al Sheol de los judíos. No hay aniquilación en el Hades, las almas permanecen allí por la eternidad, algunas premiadas, otras castigadas, la mayoría en forma anodina e infeliz. Las almas no pueden salir del Hades. A los premiados en el Elíseo se les permite volver a reencarnarse, pero pocos lo han hecho, no desean dejar ese paraíso.
 
Ningún ser vivo puede entrar y regresar del Hades, salvo casos aislados y excepcionales de algunos héroes como: Odiseo, Eneas, Orfeo, Heracles y Teseo.
 
La ubicación del Hades o Inframundo de la mitología griega es bajo la tierra. En otras versiones, Homero lo sitúa “más allá del río Océano y de las puertas del sol poniente”. Para los antiguos griegos, el sol poniente se sumerge en el Océano y más allá del Océano no había nada. Tanto los griegos como los romanos afirmaban que existen lugares, generalmente volcanes o cavernas, por los que se puede entrar al Hades, como lo hicieron algunos de los héroes.
 
Se ha dicho que partes del Hades están sobre la tierra, como los Campos Elíseos, que algunos lo ubican en las Islas de los Bienaventurados o Islas Elíseas, en el Océano Atlántico, “más allá de los confines occidentales de la Libia”, nombre que los griegos dieron a lo que ellos conocían del continente Africano.
 
Independiente de su ubicación, su territorio y sus partes están más o menos definidas e incluso se han dibujado mapas, a pesar de que las leyendas griegas no son consistentes sobre la geografía del más allá. No hay mucha información puesto que nadie ha regresado del más allá. Solo vagas leyendas y cautelosos relatos de los héroes que lograron llegar al inframundo
 
Cinco ríos cruzan el Hades y sus significados simbólicos son: el Aqueronte, el río de la aflicción, la pena o la congoja; el Cocito, el de las lamentaciones; el Flegetonte, el río de fuego; Lete, el río del olvido y el río o laguna del odio: Estigia. La laguna Estigia era la frontera entre los mundos superior e inferior. Todas las almas al llegar al Hades beben del Lete, el río del Olvido.
 
Veamos las características de los sectores del inframundo:
 
Los Campos de Asfódelos es el lugar donde reposan las almas de aquellos que tuvieron una vida equilibrada respecto a los conceptos del bien y el mal, que son la mayoría. Se describe como un lugar fantasmal, neutral. Sus habitantes no son ni buenos ni malos y permanecen allí eternamente.
 
Los Campos Elíseos o el Eliseo es la sección paradisíaca del Hades. Es el lugar donde las almas de los hombres virtuosos, los héroes y los favoritos de los dioses, han de pasar la eternidad en una existencia dichosa y feliz. 
 
EL Tártaro es un profundo e insondable foso, rodeado de una muralla de bronce. Su entrada está rodeada por el río de fuego Flegetonte. Es un lugar de prisión, de destierro y de castigo para los condenados. Allí moran las Erinias  (las Furias), las Gorgonas, las Arpías y mil otros engendros y temibles divinidades de tortura y de castigo. Allí fueron confinadas las tinieblas del Caos y han sido enviados en distintas oportunidades: los gigantes Hecatoncheires y los Alóadas, los Cíclopes, los Titanes: Atlas, Cronos, Epimeteo, Menecio y Prometeo, el terrible Tifón además de otros castigados como Tántalo, Sisifo e Ixión.
 
En alguna parte del inframundo, en medio de la oscuridad, se ubica el palacio donde mora Hades y Perséfone. Situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador, este palacio nunca ha sido descrito de verdad, excepto para decir que está formado por innumerables rincones, puertas y estancias, provisto de colosales columnas, oscuro, tenebroso y repleto de espectros. Un tétrico pasadizo conduce a un enorme y austero recinto en medio del cual se encuentra los tronos de piedra de Hades y Perséfone hasta donde llegó Orfeo buscando a su amada Eurídice. No se sabe mucho de este lugar porque nadie quiere hablar o saber de él.
 
HERMES guía las almas de los muertos al reino de Hades
 
Los fallecidos entran al inframundo cruzando la laguna Estigia transportados por el barquero Caronte, quien cobra por el pasaje un óbolo, pequeña moneda que los familiares ponían en la boca o en los párpados del difunto. Los pobres y quienes no tenían amigos ni familia, se quedan durante años en la orilla esperando la buena voluntad de Caronte para poder cruzar. Los griegos ofrecían libaciones para evitar que las almas de los difuntos volviesen al mundo superior a «perseguir» a quienes no les habían dado un óbolo o un funeral adecuado.
 
Caronte el barquero, hijo del Erebo y de Nix, es un viejo flaco, gruñón, avaro e inflexible, de ropajes raídos, sucios, con el pelo y la barba desgreñados, que elige a sus pasajeros entre la muchedumbre que se apila en la orilla de la laguna Estigia. Aristófanes muestra a Caronte lanzando insultos sobre la gente obesa.
 
El otro lado es guardado por Cerbero, el terrible y furioso perro de tres cabezas y cola de serpiente, quien cuida la puerta de entrada al Hades y se encarga de que los espíritus de los muertos pueden entrar pero ninguno salir. Además, vigila que ninguna persona viva entre al Hades.
 
Más allá, pasado Cerbero, las almas de los difuntos se presentan para ser juzgadas ante un tribunal formado por Minos, rey de Creta, Éaco rey de Egina y el hermano de Minos, Radamantis.
 
Según sea la sentencia, las almas heroicas o virtuosas van al Elíseo, las impías o malas son enviadas al Tártaro, y las ni virtuosas ni malvadas permanecen vagando en los Campos de Asfódelos. 
 


 

 

4.03.1 LOS CAMPOS ELÍSEOS o EL ELÍSEO
Sep-2014
 
Campos Elíseos o el Elíseo es la sección paradisíaca del Hades. Es el lugar donde las almas de los hombres virtuosos, los guerreros heroicos y los favoritos de los dioses, han de pasar la eternidad en una existencia dichosa y feliz.
 
El Elíseo se ha descrito como un lugar placentero que tiene un sol y unas estrellas propias, de retiro confortable y de absoluta felicidad caracterizado por un clima de eterna primavera, con frondosos bosques, con una gran variedad de árboles, pastos, flores, gran fertilidad natural, con varias cosechas al año sin necesidad de labrar la tierra, abundancia de frutos, cereales, superabundancia de aguas, gran cantidad de minerales como oro y piedras preciosas.
 
En definitiva, un paraíso donde se puede llevar una vida sin fatigas, sin necesidad de trabajar, exenta de todo tipo de enfermedades y con la presencia de elementos extraordinarios como ríos de vino, de leche y de miel. Es la antítesis del Tártaro, donde los condenados sufrían eternos tormentos.
 
En el primer texto griego en el que aparecen mencionados los Campos Elíseos, estos se ubican de forma vaga e indefinida en el extremo de la tierra, más allá de las aguas del Océano. Esta vaguedad geográfica es la causa de que autores posteriores a Homero sitúen estos parajes en los lugares más insólitos, como la luna, la isla de Rodas, la isla de Lesbos, las zonas limítrofes con el Nilo, las islas atlánticas, etc. Merece destacarse un texto de Plutarco, para quien los Campos Elíseos estarían en unas islas del Atlántico sur, que unas veces se identifican con Madeira y otras con las islas Canarias.
 
Se dice también, aunque no es una opinión compartida por todos los autores, que las almas de las personas que estaban en estos campos, no conocían la muerte, pues los únicos capaces de enviar mortales a este lugar eran los dioses, y más específicamente el dios Hipnos (Morfeo) que podía dormir a las personas.
 
El dios Hades es el gobernante de este lugar pero algunos opinan que en realidad es Cronos liberado del Tártaro por Zeus. Las personas que finalmente hayan sido destinados a este lugar podían elegir reencarnarse nuevamente en el mundo de los mortales, cosa que solo pocos elegían, ya que no quieren abandonar ese paraíso. Aquellos que ya hubieran gozado de los Campos Elíseos tres veces (tres reencarnaciones), iban a las islas Afortunadas o de los Bienaventurados. 
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4.04 HERA (JUNO)
Sep-2001
 
Esposa de Zeus, es la Reina del Cielo, la diosa del matrimonio, de la maternidad y patrona de las mujeres. Eternamente virgen, es también la diosa de las esposas fieles, a quienes defiende, castiga severamente a quien transgrede sus leyes. Esto la hace moralmente aceptable en las persecuciones que hace a las amantes de su esposo, Zeus y de sus hijos ilegítimos.
 
Hija de Cronos y Rea, hermana mayor de Zeus; según Homero fue recibida de manos de su madre, por el Padre Océano y por la Madre Tetis, por quienes fue criada y educada en su magnífico palacio submarino.
 
Su matrimonio con Zeus no fue afortunado debido principalmente a que Zeus, por temor a la maldición de su padre Cronos (“tus hijos te destronarán”), no quería tener descendencia con la bella Hera.
 
Fue la segunda esposa de Zeus, a quien le dio tres hijos: Hefesto, dios del fuego, Ares, dios de la guerra y Hebe, diosa de la juventud. Hesíodo agrega a Ilitia, diosa de los alumbramientos. Algunos escritores dicen que sus hijos fueron concebidos, contra la voluntad de Zeus, no con amor, sino con saña, inquina o por lujuria.
 
Su primogénito: Hefesto nació de Hera por partenogénesis, sin la intervención de Zeus, como represalia porque Zeus no quería tener hijos.
 
Zeus había concebido a Palas Atenea con su primera esposa Metis, a quién Zeus devoró cuando supo que estaba embarazada, por temor a tener hijos. Palas Atenea surgió de la cabeza de Zeus.
 
Debido a que su hijo Hefesto nació cojo, lo arrojó al mar desde el Olimpo, al más puro estilo Espartano, donde las madres se deshacían de sus hijos deformes arro­jándo­los a un precipicio sagrado.
 
También se dice que Hera es madre del terrible Tifón, monstruo que fue creado a instancias de Gaia, para vengarse de Zeus después que éste derrotara a los Titanes. Tifón fue abatido por los rayos de Zeus.
 
Fue muy celosa y vengativa. Persiguió implacable­mente a las múltiples amantes de su esposo y a sus descendientes.
 
Hera es una de las diosas más bellas y estaba orgullosa por ello. Debido a que el  príncipe troyano Paris en una competencia eligió a Afrodita como la más bella entre las diosas, Hera juró venganza eterna a los troyanos y por ello ayudó a los griegos en su guerra contra Troya. Por lo mismo, acosa a Afrodita y a sus amantes.
 
Homero, canta a Hera como:
 
la de bellos ojos negros.                la del pavo real.
la de singular belleza.                    la venerable.
la de los níveos brazos.                  la venerada
 
Camina en hermosas sandalias de oro y siempre es virgen porque recupera su virginidad bañándose en una fuente llamada Canathus en Argolia. Su carro es llevado por pavos reales.
 
Sus compañeras favoritas son las Gracias (Esplendor, Lozanía y Alegría) y las Horas (Legalidad, Derecho y Paz). Iris, la diosa del Arco Iris es su constante asistente.
 
La mancha blanca de estrellas llamada Vía Láctea, se formó con un chorro de leche de uno de los senos de Hera, que saltó cuando ella se dio cuenta que inadvertidamente estaba amamantando a Hércules y lo arrojó de sus brazos.
 
Las persecuciones de Hera de los amoríos de su esposo Zeus, fueron muchos y variados. Algunos de ellos:
 
* Hera supo que Zeus había prometido a su amante Sémele concederle todos sus deseos. Hera, transfigurándose en la criada de Sémele, la persuadió que le pidiese a Zeus, que se le mostrara en todo su esplendor, tal como se presentaba ante Hera. Como Zeus no pudo negarse, la visión del dios en toda su plenitud no fue soportada por la mortal Sémele, quién embarazada de seis meses de Dionisio, murió. Angustiado Zeus, tomó a su hijo no nacido y lo metió dentro de uno de sus muslos hasta que estuvo desarrollado para nacer. Después de nacer lo entregó a Hermes quien lo encomendó al Rey de Beocia primero y luego a Ino, la hija de Cadmo, persuadiéndolos que lo criaran como una niña para mantenerlo oculto de Hera. Pero Hera descubrió el ardid y volvió loco a Dionisio.
 
* Hera provocó toda clase de dificultades a Heracles, hijo de Zeus y de Alcmena, incluyendo la colocación de serpientes en su cuna. Hera cebó a la Hidra de Lerna, y al León de Nemea, fieras que Heracles destruyó en sus doce trabajos.
 
* Hera transformó a Io, amada preferida de Zeus, en vaquilla, y le puso como permanente vigilante al gigante Argos, el de los cien ojos. Luego Hera le envió un tábano furioso que hizo a Io, aún transformada en vaquilla, vagar a través de muchos países. Por su travesía a nado, el mar Jónico tomó de ella su nombre. Aun así Zeus transfigurado en toro tuvo varios hijos de ella. Hay otra versión que dice que fue Zeus quien convirtió a Io en vaquilla para esconderla de Hera.
 
* Debido a que Leto tuvo amores con Zeus, fue perseguida por Hera por todo el mundo, hasta que pudo esconderse en Delos donde dio a luz a sus mellizos, a los dioses Apolo y Artemis con grandes dificultades, debido a que Hera retuvo a Ilicia, la diosa que ayuda a las parturientas.
 
* Transformó en oso a Calisto, otra amante de Zeus. Fue muerta por su hijo a quién trató de abrazar cariñosamente, pero éste se defendió sin saber que era su madre. Zeus los puso a ambos en el cielo como constelaciones. (La Osa Mayor y la Osa Menor)
 
Hera fue al fondo de los mares a reclamar a sus padres putativos, Océano y Metis, de la transformación de Calisto y su hijo en estrellas, a lo cual Océano dispuso que la Osa Mayor y la Osa Menor, girasen y girasen en el cielo, sin nunca entrar en el mar como todas las estrellas lo hacen. En efecto esas dos constelaciones están siempre sobre el horizonte.
 
Se dice que cuando Zeus perdía la paciencia con ella por sus persecuciones, la encadenaba al monte Olimpo y le amarraba yunques en sus pies.
 
Hera, a su vez, con la ayuda de Poseidón y de Palas Atenea trató de encadenar a Zeus, pero Tetis vino en su ayuda y con el gigante Aegaeon, impidió tal ofensa.
 
Sus Heraldos son: la paloma, como símbolo de la fidelidad y el pavo real, como símbolo de la belleza y de la vanidad. Le están consagrados: la Granada (símbolo del matrimonio), el lirio y la corneja.
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4.05 PALAS ATENEA (MINERVA)
Jun-1999
 
Diosa de la Inteligencia, de la Razón, de la Sabiduría, las Artes, los Oficios, las Industrias y también de las batallas justas. Asociada a la Justicia (Diké) y a la Victoria (Niké). Hija favorita de Zeus, tiene una compleja y doble personalidad como lo indica su doble nombre. Su figura tiene una enorme cantidad de atribuciones. Preside todos los aspectos morales e intelectuales de la actividad humana.
 
La leyenda dice que su padre, Zeus, necesitaba de alguien que hiciese las cosas que él quería hacer pero que no podía, porque se lo impedía su condición de dios supremo de dioses, mortales y bestias, y de juez supremo imparcial a quienes todos recurrían.
 
Palas Atenea habría sido la hija de la oceánida Metis diosa de la prudencia y primera esposa de Zeus, pero Rea, madre de Zeus le recordó la maldición de su padre (...tu hijo te destruirá...), por lo que Zeus devoró a Metis, antes del nacimiento de Atenea. Más tarde brotó de la cabeza de Zeus (obvio, la diosa de la inteligencia brotó de la cabeza de Zeus), ya adulta, armada con todo su atuendo y su esplendor, haciendo resonar los cielos con su grito de guerra. Inmediatamente de nacida, se arrodilló ante Zeus y depositando sus armas ante él, dijo “Que nunca tenga que usarlas”
 
Se dice que Palas Atenea es la mente de los dioses.
 
Hefesto ayudó en su nacimiento, abriendo de un hachazo el cráneo de Zeus. Cuando nació, el cielo se oscureció, la tierra se estremeció y el mar se agitó violentamente. Se dice que a Palas Atenea se le miraba alternativamente como a una diosa temible, como la tormenta que provocó su nacimiento ó como una diosa dulce y apacible como queda el cielo después de las tormentas.
 
Como PALAS, es la diosa de las tormentas, de las batallas justas y caballerosas y de la Victoria, a diferencia de Ares, con quién a menudo polemiza. A distinción de Ares, quién a menudo es herido y aún derrotado, Palas es siempre victoriosa e invencible por ser la diosa de la razón. Es claramente una guerrera justiciera. Este  rasgo  de Palas es el que más destaca Homero. Sus batallas son para buscar la justicia, la prosperidad y luego el desarrollo, que es cuando surge su otra personalidad: Atenea.
 
Como ATENEA, es la diosa de la inteligencia, de la razón, de la sabiduría, de las artes, de los oficios y de la industria. Es en cierta manera colega y complemento de Hefesto. Inventora del calzado, del telar, de la flauta, de la trompeta y del arado. Presidía la agricultura. Es una diosa que enseña a disfrutar la belleza y la paz. Preside los aspectos morales e intelectuales de la vida humana, protege los Estados y los Consejos.
 
Es la protectora de las ciencias y de todas las artes, un privilegio que comparte con Hefesto. Por ser Atenea la diosa y de las Bellas Artes, se llaman “Ateneos” los lugares donde se practican y promueven las Bellas Artes.
 
Una vez tocó la flauta de su propia invención en el Olimpo en presencia de los dioses, pero aparentemente no lo hizo muy bien porque provocó la risa de algunos de ellos. Atenea, molesta, arrojó la flauta fuera del Olimpo y cayó en la tierra donde el dios Pan la encontró y aprendió a tocarla maravillosamente.
 
Representa también la pureza virginal, no tuvo hijos. Protege a las doncellas y a los matrimonios castos. Como Atenea es pura mente y espíritu, se mantiene virgen e indiferente al asedio de la carne. Desprecia la admiración que por su belleza le profesan. Por ello a veces se le llama Artemis y también Parthenos ('virgen'). Por su belleza, con sus brillantes ojos verdes (o azules según otros), rivaliza con Afrodita y con Hera. Es famosa su participación en el juicio de Paris, en el que compitió con Afrodita y Hera en belleza y que ganó Afrodita; ésta agradecida otorgó a Paris la mujer mortal más bella: Helena, por lo que desencadenó la guerra de Troya.
 
Cegó a Tiresias porque la vio desnuda bañándose en un río. Arrepentida le regaló un bastón mágico que lo guiaba y le otorgó el don de la adivinación. Tiresias llegó a ser el adivino más famoso de la Grecia antigua.
 
Tiene un hijo putativo: Erictonio  cuya paternidad se atribuye a un intento de Hefesto de poseer a Atenea. Esta, después de rechazarlo violenta­mente, se limpió de uno de sus muslos el semen vertido por Hefesto y lo arrojó al suelo. Ante tal hecho, la Madre Tierra produjo un niño que, más tarde fue recogido por Atenea y educado bajo su custodia en la Acrópolis. Según la leyenda era mitad hombre y mitad serpiente y llegó a ser un sabio gobernante de Atenas.
 
Atenea estuvo presente en numerosas ocasiones durante la Guerra de Troya, ayudando a los aqueos, pues dicen que nunca olvidó a Paris, ni a su familia ni a su tierra por la humillación que sufrió, cuando éste se pronunció en favor de la belleza de Afrodita.
 
Cuando comenzó la disputa entre el rey Agamenón y Aquiles por Briseida, la amada de éste, y aquél amenazó con arrebatársela, Aquiles estuvo a punto de desenvainar la espada y matar a Agamenón, pero entonces Atenea bajó del cielo, apareciéndose sólo ante él, y dándole un tirón en el pelo le impidió que atacara al rey.
 
Un trozo de la Hilíada dice: "...y Palas bajó en raudo vuelo desde las cumbres del Olimpo cual fúlgida estrella que, enviada como señal por el hijo del artero Cronos a los navegantes despide numerosas chispas, de igual modo Palas Atenea se lanzó a tierra y cayó en medio del campo de batalla causando estupor y asombro entre los bravos guerreros aqueos..."
 
Homero, en sus poemas, canta a la diosa, como:
 
la justiciera                           la favorita de Zeus
la gloriosísima                      la de los ojos verdes
la de centelleantes ojos         la de los ojos de lechuza
la de la faz apacible              la que lleva la égida
la indómita                            la que enardece a los guerreros
 
Palas ayudó enormemente a su padre y llegó a ser su favorita. Por ello porta en ocasiones la égida, el escudo de Zeus, hecho con el cuero de la cabra Amaltea que amamantó a Zeus y que está adornado con la horrible cabeza de la Gorgona Medusa. También está autorizada para usar el rayo, arma principal de su padre. 
 
Atenea favoreció a los hombres con sus enseñanzas y su legado. Les enseñó además de arar e hilar, a criar y domesticar caballos y usarlos en la paz para labrar la tierra y en la guerra en los carros de combate.
 
Aracné, una princesa de Lidia que hilaba tan bien como Atenea, osó desafiar con su arte a la diosa, siendo no sólo derrotada, sino también castigada. Fue convertida en Araña.
 
Poseidón y Atenea se disputaban la provincia del Atica en Grecia; los dioses dictaminaron que ganaría quien diera a los Hombres el mejor regalo. Poseidón golpeó la tierra con su tridente y brotó un manantial de agua, Atenea lanzó su lanza y donde se clavó, brotó un olivo. Los dioses se pronunciaron por el Olivo, (señal de triunfo y de paz).
 
Con este triunfo Atenea ganó la supremacía del Ática, por lo que sus habitantes nombraron a la ciudad más importante: Atenas, en su honor y levantaron templos a la diosa, el más importante era el Partenón, situado en la Acrópolis de Atenas.
 
Palas ayudó a héroes y mortales que luchaban limpiamente en proezas o trabajos ordenados por los dioses o por el Hado. Fue una constante compañía y ayuda para Erakles (Hércules) durante los 12 trabajos, ayudó a Perseo a derrotar a la Gorgona Medusa, con Hera protegió a los argonautas y a Teseo en todas sus aventuras. Durante la guerra de Troya luchó del lado de los Griegos y se dice que le dio la idea del caballo de madera a Odiseo, lo que terminó finalmente con esa larga guerra.
 
Atenea presidió el primer tribunal que juzgó un caso de homicidio, el asesinato de Clitemnestra a manos de su hijo Orestes, y estableció un tribunal permanente en Atenas. La diosa, que generalmente prefiere ver la mayoría de los casos desde el punto de vista de los hombres, absolvió a Orestes porque consideró que el crimen de Clitemnestra, que mató a Agamenón su marido, era más grave que el de Orestes, que mató a su madre Clitemnestra, para vengar la muerte de su padre. Algunos dicen que Atenea, por no tener madre, no aprecia el amor de un hijo por su madre.
 
Sus atributos son la lanza, el yelmo y la égida. Su heraldo es el búho y le están consagrados la serpiente, símbolo de la prudencia y el olivo, símbolo del triunfo y de la paz.
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4.06 AFRODITA (VENUS)
Ago-1987
 
Esta diosa, es uno de los personajes más importantes de la Mitología Griega, tiene una compleja personalidad y es un tanto difícil de explicar.
 
Es la diosa de LA CONSERVACIÓN DE LAS ESPECIES, de LA CONTINUIDAD DE LA VIDA, y de LA ATRACCIÓN y de LA SEDUCCIÓN, por lo tanto conlleva conceptos que si bien están también personificados en otros dioses, están intrínsecos en ella, como el amor, el placer, la gracia, el deseo, el despertar de la primavera, el impulso amoroso, la amistad, la alegría y el sexo. Se vale de todos ellos para su misión: la conservación de las especies y la continuidad de la vida.
 
Es una simplificación ingenua decir que Afrodita es la diosa del amor o de la belleza. Es mucho más que eso.
 
La belleza de Afrodita es una mezcla equilibrada de armonía, sensualidad, serenidad y atracción voluptuosa, distinta de la belleza fría de Artemisa (Diana) y de otras diosas como Hera y Atenea que compiten con ella por su belleza. También es distinta de la belleza asexuada representada por Apolo, el dios de la belleza, de la luz (exterior e interior), de la razón y del entendimiento.
 
Afrodita es también la diosa de todos los placeres y pasiones que tienen su origen en la atracción y en el amor, en todas sus variantes, incluso los amores homosexuales que eran comunes y no causaban traumas en esa época. Entre los griegos y romanos, se decía que incluso la amistad, era propiciada por Afrodita.
 
Como consecuencia de su influencia perturbadora, causa reacciones imprevisibles, provoca aventuras increíbles, hace perder el juicio a los más prudentes, y provoca las acciones más nobles y bellas y a la vez más irracionales y disparatadas.
 
Ni los dioses más poderosos escapan a su influencia.
 
 Homero la canta como:
 
la diosa de la atracción          la bella esposa del divino cojo             
la diosa del amor                   la más bella entre las bellas                
la diosa de la belleza             la de belleza inigualable
la de hermosa corona            la dorada
la risueña                               la benévola
 
EL ORIGEN DE AFRODITA:
 
Hay  dos versiones del nacimiento de Afrodita, la de Homero, que la considera hija  de Zeus y de la oceánida Dione y la de Hesíodo que narra que nació de los testículos de Urano cuando este fue derrotado por su hijo Cronos, castrado, despedazado y arrojado al mar. Allí, los genitales de Urano flotaron y fueron rodeados por la espuma del mar, de donde como una perla nació Afrodita.
Fue llevada en una concha de nácar hasta las playas de Chipre, donde fue recibida por las Horas. Luego fue ataviada por las Gracias y por las Estaciones, y llevada al Olimpo donde todos los dioses se deslumbraron por su belleza y se enamoraron de ella, incluso Zeus su padre.
 
Uno de los invitados en “El Banquete”, diálogo de Platón, distinguía dos Afroditas,  aunque más como una reflexión filosófica que como relato mitológico. La mayor, llamada Afrodita Urania (celeste), hija de Urano, no nacida de madre; y otra más joven llamada Afrodita Pandemos (popular), hija de Zeus y Dione. Estas dos Afroditas serían el soporte para dos tipos de amor: uno más sublime y otro regido más por los instintos, respectivamente.
 
Afrodita ignoró la pretensión de poseerla de Zeus, con lo que se ganó su enemistad y sus celos. Por ello pese a que Afrodita se enamoró de Ares, el dios de la Guerra, Zeus la concedió como esposa a Hefesto, el más feo y deforme de los dioses, como un pretendido premio a éste por la forja del rayo, arma favorita de Zeus y como un castigo por su rechazo. El matrimonio de Afrodita con Hefesto por lo tanto, no fue un matrimonio feliz y no tuvo descendencia. Ambos tuvieron amantes e hijos fuera del matrimonio.
 
El más importante de los amantes de Afrodita fue Ares, el dios de la Guerra. Afrodita perturba a los dioses del Olimpo (quienes siempre la pretenden) con sus amores prohibidos con Ares.
 
Ares y Afrodita, delatados por Helio (el Sol), el que todo lo ve y todo lo escucha, fueron sorprendidos por Hefesto en sus amores clandestinos, por los que Hefesto, sin que ellos se percataran, los envolvió en una red de la cual no pudieron zafarse. Hefesto llamó a todos los dioses para que se mofaran de ellos y pidió a Zeus castigo para ellos. Zeus no los castigó pero no hizo nada por ayudarlos. Poseidón convenció a Hefesto para que soltara a los amantes. Otros dicen que sólo con la intervención de Dioniso (Baco) quien emborrachó a Hefesto, pudieron salir de la trampa.
 
El "juicio de Paris" tal vez sea la intervención de Afrodita que tuvo las consecuencias más dramáticas. Eris (la Discordia) no había sido invitada a las bodas de Tetis y Péleo. Como represalia, se apareció entre los dioses y presentó una manzana de oro (la manzana de la discordia) tomada del Jardín de la Hespérides como premio a la belleza, que Hera, Atenea y Afrodita disputaron. Acatando la decisión de Zeus las tres diosas fueron conducidas por Hermes ante el príncipe de Troya: Paris, para que juzgara cuál era la más bella.
 
Afrodita fue la vencedora, lo que aumentó el antagonismo, la envidia y los celos de Hera y Atenea. Afrodita, agradecida con Paris, le concedió a la más bella de las mujeres: Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta. Paris, con la complicidad de Afrodita, raptó a Helena provocando la guerra de Troya.
 
El hijo más importante de Afrodita es Eros (Cupido), el dios de la atracción y del amor. Eros, según la leyenda es hijo de Afrodita y de Ares, su amante. Sin embargo, Hesíodo le atribuye a Eros un papel más importante y una categoría más elevada. Para Hesíodo, Eros es la fuerza de atracción y creadora, el primer hijo del Caos, y motor generador del universo, partícipe importantísimo de la creación.
 
Otro hijo de Afrodita y de Ares, que revela la singular característica de la diosa, es Anteros. Según la leyenda Eros no crecía y estaba triste, por lo que sus padres procrearon un hermano como compañero de Eros, con el cual creció vigoroso y alegre y del que nunca se separa por mucho tiempo. Anteros es el dios de la aversión y de la repulsión. La atracción y la aversión están cerca. También el amor y el odio. Pero está también la hija de Afrodita y de Ares: Armonía, que hace de balance en el antagonismo implícito entre ambos hermanos.
 
Hijos de Afrodita y Ares son los terribles Deimos (el Terror) y Fobos (el Temor), que acompañan a Ares en la Guerra
 
EL SÉQUITO DE AFRODITA
 
Según Homero, en el séquito de Afrodita, (que en gran medida, revela su carácter), venerándola,  adorándola,  amándola  y  siguiéndola  como sumisos esclavos, encontraremos a los dioses, semidioses y divinidades que le son afines:
 
En primer plano:
 
    ARES (MARTE), dios de la guerra, su amante.
    DIONISO (BACO), dios del placer y de la fertilidad.
    HERMES (MERCURIO), el mensajero de los dioses.
    POSEIDÓN (NEPTUNO), dios del mar y de la tierra.
    ADONIS, dios de la belleza masculina.
 
También en primer plano, sus hijos:
 
    EROS (de Ares), dios de la atracción
    ANTEROS (de Ares), dios de la aversión ó repulsión
    ARMONÍA (de Ares), diosa del balance de las fuerzas de atracción y repulsión.
    HÍMERO, la atracción sexual y la lujuria
    HERMAFRODITA (de Hermes), el de los dos sexos.
    RODAS (ninfa), que le dio su nombre a la isla, y que fue esposa de Helios.
    ERIX, (de Poseidón), rival de Erakles (Hércules)
    PRÍAPO (de Dioniso) Dios de la fertilidad.
 
Y otras divinidades como:
 
    LAS GRACIAS (Cárites): Representantes de los goces intelectuales.
    LAS EUMENIDES: Diosas benefactoras que ahuyentan los peligros y las calamidades.
    LAS HORAS: Porteras del Olimpo y representantes del orden cósmico de las estaciones.
    GAMÍNIDES: Bello efebo favorito de Zeus y copero del Olimpo
    PIGMALIÓN: Escultor que se enamoró de su propia obra.
 
En un segundo plano, más retirados pero presentes:
 
    ZEUS (JÚPITER), padre de todos los dioses
    HEFESTO (VULCANO), dios del fuego, su esposo
    HERA (JUNO), diosa del matrimonio y de la maternidad, esposa de ZEUS
    ATENEA (MINERVA), diosa de la sabiduría y de la inteligencia,
    CERES, diosa de la tierra y de la agricultura
    PSIQUE, divinidad que representa el alma y el intelecto humano, enamorada permanente de Eros
 
Ni Apolo (la Belleza) ni Artemisa (la diosa casta) están en el séquito de Afrodita.
 
LEYENDAS DE AFRODITA
 
Las siguientes anécdotas revelan el espíritu y el carácter de Afrodita:
 
Durante la guerra de Troya, Afrodita ayudó a los troyanos todo lo que pudo. Protegió a Paris e incluso le salvó la vida. En su intento por ayudarlos llegó incluso a correr peligro, como cuando salvó a Eneas en medio de la batalla y fue herida por Diomedes en la palma de una mano. Iris, enviada por Hera, la sacó del campo de batalla en el carro de Ares, quién se lo facilitó para que fuera llevada al Olimpo.
 
En otra ocasión fue derribada por Atenea por haber prestado ayuda a Ares.
 
Pero la inclinación de Afrodita por el amor era más fuerte que sus dotes para la estrategia: cuando Hera para ayudar a los aqueos durante la guerra de Troya quiso apartar a Zeus de los combates, recibió la ayuda de Afrodita quién le prestó su ceñidor mágico y de esta forma pudo distraerlo, con los encantos del ceñidor unidos a los suyos propios.
 
Según Homero, el ceñidor que usa Afrodita es una prenda mágica que encierra todos los encantos: el amor, el deseo, la atracción, las pláticas y el lenguaje amoroso que hace perder el juicio a los más prudentes...
 
También en la Guerra de Troya, en el duelo a muerte entre Menelao y Paris por Helena, Afrodita salvó a Paris envolviéndolo en una nube y transportándolo a las murallas o al interior de Troya.
 
Eneas, héroe de Troya era hijo de Afrodita y del mortal Anquises. Eneas fue protegido y ayudado en sus conquistas y aventuras por Afrodita. Eneas, fue fundador de  la cultura Latina, es el héroe de La Eneida, de Virgilio, que narra el origen de la cultura Latina.
 
Zeus fulminó con un rayo a Anquises, porque ebrio, se jactaba de sus amores con Afrodita.
 
Pigmalión se enamoró de su propia escultura que representaba a una mujer de belleza perfecta. Afrodita se compadeció de él y dio vida a la estatua. De aquí viene el mito de Pigmalión: el maestro se enamora de su obra.
 
Afrodita solía ser cruel e implacable con los que no simpatizaba. Hipólito, hijo de Teseo y de Hipólita, reina de las Amazonas, desdeñó el amor de su madrastra: Fedra, por lo que fue muerto por Afrodita. Convirtió en árbol a la incestuosa Mirra y en búho a Polifonte.
 
Homero, en la Odisea, la llama Caris, otro nombre de Chipre, a donde llegó Afrodita después de nacida en el mar.
 
Otro amor de Afrodita era Adonis, el dios de la belleza masculina, descendiente de Pigmalión y fruto de los amores incestuosos de Mirra con su padre, murió desangrado, herido por un jabalí en los brazos de Afrodita que acudió en su auxilio. Según la leyenda, el jabalí fue enviado por Artemisa, (Diana) diosa rival opuesta a Afrodita.
 
Afrodita transformó la sangre de su amado Adonis en una flor, la Anémona, y no se conformó con su muerte por lo que recurrió a la justicia de Zeus, quién determinó que Adonis no permaneciera en el Hades, sino que viviera seis meses en el Hades y seis meses en la Tierra, lo que es otra explicación del surgimiento de la Primavera, cada vez que Adonis sube a la superficie.
 
Afrodita y Adonis tuvieron una hija llamada Béroe. La ciudad de Berytos (Beirut) en Líbano tomó de ella su nombre. Más tarde Poseidón y Dioniso se enamoraron de Béroe y tuvieron que luchar por ella. Fue Poseidón quien ganó su amor.
 
En el Hades, Perséfone, esposa de Hades, se enamoró de Adonis, por lo que se transformó en rival de Afrodita, por ello Perséfone trata de retener en el Hades a todos los enamorados que defiende Afrodita.
 
Otra leyenda narra que Afrodita ocultó a Adonis infante en un cofre que entregó a Perséfone, reina del Más Allá. Pero cuando Perséfone abrió el cofre y comprobó la belleza del niño, se negó a devolverlo a Afrodita, aunque la diosa del amor bajó al Hades para rescatar a su amado del poder de la tumba. Esta disputa entre ambas diosas, la del amor y la de la muerte, fue resuelta por Zeus, que decretó que Adonis habitara con Perséfone en el mundo subterráneo una parte del año, y con Afrodita, en el mundo superior, la otra parte.
 
 Su flor es la rosa, su árbol el mirto, su heraldo es la paloma. Le están consagrados: el delfín, el carnero, la liebre, la tortuga y el cisne. Se le asocia la manzana y otros frutos. 
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4.06.1 EROS Y PSIQUE
Nov-2000
 
ANTECEDENTES:
 
EROS, el dios de la atracción, hiere con sus flechas a quienes quiere condenar con la fuerza de la atracción, física o espiritual, hacia otro ser presente. Ni sus posibles víctimas, los que van a ser flechados, ni los ya flechados lo ven, no lo oyen ni lo sienten, por eso se dice que el amor es ciego. Nadie, ni los inmortales, una vez flechados, pueden escapar de su hechizo.
 
PSIQUE, palabra que en griego significa Alma y también mariposa, es la diosa del Alma, de la Mente y del Intelecto humano.
 
En la mitología griega Eros y Psique están enamorados.
 
LA LEYENDA
 
Hubo un Rey que tenía tres hijas. La menor de ellas era de una belleza tan extraordinaria que faltan palabras para describirla. Siendo una mortal, parecía una diosa. Los visitantes de los reinos vecinos quedaban asombrados por su belleza y la comparaban con los atributos de Afrodita. El altar de Afrodita de la ciudad se encontraba desierto debido a que los hombres dedicaban su devoción a la bella virgen hija del Rey haciéndole llegar flores y regalos. A su paso entonaban alabanzas y le arrojaban pétalos de flores.
 
Estos homenajes debidos sólo a los dioses del Olimpo, otorgados a una mortal, ofendieron enormemente a la bella Afrodita, quién exclamó “¿Entonces seré eclipsada en mis honores por una muchacha mortal??” “¿Fue en vano el juicio de Paris, aprobado por nuestro Padre Zeus, que me otorgó la palma de la mayor belleza compitiendo incluso con las ilustres rivales inmortales, Palas y Hera??”
 
¡¡No será fácil para ella usurpar mis honores!! ¡¡Le daré motivos para que se arrepienta de esa insolente e ilegal belleza!!
 
Acto seguido llamó a su hijo, el certero Eros, de por sí peligroso y dañino con sus flechas y lo provocó con sus lamentos y apuntando a Psique le pidió que la castigara por la osadía de pretenderse más bella que su dulce madre, haciendo que se enamorase de un ser bajo, vil, horrible, de tal forma que obtuvieses una mortificación tan grande como lo vanidosa, triunfante y adorada que se sentía ahora...
 
Eros se preparó para obedecer a su dulce madre y fue a recoger en dos vasos de ámbar, sendas porciones del agua dulce y del agua amarga de las fuentes del  jardín de Afrodita y se dirigió hasta la recámara de Psique, encontrándola dormida. Vertió unas gotas del agua amarga en sus labios y luego la despertó tocándola levemente. Al despertar sobresaltada, sin poder verlo (Eros es invisible para ella), sobresaltó a su vez a Eros conmoviéndolo con su belleza, quién en la confusión se hirió con su propia flecha. Eros, sin preocuparse de su herida, decidió deshacer lo que había hecho a tan extraordinaria muchacha, vertiendo el contenido del vaso de agua dulce que contiene los secretos de la belleza y de la alegría, sobre los sedosos y dorados rizos de Psique. Pero él ya estaba flechado con su propio y poderoso hechizo de la atracción.
 
Después de la fallida misión de su hijo, Afrodita vigilaba a Psique. Esta, por las gotas del agua amarga que recibió, no obtenía ningún beneficio de sus encantos. En verdad todavía era el centro de la atención, todos admiraban su belleza, pero ningún Rey, ni príncipe, ni plebeyo alguno, la pretendían en matrimonio. Sus dos hermanas, de un moderado encanto, ya se habían desposado con dos ricos príncipes, pero Psique, triste en su recámara, deploraba su soledad, hastiada de esa belleza, que le procuraba múltiples lisonjas, pero nada de amor.
 
Sus padres, con miedo de haber inadvertidamente ofendido algún dios, consultaron el Oráculo de Apolo, recibiendo como respuesta: “La virgen Psique no está destinada al amor de ningún mortal. Su futuro esposo la está esperando en lo alto de las montañas. Es un monstruo al cual ni los dioses ni los mortales pueden resistir”
 
Este penoso oráculo llenó a la gente del lugar de desmayo y pesar. Sus padres se abandonaron a la pena y al dolor. Sin embargo Psique dijo: “¿Por qué queridos padres se lamentan? Debería haberse apenado cuando la gente me llenaba de honores divinos no merecidos, y todos me decían que era una diosa de la belleza. Ahora me siento víctima de tal tratamiento y me rindo. Llévenme a esa montaña a donde el Hado me ha asignado tan fatal destino.
 
De acuerdo con ello, una procesión encabezada por los padres, que más parecía fúnebre que nupcial, acompañó a Psique hasta la cumbre de la montaña, en donde dejaron sola a la bella Psique, volviendo a sus hogares con el corazón apesadumbrado.
 
Cuando Psique se encontraba sola en la cumbre de la montaña, atemorizada y suspirando con los ojos llenos de lágrimas, el gentil dios Céfiro (uno de los vientos) la levantó de la tierra y la llevó a un hermoso bosque lleno de flores y esplendorosos árboles. Allí Psique fue gradualmente calmando su pena y se quedó dormida entre las flores. Cuando despertó se encontró que estaba en el umbral de un hermoso y espléndido palacio.
 
Entró y lo encontró ricamente alhajado, una suave música se oía por doquier. Misteriosas voces le indicaron que éste era su palacio y de su esposo, y que a quién ella escuchaba eran sus invisibles servidores que estaban para atenderla y cumplir todos sus deseos, le indicaron donde podía comer y donde estaban sus aposentos para que descansara y durmiera si le placía.
 
El esposo de Psique venía sólo de noche y escapaba volando antes del amanecer. Psique no ha podido verlo, pero su actitud hacia ella estaba llena de amor y solícita dedicación, e inspiraba pasión en ella. Ella a menudo le rogaba que se quedara de día para contemplarlo, pero él nunca accedía. Al contrario la obligaba a no hacer ningún intento para verlo, porque era su placer y su razón de ser, no ser visto y permanecer oculto a los mortales. “¿Para qué quieres verme?” decía, “¿Tienes alguna duda de mi amor? ¿He dejado de cumplir alguno de tus deseos? Si tú me vieras, tal vez me temerías o tal vez me adorarías, en cambio yo sólo quiero que me ames. Yo prefiero que me ames como a un igual y no que me adores como a un dios”.
 
Dichas razones tranquilizaban a Psique por un tiempo, y mientras duró la novedad de su espléndida situación, ella se sentía feliz. Pero con el tiempo se acordó de sus padres y de sus hermanas que ignoraban su destino y estaban excluidos de participar en la riqueza, el placer y las delicias de su situación. Comenzó entonces a sentirse prisionera en su magnífico palacio.
 
Así se lo manifestó a su esposo, de quién después de mucho, consiguió contra su voluntad, el consentimiento para que sus hermanas viniesen a visitarla.
 
Así, Psique, recurriendo al suave Céfiro, trajo a sus hermanas al suntuoso palacio y les mostró sus celestiales maravillas y comodidades que ellas aprovecharon refrescándose en los espléndidos baños, comiendo delicados manjares y gozando de la placentera música. Todo esto despertó la envidia de las hermanas, al constatar la mejor y más placentera vida de su hermana menor, comparada con la que ellas llevaban.
 
Comenzaron a hacer innumerables preguntas acerca del palacio y de la naturaleza de su esposo. Psique replicó que su esposo era un hermoso joven que pasaba los días cazando en los bosques. Las hermanas no quedaron satisfechas con las respuestas de Psique y muy pronto consiguieron la verdad de que ella no había visto nunca a su esposo.
 
Entonces llenaron su corazón con pensamientos de duda y sospechas. “Acuérdate que el oráculo de la certera Pitonisa dijo que te casarías con un terrible y fiero monstruo. Los campesinos de este lugar dicen que tu esposo es una enorme serpiente que te está criando para luego devorarte” “Atiende a nuestro consejo: consigue una lámpara y un cuchillo bien afilado y cuando tu esposo esté dormido, anda a verlo a la luz de la lámpara y si confirmas que es un monstruo, mátalo prontamente cortándole la cabeza, y recupera así tu libertad”
 
Psique resistió a los argumentos de sus hermanas y éstas volvieron a sus hogares. Pero cuando nuevamente estuvo sola en su palacio, le vinieron a la mente y la curiosidad la empujó a tomar la determinación de hacerlo. Consiguió la lámpara y el cuchillo y cuando su esposo estaba dormido, fue a mirarlo para encontrar, no un monstruo, sino el más bello joven dios que ojos algunos hayan contemplado, con hermosos y dorados rizos acariciándole su níveo cuello, de sonrosadas mejillas y dos hermosas alas en su bella y ancha espalda, más blancas que la nieve, de brillantes plumas, húmedas de rocío, tiernas y ligeras como los capullos de la primavera.
 
Fascinada con su belleza, al inclinarse para ver mejor su bello rostro, dejó caer unas gotas del aceite de la lámpara sobre uno de sus hombros, despertándolo. Eros, al abrir los ojos y ver el cuchillo abrió desmesuradamente los ojos y sin decir palabra, desplegó sus alas y voló huyendo por la ventana.
 
Psique en vano trató de detenerlo. Al esforzarse para seguirlo y alcanzarlo cayó desde la ventana al jardín. Eros detuvo su vuelo por un instante y le dijo: “Oh insensata Psique, ¿es así como pagas mi amor? Después de que yo, desobedeciendo a mi dulce madre, te hice mi esposa y ahora tú me crees un monstruo y tratas de matarme ¿cortándome la cabeza? Pues bien, ve y anda con tus hermanas cuyos consejos prefieres a los míos. No te infringiré ningún otro castigo más que abandonarte para siempre. El amor no puede convivir con la sospecha”. Diciendo eso se alejó, dejando a Psique postrada en el suelo, llorando entre tristes lamentos y recriminaciones.
 
Cuando pudo recobrar cierta compostura y pudo mirar alrededor de ella, se encontró con que el palacio se había desvanecido y ella estaba en el descampado cerca de donde vivían sus hermanas. Se compuso un poco y fue donde sus hermanas a contarles su triste y desafortunada historia, que ellas, simulando apenarse, en el fondo de sus corazones se alegraban porque pretendían que una de ellas podría sustituirla. Sin decirlo a nadie, ambas subieron hasta la cima de la montaña a pedirle al suave Céfiro que las llevase al palacio de Eros, y llamándolo se lanzaron al vacío esperando que el dios del suave viento las recogiese. Sin embargo nadie vino a su llamado y ambas perecieron destrozadas en el fondo del precipicio.
 
Psique mientras tanto vagaba buscando a su amado esposo, sin descansar ni dormir ni comer. En su búsqueda vio un magnífico templo. Al entrar y recorrerlo, lo encontró totalmente desordenado, sucio y con herramientas de trabajo del campo esparcidos por todas partes. Las ordenó y limpió todo el lugar con diligencia y tesón, tratando de ser bienvenida en la casa del dios que seguramente habitaba allí. El templo resultó ser de la laboriosa diosa Ceres, quién al encontrarla tan solícita le dijo: “Oh Psique, verdadera merecedora de piedad, aun cuando no te puedo proteger del recelo que te tiene Afrodita, puedo enseñarte cómo puedes mitigar su disgusto. Vé y voluntariamente ríndete ante ella, tu dueña tu maestra y soberana y trata con modestia y sumisión ganar su perdón y tal vez su favor te devuelva tu amado esposo”.
 
Psique obedeciendo los consejos de Ceres, se dirigió al templo de Afrodita reforzando su mente y rumiando las palabras que pensaba usar y la mejor manera de hacerse propicia a la enojada diosa. Presentía que lo que haría  era de dudoso éxito y tal vez fatal.  Afrodita la recibió con el ceño fruncido y con el semblante mostrando su enojo. “E aquí al más desobediente y desleal de los sirvientes” dijo cuándo la vio. “Por fin has recordado que verdaderamente tienes una dueña, tu ama, tu soberana a quién obedecer y rendir pleitesía”; “o ¿has venido a ver a tu esposo enfermo y herido por su amada esposa?” “Eres tan fea e ingrata que la única forma de merecer a tu esposo es a fuerza de trabajo y diligencia. Probaré tu destreza como ama de casa”
 
Entonces le ordenó que, antes de la puesta del sol, separara y pusiera en orden la comida de sus palomas, que estaba en un granero en completo desorden. Había trigo, maíz, cebada y toda clase de granos revueltos en un enorme montón. Psique, consternada se sentó paralogizada sin saber cómo hacer el trabajo. Eros le ayudó. Concitó a las hormigas para que se compadecieran de Psique y éstas en multitud, grano a grano realizaron el trabajo antes de que Afrodita, perfumada, coronada con rosas y contenta, regresara del banquete de los dioses en el ocaso.
 
Afrodita no le creyó que ella hubiese hecho todo el trabajo sola y le ordenó otro, esta vez la tarea era ir a buscar vellones de oro de las ovejas que pastaban en la otra orilla de un tormentoso río encantado. Allí el dios del río le ayudó en la tarea, diciéndole que debía esperar hasta la que el sol terminara de subir en el cielo, que era la única hora en que las aguas del río se aquietaban y podían ser cruzadas por un mortal. También en esa hora las ovejas permanecían mansas bajo la sombra de los árboles, pero que ella podría mejor recoger los vellones que quedaban enredados en los arbustos que tratar de agarrar a las ovejas. Psique pudo así, llevarle a Afrodita una brazada de vellones de oro.
 
Pero la implacable Afrodita le dijo que sabía que alguien le había ayudado, así es que esta vez tendría que bajar, sola, a la oscuridad del más allá a pedirle a la diligente y bella Proserpina, la esposa del fúnebre Hades, el dios de los muertos, un poco de su belleza para reponer la que ella perdió cuidando a su hijo herido. Para ello le dio una pequeña caja. Psique convencida ahora de que su fin estaba próximo, al tener que ir por sus propios pies al mismo Erebo, buscó la manera más rápida de llegar allá, para lo cual decidió arrojarse de una alta torre directamente al negro abismo.
 
Nuevamente misteriosas voces la convencieron de no hacerlo y le indicaron la forma de llegar, viva, al más allá y convencer a Caronte para que la llevara (y la trajera de regreso) en su barca, por la laguna Estigia hasta la puerta del Hades y sortear a Cerbero, el perro de tres cabezas. La misma voz le advirtió de no cometer el error de abrir la caja una vez que Proserpina se la diera, porque estaba vedado a los mortales ni siquiera atibar la belleza de las diosas.
 
Psique bajó al Hades y tomando la precaución de no aceptar las delicias con que la querían convencer para que, una belleza tan extraordinaria como ella se quedase allá, regresó exitosamente al luminoso mundo de los vivos. Sin embargo, pensó tomar un poco de la belleza de la diosa, para asegurarse que su esposo volviese con ella y abriendo la caja para ver qué había en ella, no vio nada, sino que recibió un cálido vapor o aliento de la laguna Estigia que la sumió en un sueño profundo, sin sentido y sin movimiento alguno.
 
Pero Eros, ya recuperado del trauma sufrido, no podía estar más tiempo sin su amada esposa, se deslizó por una pequeña ventana que dejaron abierta en el templo de Afrodita y fue donde Psique, recuperó el vapor de la Estigia y lo encerró de nuevo en la caja. Luego con la punta de una de sus flechas despertó a su amada Psique y le dijo: “Nuevamente tu curiosidad casi te mata, ahora haz exactamente lo que mi madre te ha ordenado y yo me haré cargo del resto”
 
Luego Eros, rápido como un rayo cruzó los cielos y se presentó ante el mismo Zeus, el que imparte justicia a mortales y dioses, a presentar su súplica. El justo Zeus prestó oídos favorables, y como defensor acérrimo de las causas amorosas de Afrodita, ganó el consentimiento de ella. Por ello envió al veloz  Hermes, el mensajero de los dioses, a buscar a Psique. Cuando llegó, ofreciéndole una copa con Ambrosía, Zeus le dijo: “Bebe esto, Psique, y sé inmortal. Eros jamás nunca romperá el nudo con el que están atados, éstas nupcias serán eternas”
 
Así Psique llegó a ser una diosa inmortal, unida para siempre a Eros, con quién tuvo más adelante una hija llamada Placer.
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 La leyenda de Eros, dios de la atracción, del amor y Psique, diosa del alma, de la mente, enamorados, donde lo espiritual y lo material se confrontan en una relación de atracción y rechazo, no claramente definidas, es una alegoría desconcertante de la naturaleza humana.
 
La palabra Psique, en griego significa alma y también mariposa. Según los griegos es una ilustración notable y bella, de la inmortalidad del alma: la mariposa, brotando con alas maravillosas, después de una arrastrada y prosaica vida como oruga, para flotar en la brisa del día y alimentarse con el más fragante y delicado producto de la primavera. Psique es entonces el alma humana, que es purificada por medio de sufrimientos y sinsabores y se prepara para gozar de una verdadera y real felicidad.
 
En las obras de arte, a Psique se le representa como una bella jovencita, con alas de mariposa, en compañía de Eros, tratando de retenerlo, o buscándolo con un candelabro, describiendo las situaciones de la leyenda.
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4.07 DIONISO (BACO)
May-1999
 
Dios del vino, del placer, de la alegría, de la fecundidad y de la euforia. También de la inspiración poética y del delirio místico. Se le asocia al amor sexual, a la primavera, a la fructificación y a las cosechas.
 
Como se comprende al analizar sus características, Dioniso, hijo de Zeus, está muy cerca de Afrodita (Venus), se le encuentra en su séquito, también cerca de Deméter (Ceres) y de Palas Atenea. Recordemos que Afrodita es la diosa de la conservación de las especies, de la atracción y de la seducción; Deméter es la diosa de la Agricultura y de la fecundidad, madre de Perséfone: la primavera y Palas Atenea en la diosa de las guerras justas y de la Inteligencia.
 
Su personalidad es muy compleja, pues es una mezcla de actitudes y placeres de la carne con elevaciones místicas. Se decía que tanto Dioniso como las ménades poseían poderes ocultos. También se le asignaron ca­rac­terís­ti­cas de otras divinidades de civilizaciones vecinas de Grecia. En la Italia antigua se le conocía como Liber y en Roma como Baco.
 
Las Ménades (Bacantes) eran las sacerdotisas de Dioniso todas las cuales fueron poseídas por él, quién les infundió una especie de locura mística. Ellas son la personificación de la gracia y de la atracción femenina, de la juventud,  de la alegría, del placer sexual y de la euforia orgiástica. Su placer favorito era la danza y en su apogeo se entregaban a carreras desenfrenadas y lanzaban gritos en medio de un frenesí delirante.
 
Dioniso a menudo aparece en una posición ambivalente y ambigua entre dos extremos. Se muestra entre los dioses y los mortales, entre la vida y la muerte y entre el varón y la hembra. Los analistas han destacado sus rasgos femeninos y en el arte ha sido representado usando hermosos rizos, algunas veces con senos incipientes y con adornos femeninos. En sus ritos hombres y mujeres visten similares y delgadas largas túnicas que semi ocultan el sexo de los participantes, confundiéndolos en un torbellino de placer y desenfreno. No obstante no hay dudas acerca de la masculinidad y la virilidad de Dioniso, demostrada con las ménades y con las mujeres que emborracha y luego las posee.
 
Su carro es llevado por  leopardos o panteras  y  siempre está rodeado por sátiros,  ninfas y por las ménades, que cantan y bailan. El animal preferido de Dioniso es la pantera, porque es el animal más excitable. Por sus movimientos sinuosos y su comportamiento sensual, son imitadas por las ménades.
 
Su nombre romano, Baco, proviene de una palabra sánscrita que significa “devorar”, porque las bacantes, en medio de sus orgías, devoraban cruda la carne del sacrificio.
 
Comer cruda la carne de animales sacrificados, era algo común en casi todas las religiones, desde los primeros vestigios religiosos en Asia, Europa y África e incluso en la América Pre Colombina. Más aún, fueron frecuentes los sacrificios humanos, donde se bebía la sangre y se comía el corazón y otras vísceras del sacrificado, muchas veces niños.
 
En casi todos los sacrificios de la antigüedad donde se devoraba la carne cruda del sacrificado, se pretendía obtener, apoderarse, de las características del sacrificado, (valor, rapidez, ferocidad e incluso el espíritu), ya sea de una fiera o de un enemigo.
 
Este rito pasó a las religiones modernas, como en el sacramento de la comunión con la sangre y el cuerpo de Cristo de la religión Católica.
 
En los ritos Dionisíacos, devorar cruda la carne de los sacrificios era considerado una demostración de la intención y del deseo de pasar a ser parte del dios. También se ha dicho que es una repetición ritual del descuartizamiento y posterior devoración de Dioniso niño, por los Titanes, como se explica más abajo.
 
De los festivales en honor a Dioniso que se desarrollaban en Grecia cada cuatro años,  nació el teatro griego. En  Roma las festividades en honor a Baco, llamadas bacanales, llegaron a tal grado de desenfreno que el Senado las prohibió en el siglo II AC.
 
La dualidad del carácter de Dioniso nos lleva a otro de sus atributos: la pérdida de identidad. Casi todos los actores del inicio del teatro Griego, usaban máscaras, que representaban la inmersión en otra personalidad. El vino también posee el efecto de cambiar la personalidad del que lo bebe. En sus ritos, las ménades danzantes no tenían personalidad propia, actuaban en forma similar, cantando y bailando al unísono, poseídas por el dios.
 
Esta dionisíaca pérdida de la identidad, pasó al teatro Griego, no sólo por el uso de las máscaras, sino también por el coro griego, sus componentes actúan recitando los mismos versos y moviéndose al unísono. Los participantes del coro no tienen una identificación propia, son en conjunto una parte más de la obra. Lo dionisíaco incentiva la pérdida de la identidad para promover y facilitar la unión con el dios.
 
Homero lo cantó como:
 
el que ciñe la corona de vides                  el beodo
el que siempre está feliz                          el placentero
 
También se le menciona como “el nacido dos veces”, porque en una leyenda Órfica se dice que los Titanes creían que Dioniso era el preferido de Zeus, y estaban furiosos porque deseaba hacerlo soberano del universo, por lo que despedazaron y devoraron al joven dios (siendo casi un niño). Atenea salvó su corazón, y se lo llevó a Zeus, quien lo devoró y dio lugar a un nuevo nacimiento de Dioniso.

ORIGEN DE DIONISO
Hijo de Zeus y de una mortal llamada Sémele, hija del Rey de Tebas, se educó con Sileno, el más viejo de los sátiros.
 
Dice la leyenda que cuando la celosa Hera se enteró de que Sémele esperaba un hijo de su esposo Zeus, tomando la forma de la nodriza de Sémele, la engañó para que se empeñase en ver a su amado en toda su grandeza y en la plenitud de su gloria divina y así obtener todo el placer de dormir con un dios. Zeus que había prometido darle todo lo que ella le pidiese, al concedérselo la fulminó con sus rayos. Sin embargo Zeus salvó a su hijo implantándolo en uno de sus muslos hasta que nació.
 
Más tarde Dioniso rescató a su madre del Hades y la condujo al Olimpo donde Zeus la convirtió en inmortal.
 
Una vez nacido, Dioniso fue criado por Atamas rey de Orchómnos y por su esposa Ino, quienes lo vistieron de niña para esconderlo de Hera, pero ésta descubrió el ardid y castigó a los reyes dando muerte a sus propios hijos.
 
Zeus encomendó entonces a Hermes para que ocultamente lo llevara a Nysa, Arabia, donde fue cuidado por 7 ninfas y educado por Sileno. Las siete ninfas posteriormente fueron convertidas por Dioniso en la constelación Hiades (Las Pléyades).
 
Dioniso descubrió la miel, la vid y la forma de cultivarla y hacer el vino. En su juventud llevó una vida tranquila e inocente, enseñando a los hombres a cultivar la vid y a vivir en paz y a honrar a la honorabilidad. Otros dicen que fue Aristeo quién descubrió la miel y que compitió con Dioniso con la vid ante Zeus. Éste se pronunció por la vid.
 
Cuando su educación estuvo completa, fue a Cybelia en Frigia, donde Rea, la madre de los dioses y diosa de la Naturaleza, le enseñó los ritos religiosos de la iniciación y los secretos de la agricultura.
 
Dioniso fue un dios benigno a los hombres enseñándoles la agricultura, el cultivo de la vid y el placer. A sus elegidos les explicó sus ritos. Sin embargo castigó cruelmente a quienes se le oponían. Licurgo y Panteo, fueron dos de sus enemigos a quienes castigó duramente. También en la cuidad de Argos, por negarse a venerarlo, trastornó a todas sus mujeres, quienes llevaron a sus infantes a las montañas y los devoraron.
 
Se le asocia con la primavera y el florecimiento de las plantas y su fructificación. Se suponía que sufría enormemente durante el invierno. Dice otra leyenda que Dioniso muere cada invierno y renace en la primavera. Para sus adeptos éste renacimiento cíclico, acompañado de la renovación estacional de los frutos de la tierra, y sus ritos de primavera, encarna la resurrección de los muertos.
 
Dioniso fue perseguido por la celosa Hera, hasta que lo trastornó. Ella prometió al gigante Alcione darle a Artemisa, si derrotaba a Dioniso, lo mismo hizo con el gigante Cintonio, a quién le ofreció a Afrodita, y al gigante Porfirión le ofreció a Hebe, por lo mismo. Cuando trastornado vagaba por la tierra y quedó atrapado en una ciénaga, dos burros lo ayudaron a salir. Ellos lo llevaron hasta el templo de Zeus, donde sanó de su locura. Como gratitud fueron convertidos por Dioniso en estrellas, colocándolos como Asellus Borealis y Asellus Australis en la constelación de Cáncer.
 
Dioniso solía poseer a las mujeres que caían embriagadas por el vino, entre ellas figuran Aura y Nicea, de las cuales tuvo hijos. El amor más importante de Dioniso fue Ariadna, de quién se enamoró cuando la encontró abandonada por Teseo, en la isla de Naxos, fruto de sus amores, tuvo de Ariadna, 4 hijos, tres de ellos fueron argonautas y Enopion fue conocido por haber cegado al gigante cazador Orión.
 
Dioniso  dio el  poder al Rey Midas para que  trocase  en  oro cuanto tocara con sus manos por haber recogido al viejo Sileno, quien ebrio se había perdido.
 
Ampelos, efebo, hijo de un sátiro y de una ninfa, amado por Dioniso, fue muerto involuntariamente por éste, quién apesadumbrado, lo convirtió en una constelación de estrellas.
 
De Afrodita tuvo a Príapo, dios de la Procreación y a Hïmenos, dios del matrimonio; de Hera, a Pasitea, una de las tres Gracias , de Altea, tuvo a Deyanira, esposa de Herakles (Hércules) y sus amores con Pallene fueron famosos porque ésta luchaba, vencía y daba muerte a todos sus pretendientes, hasta que Dioniso la venció y la poseyó.
 
Recorrió todo el Oriente, incluyendo la India. Fue respetado en todas las partes donde estuvo. En su viaje de regreso Dioniso fue capturado por marineros en la isla Dia, donde fue sorprendido durmiendo. Los marineros al ver a ese bello mancebo de tan delicada apariencia pensaron que era un noble o tal vez el hijo de un rey, por el cual podrían pedir un buen rescate.
Sin embargo el patrón, el capitán del barco, se fijó en su vestimenta, en su cara y en su manera de desenvolverse y pensó que sin duda había algo de divino o que detrás de él había alguna divinidad, por lo que había que ser cauto. Esto provocó una pelea entre ellos.
 
Dioniso entonces se impuso y exigió que lo llevaran a su isla: Naxos donde serían bien recompensados. Los marineros intentaron engañarlo poniendo rumbo a Egipto, en contra de la voluntad del patrón del barco, donde pretendían venderlo como esclavo, pero Dioniso al darse cuenta, detuvo y paralizó al barco en medio del mar, como si estuviera en tierra. Los marineros sacaron remos para tratar de salir del atolladero, pero luego sucedieron cosas increíbles:
 
El barco se cubrió de enredaderas de frutas y de vides cargadas de uva que cubrieron las velas y los remos que los marineros trataban de usar, Dioniso apareció con su típica corona de vides, llevando en su mano una lanza coronada de hiedra, tigres se agazapaban a sus pies y había panteras jugando a su alrededor.
Los marineros fueron avasallados por el terror o la locura, algunos saltaron por la borda, mientras que otros que se preparaban para hacer lo mismo contemplaron cómo sus compañeros en el agua cambiaban sus cuerpos convirtiéndose en delfines. De los veinte hombres sólo quedó el capitán, temblando de miedo, el dios lo animó: no temas, dirígete hacia Naxos. Obedeció, y cuando llegaron allí, encendieron altares y se celebraron los ritos de Dioniso. Así fue cómo el culto de Dioniso se estableció en Grecia.
 
Su animal preferido es la Pantera. Sus atributos son el falo y la vid. Le están consagrados el potro, el toro, el cerdo y el macho cabrío.
 
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NOTA:
Fuera del campo de la Mitología, Dioniso tiene otras conexiones e influencias en la Filosofía y en la Religión. Muchos lo consideran un iniciado.
 
Su entorno fue la primera iglesia creada por el hombre, iglesia en el sentido de conformar un conjunto organizado de personas que, sin distinción de clase social, ni sexo, ni raza, se reunían para adorar a un mismo dios y realizar ritos místicos y sacrificios. Por contener un fuerte sentido feminista, fue ampliamente adoptada por las mujeres que encontraban allí su único lugar de libertad e igualdad con los hombres.
 
Su éxito, popularidad y aceptación, aun siendo un tanto salvaje, fue el producto del oculto y reprimido deseo humano de saltar las barreras impuestas por la civilización, la moral y la religión, y volver a experimentar la vida libre en la naturaleza, sin freno, con pasión, alegría y desenfreno.
 
Según Bertrand Russell, muchas cosas admirables de las obras humanas llevan en sí un elemento dionisíaco, de embriaguez mental. Sin el elemento báquico la vida carecería de interés, con él es apasionada pero peligrosa.
 
A ésta sensación los griegos la llamaban "entusiasmo", que etimológicamente significa que dios entra en la persona que lo venera. El concepto griego de "entusiasmo", la asociación de los ritos Dionisíacos con la fertilidad, con la reencarnación, con el éxtasis y frenesí de la embriaguez del vino, durante la cual se creía entrar en contacto o formar parte de los dioses, tuvo influencia mística en la filosofía griega y en las corrientes que derivaron de ella.
 
El culto Dionisiaco, en su forma original, era salvaje y en alguna forma repulsivo. No fue así como influenció a los filósofos, sino en su versión más espiritualizada atribuida a Orfeo, quién además de músico era asceta y filósofo. Orfeo sustituyó la embriaguez física por la mental. Orfeo fue un reformador de Dioniso. 
 
El Orfismo en la religión clásica, es un culto místico y oculto de la antigua Grecia, fundado en los escritos del poeta y músico Orfeo. Pasajes poéticos grabados en tablillas de oro encontradas en las sepulturas de los adeptos órficos, indican que el orfismo se basaba en una cosmogonía centrada en el mito del dios Dioniso.
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4.07.1 DIONISO Y ARIADNA
Ene-2006
 
Ariadna, la hija del rey Minos, después de ayudar a Teseo a escapar del laberinto de Creta, tras la muerte del Minotauro, fue abandonada por Teseo en la isla de Naxos y dejada allí durmiendo mientras, el mal agradecido Teseo, continuó viaje a Atenas sin ella. Ariadna, al despertar y encontrarse abandonada se sintió terriblemente desgraciada y se echó a morir. Pero Afrodita se compadeció de ella y la consoló con la promesa que ella tendría un amante inmortal en vez de ese infame mortal que la había abandonado.
 
La isla donde Ariadna fue dejada era la isla favorita de Dioniso, la misma a la que él deseaba que los marineros del mar Tirreno lo llevaran, cuando intentaron pedir rescate por él tan traidoramente.
 
Allí Ariadna lloraba lamentándose de su destino, cuando Dioniso la encontró, la consoló y la hizo su esposa. Como un regalo de bodas le dio una corona de oro, enriquecida con gemas. Son hijos de Ariadna y de Dioniso: Céramo, inventor de la cerámica y Estáfilo
 
Cuando Ariadna murió, Dioniso tomó la corona de Ariadna y la arrojó hacia el cielo. Las gemas se convirtieron en estrellas y la corona de Ariadna permanece en el cielo como una constelación, entre la constelación de Hércules y la del hombre que sostiene la serpiente.
 






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4.07.2 MÉNADES, SÁTIROS Y FAUNOS
Feb-2001
 
MÉNADES (BACANTES)
 
Las Ménades que significa delirio, Bacantes para los romanos, son mujeres consagradas a Dioniso  y que enloquecen por el poder inspirador del dios. En sus bailes y cantos desenfrenados llegan a destrozar con sus manos a los animales víctimas de sus sacrificios y las devoran crudas.
 
Portan el Tyrso que es un bastón o báculo coronado por una hiedra, usan pieles de pantera (o leopardo), la fiera preferida por el dios. A veces colocan en su pelo serpientes, porque el padre del dios: Zeus, coronó con serpientes a su hijo cuando salió de su muslo.
 
Las Ménades no sólo participan activamente en los ritos dionisíacos, beben vino, bailan y cantan en compañía de los Sátiros, quienes las poseen en su desenfreno, sino que defienden a su dios de sus oponentes y ofensores con los poderes extraordinarios que obtienen al ser poseídas, física y mentalmente por él. Se dice que ellas al clavar la tierra con el Tyrso, hacen brotar vino y al arañar la tierra hacen brotar leche. De sus Tyrsos, que están dotadas de una fuerza extraordinaria, brotan gotas de miel.
 
Sus cantos y bailes están protegidos por las Musas debido a su perfección.
 
No obstante su condición de mujeres, se transforman en soldados crueles y sanguinarios, despedazando a los enemigos o a los opositores de Dioniso. Entre sus víctimas están Pentheus, rey de Tebas,  Lycurgo  y Orfeo que fueron muertos por ellas. Las Ménades lo acompañaron en su campaña que lo llevó hasta la India donde Dioniso fue iniciado en los poderes que posee.
 
Se dicen que las Ménades podían hacer todo aquello porque estaban poseídas por el dios y no estaban en sus propios sentidos, por lo que no es sabio acercarse al dios sin haber sido iniciado en sus ritos.
 
Los poseídos por los dioses tienen facultades extraordinarias incomprensibles por los mortales.
 
 
 












SÁTIROS
Los Sátiros son una raza de seres mortales de origen desconocido. Son acompañantes importantes del sequito de Dioniso, junto con las Ménades.
 
Son mitad hombre y mitad macho cabrío, tienen dos cachos incipientes en la frente, aunque no siempre se les representa con ellos. De la cintura para abajo tienen piel y patas de cabra. Algunos dicen que tienen cola de caballo, otros dicen que es un adorno. Están casi siempre bebiendo vino, bailando, riendo, cantando, tocando una flauta doble, metiendo bulla e incitando al desenfreno en las reuniones y ritos dionisíacos. Sus facciones son toscas y duras lo que contrasta con su encanto por la música, su picardía y sus artes seductoras. Se dice que inventaron el timbal o tambor.
 
De permanente actividad sexual, persiguen a las ménades, a las ninfas y a toda mujer que se les acerque embelesada por la música de su flauta, sus cantos, el vino, la alegría y el placer sexual. Por eso se les representó con el falo en erección en casi todas las obras de arte de la antigüedad, condición mutilada, rota o tapada en el período del oscurantismo católico del medioevo.
 
Debido a sus fatigosa e interminables actividades y a la gran cantidad de vino que toman, a menudo se les encuentra dormidos o ebrios en total abandono.
 
Los Sátiros fueron representados en el Teatro Griego, por lo que aquellos dramas donde los actores bailaban y actuaban en forma poco comedida se les llamó dramas satíricos.
 
Otras leyendas dicen que los Sátiros vivían en una isla del Mediterráneo, que eran de pelo rojo y que acechaban a los barcos que se acercaban a la isla para robarlos y violar a las mujeres. Otros dicen que pudieran ser las primeras descripciones de los Galos que eran rubios, se amarraban sus cabellos hacia atrás en una larga cola, y eran bulliciosos y alegres.
 
El sátiro Sileno era el padre adoptivo, preceptor y leal compañero de Dioniso, al tiempo que era descrito como el más viejo, sabio y borracho de sus seguidores. Se decía que cuando estaba borracho tenía el don de la profecía. Solía desplazarse montando un asno. Fue quien otorgó al rey Midas la facultad de transformar todo lo que tocaba en oro, como agradecimiento por su hospitalidad.



 



 

FAUNOS
Eran divinidades de la mitología romana que tenían forma humano-caprino igual a los sátiros griegos. Eran dioses rústicos que habitaban selvas. Uno de sus rasgos característicos como dios benéfico, era el de proteger bosques, prados, campos y ganados, siendo el representante  de la vida nómada y pastoril y de la fertilidad de la naturaleza.
 
En Italia los faunos fueron adorados en dos roles diferentes: como el dios de los campos y los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad rústica, era un espíritu benigno del bosque, las llanuras y los campos, y cuando hacía fértil al ganado se le llamaba Inuo.
 
Como dios profético, se creía que revelaba el futuro al hombre, parte en sueños y parte mediante voces de origen desconocido, que eran comunicados a quienes iban a dormir en sus recintos.
 
Por tener un físico similar, a menudo se confunde a los faunos con los sátiros y en ocasiones con el dios griego Pan, que también tiene una configuración humano-caprino, pero el carácter de estos tres personajes es distinto.
 
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4.08 APOLO
May-1999
 
Apolo es el dios de la belleza, de la luz, también de la luz interior, del entendimiento y de la verdad. También de los oráculos, de la verdad, de la medicina, de la juventud y de la música. Su nombre completo es Febo Apolo. Febo significa “brillante”. Febo también se le aplica a Helio, el dios Sol. Es un dios amigable y como guía del carro del Sol, permite que sus rayos benéficos nos alumbren, calienten a la tierra y hagan posible la vida, por lo que también se le asocia a la naturaleza y a los rebaños.
 
Nació, mellizo de su hermana Artemisa, de Leto y de Zeus. Su madre, Leto ó Letona, seducida por Zeus, perseguida por Hera, se refugió en la isla de Delos, donde escondida, dio a luz a sus mellizos. Primero nació Artemisa, quién ayudó a su madre en el parto de su hermano Apolo. Cuando Apolo nació, una lluvia de rayos dorados cubrió la isla y siete cisnes circunvalaron volando siete veces la isla. El número 7 está consagrado a Apolo.
 
Leto, todavía huyendo de Hera, entregó a su hijo recién nacido a Temis la diosa de la Prudencia y de la Justicia, quién alimentó al recién nacido con néctar y Ambrosía por lo que en pocas horas creció hasta ser un adulto. Ya a los cuatro años de edad mató en Delfos, a la terrible serpiente de 10 cabezas Pitón, a quién Hera había encomendado perseguir y destruir a Leto.
 
Luego se separó de Temis y declaró que sería un arquero (de luz), un músico tocador de la lira y un suministrador de la verdad a la raza humana a través de los oráculos. La lira fue un regalo de Hermes.
 
Tal vez a causa de su belleza física, Apolo es representado en la iconografía artística antigua con mayor frecuencia que cualquier otra deidad. Apolo aparece casi siempre desnudo luciendo su extraordinaria belleza, a veces con una mitra, siempre con la lira en la mano y con el carcaj, las flechas y el arco a la espalda.
 
Homero, canta a Apolo como:
 
el que conduce el carro del sol
el del arco de Plata
el que hiere de lejos con suaves flechas
el de resplandeciente belleza
el flechador
el de la áurea espada
 
Apolo era un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos. Así como su hermana melliza Artemisa, era la guardiana de las muchachas, Apolo protege a los muchachos.
 
Algunos relatos también muestran a Apolo como despiadado y cruel. Durante la guerra de Troya, Criseida, hija del sacerdote de Apolo: Crises, fue raptada por Agamenón. Crises apeló a Apolo que apoyaba a los troyanos y en respuesta a sus oraciones Apolo arrojó flechas ardientes y cargadas de pestilencia al ejército griego, destruyendo gran parte de los aqueos. También en esa guerra le regaló armas imbatibles a Hector. Se dice que Apolo guió la flecha de Paris que dio en el talón que mató a Aquiles.
 
También raptó y violó a la joven princesa ateniense Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión.
 
Niobe, esposa del rey de Tebas, aseguró que ella, con sus siete hijos y siete hijas, había sido mejor bendecida que Leto con sus mellizos, lo que ofendió a la diosa y recurrió a sus hijos para una reparación. Artemisa ajustició a todas las mujeres y Apolo a todos los varones de la familia de Niobe.
 
La leyenda dice que Céfiro, celoso por la atracción que sentía Apolo por el joven atleta Jacinto, cuando Apolo lanzó el disco, Céfiro lo sopló desviándolo y haciendo que el disco lo decapitara. Apolo transformó su sangre en la flor de su nombre.
 
Apolo también se enamoró del joven Hymenaeus. Hermes se aprovechó de que Apolo estaba distraído con su bello amante para robarle su rebaño.
 
Apolo se enamoró de la ninfa Dafne hija de Gea, que habitaba en el monte Parnaso, sin poder conseguirla. Cuando estaba a punto de lograrlo, Dafne pidió ayuda a su madre, quién la convirtió en laurel. El laurel, siempre verde, es el símbolo de la eternidad, de la victoria, del triunfo, de los héroes y de los poetas. Fue consagrado a Apolo.
 
Con la experiencia de Dafne, Apolo raptó en el carro del Sol, a otra de sus enamoradas, la bella y valerosa atleta Coronis, a quién embarazó. Sin embargo Coronis prefería a Ischys un bello atleta y aún embarazada se casó con él. Un cuervo le avisó a Apolo, quién se molestó con la noticia y convirtió al cuervo en negro (antes los cuervos eran blancos). Apolo buscó y mató a la bella Coronis, quién en la pira funeraria dio a luz al hijo de Apolo: Asclepios (Esculapio) dios de la medicina.
 
Apolo enseñó la medicina a los hombres a través de su hijo Esculapio, el dios de la medicina, quién no sólo curaba a los hombres sino que se decía que resucitaba a los mortales. Hades, el dios de los muertos, temeroso de que su reino quedase sin súbditos apeló a Zeus quien accedió a sus ruegos y cegó a  Esculapio con un rayo, pese a lo cual continuó ayudando a los hombres hasta su  muerte. El gallo símbolo de la vigilancia, y la culebra, símbolo de la adivinación y de la prudencia, están consagrados a Esculapio. Su símbolo es la copa de las medicinas, el bastón de viajero y la culebra que se enrolla en el bastón.
 
Los Cíclopes forjaron el rayo que hirió a Esculapio, por lo que Apolo los exterminó, provocando la ira de Zeus y su expulsión temporal del Olimpo. Mientras estuvo fuera del Olimpo, vivió como pastor de rebaños entre los hombres. Fue pastor de Admeto y de Laomedon, cuyos rebaños bajo su cuidado se multiplicaron prodigiosamente.
 
En esa época tuvo una discusión con Pan, el dios de los rebaños, que tocaba la flauta, sobre la perfección y maestría musical: Pan su flauta y Apolo la lira. El rey Midas se pronunció por el dios Pan por lo que fue castigado por Apolo con las orejas de burro.
 
Apolo les enseñó a los hombres el arte de los juglares o trovadores.
 
Apolo también es el líder de las musas con quiénes comparte el Parnaso. Fue allí donde Apolo mató a la terrible y legendaria serpiente Pitón, que guardaba el santuario de Delfos en esa montaña. Apolo tomó entonces el control del monte Parnaso y de Delfos. Como dios de la profecía, el sitio más importante de sus oráculos está en Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra, que predijo la guerra de Troya y su destrucción, pero que nadie la escuchó.
 
La musa Calíope  le dio un hijo: Orfeo. Apolo le enseñó música, el canto y le regaló una lira. Orfeo llegó a ser el mejor músico, el mejor trovador  y el que tocaba la música más dulce. La historia de Orfeo y el rescate de su amada la ninfa Erídice, es una bella leyenda que ha inspirado a pintores, músicos y a toda clase de artistas. 
 
Cyparssus, desconsolado por la muerte de su venado, el cual le era muy querido, pidió permiso a Apolo para lamentarlo y llorarlo eternamente. Apolo oyó sus ruegos y lo convirtió en un árbol, el ciprés y determinó que el ciprés estuviese siempre donde las personas se lamentan y lloran. Por eso los cipreses se encuentran a menudo en los cementerios.
 
Apolo y Poseidón desafiaron a Zeus, sin éxito, por el trono del Olimpo, por lo que fueron condenados a construir los muros de Troya. Como el rey de Troya no les pagó lo previamente estipulado, Apolo enfurecido, envió pestes a la ciudad, cuya población fue diezmada.
 
Apolo guía el carro del dios Sol: Helio, precedido por Eos, la Aurora y seguido por Iris, la del bello y colorido arco. Un hijo de Helio, Faetón, guió una vez el carro del Sol, pero lo hizo tan mal que dejó unas zonas secas y calurosas y otras demasiado húmedas y frías.
 
EL ORÁCULO DE DELFOS 
Según las leyendas más antiguas, la primera en poseer poderes proféticos fue Gaia, la Madre Tierra, quién entrenó a su hija la ninfa Dafne y luego a Temis. Temis a su vez enseñó a Apolo los secretos de las profecías y de los oráculos.
 
También se decía que la serpiente de cien cabezas: Pitón, hija de Gaia, que habitaba en el monte Parnaso protegiendo el santuario de Delfos y que fue muerta por Apolo, también tenía el poder de profetizar. (De allí el apodo de “pitonisa” para las adivinas).
 
Fueron los Titanes los que le dieron a Apolo la profunda cueva o grieta de Delfos. Tenía una estrecha abertura superior, por donde salía el aliento de las profundidades de la Tierra que inspiraba a las sacerdotisas. Éstas sentadas en un trípode encima de la boca de la grieta, balbuceaban en verso o en prosa sus oráculos o profecías, muchas veces indescifrables.
 
El oráculo de Delfos fue considerado como el más confiable y veraz de los oráculos. Muchos dioses, semi dioses, héroes y mortales fueron a consultarlo. Está ubicado en un sitio que era el centro geográfico de la Grecia antigua y el centro del mundo habitado de esa época. Los poetas e historiadores lo consideraban el “ombligo” del mundo, en el sentido de que el punto más central del tierra y la parte más importante de la civilización. (Ver el Mundo según los Griegos)
 
Ricas y abundantes ofrendas eran recibidas en su famoso santuario. Por lo general los botines de guerra o de conquistas y aventuras eran donadas a la sede terrestre más importante del dios Apolo.
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4.09 ARTEMIS o ARTEMISA  (DIANA)
May-1999
 
Diosa de la caza, sencilla, indiferente al amor, consiguió permiso de Zeus para permanecer eternamente virgen, temible cuando no se respeta tal decisión o cuando se encoleriza. No duda en usar su arco y flechas (hechos por Hefesto) contra quien la molesta. Siempre  rodeada de su séquito de ninfas, quienes la siguen bajo voto de castidad. Sus permanentes correrías de caza dieron pábulo a innumerables leyendas.
 
Hija de Zeus y de Leto o Latona (nieta de Urano),  hermana melliza de Apolo,  dios de la Belleza y de la Luz, se la considera diosa de la Luna y Reina de los bosques.
 
Su carácter se debe a que nació primero que su hermano mellizo Apolo y que al ver el doloroso trabajo de parto de su madre para dar a luz a Apolo, juró mantenerse virgen y apartada de los hombres.
 
También se le asocia a la naturaleza, a las cosechas y a los partos. Se decía que Artemisa concedía una muerte dulce a las doncellas que fallecían en el parto.
 
Homero la canta como:
 
la cazadora          la que lleva arco de oro
la casta                la que se complace en arrojar flechas
la bella                la señora de las fieras
 
Cazadora perenne y para quien todos los animales son sagrados, persigue  a sus favoritos, el ciervo y el jabalí. Sin embargo a menudo se le ve seguida por los animales de la selva.
 
Eternamente virgen, eternamente joven, prototipo de la doncella arisca que sólo le interesan los bosques y la caza. Como diosa virgen y casta, es, por supuesto, opuesta a Afrodita con quien rivaliza. Es sin embargo protectora de las doncellas.
 
El único varón próximo a Artemis fue Hipólito, un hermoso y casto joven, adorador de Artemisa, hábil conductor de carros y admirador y defensor de los caballos, era hijo de Teseo (rey de Atenas) y de Antíope (reina de las Amazonas). Esta última murió defendiendo la ciudad de Atenas por lo que Teseo tomó como segunda esposa a Fedra, hija de rey Minos de Creta.
 
Hipólito adoraba la Naturaleza y solía cabalgar solo por los bosques y las riberas de los ríos. Allí fue visto por Artemis, a quién le llamó la atención la soledad de tan bello y apuesto varón. Artemis se le acercó y al ver su espíritu puro, se hizo su amigo y salían a cabalgar juntos, casta y amigablemente gozando de los bosques y ríos.
 
Afrodita, antagónica de Artemis, lo supo y molesta porque el amor no brotaba entre ellos, castigó a Hipólito haciendo que su madrastra se enamorase locamente de él. Fedra al ser rechazada en sus pretensiones amorosas, no lo soportó: se suicidó, acusando a Hipólito de violación en una nota póstuma.
 
Teseo expulsó a su hijo de su reino. Este por no delatar a su madrastra para no herir a su padre huyó en su carro por los bosques donde se volcó y se mató. Artemis apareció en su carro en el lugar donde agonizaba Hipólito lo llevó donde Teseo, y mostrándole a su hijo le contó la verdad. Teseo, arrepentido, pidió perdón e hizo levantar un Templo en el lugar de su muerte. Artemis por su parte consiguió de Zeus la transformación de Hipólito en una constelación: el Cochero.
 
Para defender a la ninfa Dafne de la persecución de Apolo, Diana la transformó en el árbol laurel.
 
Agamenón, poco antes de zarpar hacia la guerra de Troya,  cazando, mató  un ciervo. Artemisa se enfadó y detuvo a los vientos hasta que Agamenón sacrificó a su propia hija: Ifigenia, en su honor. La leyenda dice que en el último segundo fue salvada y raptada por la misma Artemis. Ifigenia fue sacerdotisa de Artemis en el país que hoy se llama Crimea.
 
El cazador Acteón vio a la diosa bañándose desnuda en un río, Artemisa lo convirtió en ciervo y fue despedazado por su propia jauría. Ella hace mutilar, como castigo, al hombre que osa sorprenderla y mirarla. 
 
Artemisa y su madre Leto, crearon al escorpión para que, picándolo en un talón, matara al bello gigante cazador Orión, quien amenazaba a todos los animales de la tierra. Arrepentida de su muerte, obtuvo de Zeus que lo transformase a él y a su perro, en la más brillante de las constelaciones, donde brilla su belleza para siempre. El perro es la estrella Sirio. El escorpión, transformado en la constelación de su mismo nombre en el Zodíaco, va detrás de Orión.
 
Niobe, esposa del rey de Tebas, aseguró que ella había sido mejor bendecida que Leto, la madre de los mellizos divinos, con sus siete hijos varones y siete hembras, lo que ofendió a la diosa y recurrió a sus hijos para una reparación. Artemisa ajustició a todas las mujeres y Apolo a todos los varones de la familia de Niobe. Esta trágica leyenda ha sido usada en obras de arte de la antigüedad que muestran a la madre Niobe protegiendo a sus infantes.
 
Zeus se enamoró de una de las ninfas del séquito de Artemis: Calisto. Para seducirla tomó la figura de Artemis, ésta enfurecida con Calisto porque había perdido su virginidad, la convirtió en un oso y luego la mató. Zeus compadecido la transformó en constelación: la Osa Mayor
 
Cuando Artemis está contenta y tranquila suele ir al Parnaso a acompañar a las Musas en sus bailes y cantos.
 
Por poseer un atributo masculino: el arco y el carcaj, por su voto de castidad, por estar siempre rodeada de ninfas, también sometidas a la castidad, se le asoció en la antigüedad al lesbianismo, lo que entonces no era execrable. Esto pasó a la psicología femenina moderna como el nombre de Complejo de Diana: la mutilación y homosexualidad femenina.
 
Su heraldo es el ciervo y le están consagrados el perro de caza, el jabalí, el arco, el carcaj y la luna.
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4.09.1 ARTEMIS Y ACTEÓN
Sep-2001
 
Era mediodía, y el sol estaba quieto equidistante del inicio y del fin de su carrera por el cielo, cuando el joven Acteón, hijo del rey Cadmos, se dirigió de esta forma a los jóve­nes que con él cazaban venados en las montañas, acompañados de su eficiente jauría de perros cazadores:
 
“Amigos, nuestras redes y nuestras armas están empapadas con la sangre de nuestras víctimas; hemos tenido deporte suficiente por el día. Mañana podemos reanudar nues­tra tarea. Pongamos de lado nuestros implementos e indulgémonos con un descanso.”
 
“Hay un valle densamente rodeado de pinos y cipreses consagrado a la reina cazadora, Artemis. En el extremo del valle hay una cueva, sin adornos artísticos, pero a la que la naturaleza la ha dotado de su arte, porque las piedras del techo están tan bella y armoniosamente colocadas, como el mejor arte humano. Desde uno de sus lados brota una fuente, cuyo lecho está rodeado por un borde de fino césped.”
 
“Aquí es donde la diosa de los bosques suele venir cuando se cansa de cazar, a lavar su virginal cuerpo en las chispeantes y frescas aguas. Vamos a verla.”
 
Diana se había retirado allí en compañía de las ninfas de su séquito, le pasó su jabalina a una de ellas, su carcaj, su arco y su toga a otra, mientras que una tercera desataba sus sandalias. Entonces mientras Crocale, la más diestra de ellas, le arre­glaba el pelo, Nefele, Hyale y las otras vertían la cristalina agua en su bello, delicado y desnudo cuerpo con espaciosos recipientes.
 
Cuando la diosa estaba así ocupada en su toilette, hete aquí que Acteón, que se había apartado de sus compañeros y vagaba buscándola, llegó al lugar, conducido por su destino.
 
Tan pronto como se asomó a la entrada de la caverna, las ninfas, viendo a un hombre, gritando corrieron a ocultar el cuerpo de la diosa con sus cuerpos, pero ella era mu­cho más alta que las ninfas y sobresalía por encima de ellas.
 
El rostro de Artemis, to­mada por sorpresa, se tiñó del tinte del cielo al ocaso y aunque estaba rodeada por sus ninfas trató de pasar entre ellas en busca de su arco y de sus flechas. Pero no pudo alcanzarlo, por lo que le arrojó agua al rostro del intruso diciéndole: “Ve ahora a con­tar, si puedes, que has visto a Artemis desnuda”
 
Inmediatamente crecieron dos enormes cuernos de la frente de Acteón, y rápidamente se convirtió en un venado. “Desgraciado de mí” trató de gritar al verse reflejado como un ciervo en las cristalinas aguas, pero no salieron palabras de la garganta del ciervo. Como conservaba la conciencia, el miedo tomó el lugar de su antigua audacia y heroicidad “¿Qué voy a hacer ahora?” se preguntaba pensando que le daba vergüenza volver a su palacio y por otra parte la daba miedo quedarse en el bosque. Mientras temblando dudaba qué hacer, sus perros lo descubrieron…
 
El primero fue Melampus su perro espartano, que con fuertes ladridos alertó al resto de la eficiente jauría y comenzaron a perseguirlo, seguidos por los compañeros de ca­cería de Acteón. Por encima de rocas y peñascos, por desfiladeros y quebradas imposi­bles de transitar, Acteón huyó y huyó y sus perros lo siguieron ferozmente.
 
Por donde él a menudo había perseguido ciervos y había azuzado a su jauría, ahora su propia jauría lo perseguía, azuzada por sus compañeros de cacería. Él quería gritarles: “Soy Acteón, vuestro amo, vuestro compañero!!” pero las palabras no salían mientras los ladridos llenaban el aire.
 
Hasta que fue cogido por dos de sus perros, uno se le montó en el lomo y el otro lo agarró por un hombro, sujetándolo inmóvil. Llegaron los demás perros que pronta­mente clavaron sus dientes en su carne. Él gimió no con voz humana, más tampoco fue un gemido de ciervo, cayó de rodillas y levantó sus ojos, también habría levantado sus brazos si los hubiese tenido.
 
Sus amigos y compañeros de cacería, vitorearon a los perros y comenzaron a llamarlo y a buscarlo para que se uniera a ellos a celebrar la cacería. Al sonido de su nombre, él volvió la cabeza y los oyó lamentarse de que no estuviese con ellos. Él deseó de todo corazón, estar con ellos en ese momento. Habría estado complacido de ver el desem­peño de sus perros, pero sentirlos en su propia carne era demasiado. Estaban todos rodeándolo, desgarrándolo furiosamente y no fue sino hasta que entregó su vida que el enojo de Artemis estuvo satisfecho...
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4.10 ARES (MARTE)
May-1999
 
Hijo de Zeus y de Hera, es el dios de la guerra sin importarle su causa o su origen. Originalmente fue el dios de las tormentas y los huracanes, pero más tarde personificó la brutal naturaleza de la guerra, y era impopular tanto entre los dioses como entre los mortales.
 
Su principal antagonista entre los inmortales es Palas Atenea, diosa de la inteligencia pero también de las guerras justas y los enfrentamientos caballerosos quién frecuentemente lo derrota, simbolizando que la razón siempre le gana a la fuerza bruta y a la crueldad.
 
Hay leyendas que presentan a Ares con un cariz diferente, como protector del Olimpo, defensor de ciudades, padre de la Victoria e incluso aliado de Temis la diosa de la Justicia.
 
Ares es el amante de Afrodita quién lo prefiere a su marido Hefesto que le fuera impuesto por Zeus.
 
Sus armas favoritas son la lanza y la antorcha incendiaria, le estaban consa­gra­dos el perro y el buitre.
 
Homero lo canta como:
 
el cruel                                          el de fulmínea coraza
el terrible                                       el sanguinario
el de áureas riendas                       el de la ardiente antorcha
el de los filudos venablos               el veloz
el que horada los escudos              el pernicioso
el homicida                                    el amante de Afrodita
 
Los hijos más famosos de Ares son:
 
De Afrodita:
 
    Eros:       el amor, la atracción
    Anteros:  la aversión
    Armonía: la armonía
    Deimos:   el terror
    Fobos:      el temor
 
Ares tuvo muchos otros hijos, no todos fueron famosos.
 
    Hipólita:    reina de las amazonas
    Melanipa:   amazona hermana de Hipólita
    Cicno:         bandolero famoso, que mataba para robar a los fieles que llevaban ofrendas a Apolo.
 
Rómulo y Remo: los mellizos fundadores de roma, también son hijos de Ares.
 
Ares tuvo amores con Eos, la diosa de la Aurora, por lo que Afrodita, celosa, la castigó haciendo que estuviese permanentemente enamorada sin saber de quién.
 
Ares, en las batallas está acompañado de sus hijos Fobos y Deimos, y por Eris: la diosa de la Discordia, hija de la Noche y por el séquito de los hijos de Eris. Según Homero Eris, es hermana de Ares.
 
Los hijos de Eris son:
 
Las Penas,           Las Querellas,
El Engaño,           El Olvido,
El Odio,               El Dolor,
La Ilegalidad,
El Hambre, llamada también Fames o Limos
 
También en las batallas aparece la diosa de las acciones guerreras, Bellum o Belona, también Enio. Esta terrible divinidad se la representaba como una mujer vieja, de un largo, abundante y alborotado cabello, con un látigo en la mano, armada de un escudo y una lanza, corriendo desenfrenadamente por todas partes, apare­ciendo de improviso aquí y allá, sembrando alarma, desconcierto, terror y odio.
 
Se ha dicho que Bellum es la esposa de Ares, otros dicen que es su hermana.
 
Homero describe detalladamente a Ares en la Ilíada participando denodadamente en la guerra de Troya combatiendo en el lado troyano, acompañado por sus hijos y por las divinidades más crueles y terribles. Allí Homero lo nombra como: funesto a los mortales, demoledor de murallas, manchado de homicidios, cruel y sanguinario...
 
En la guerra de Troya, cuando Ares fue a proteger a su amante Afrodita que imprudentemente había bajado al campo de batalla a impedir la muerte de su hijo Eneas, fue herido por un lanzazo que le lanzó Diomedes, protegido de Atenea. El grito de dolor, rabia y furor de Ares, al verse herido por un mortal, fue el que produciría un ejército de diez mil hombres gritando al mismo tiempo, tan atroz, que  estremeció  la tierra y paralogizó de terror a los combatientes...
 
A pesar de las vívidas y cruentas descripciones de las actuaciones de Ares, que hace tanto Homero como Hesíodo, es frecuentemente derrotado. Por ejemplo, fue derrotado o herido por los gigantes Alóadas, varias veces por Atenea, por Erakles e incluso por el mortal Diomedes.
 
Cuando los gigantes Alodes desafiaron y atacaron al Olimpo, Ares fue apresado, encadenado y encerrado en una vasija de bronce por 13 meses, de donde fue rescatado exangüe y debilitado por las pesadas cadenas por Her­mes.
 
Alectrión, favorito de Ares y confidente de sus amores clandestinos con Afrodita, por no vigilar bien, Helio, el que todo lo ve y todo lo escucha, los sorprendió en sus amores y los acusó a Hefesto, el esposo de Afrodita.
 
Hefesto, sin que ellos se percataran, los envolvió en una red de la cual no pudieron zafarse. Hefesto llamó a todos los dioses para que se mofaran de ellos y pidió a Zeus castigo para ellos. Zeus no los castigó pero no hizo nada por ayudarlos. Sólo con la intervención de Dionisio quien emborrachó a Hefesto pudieron salir de la trampa. (ver fragmento de la Odisea en el párrafo que sigue)
 
Ares enojado con Alectrión, lo transformó en Gallo obligándolo a anunciar todos los días y con presteza la aparición de Helio, el Sol.
 
Pareciera que la mayor virtud de Ares es ser el amante de Afrodita...
 
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FRAGMENTO DE LA ODISEA: Hefesto atrapa en adulterio a Ares y Afrodita en su lecho.
 
 ...mas el aedo, pulsando la citara, empezó a cantar hermosamente los amores de Ares y Afrodita, la de la bella corona: como se unieron a hurto y por vez primera en casa de Hefesto, y como aquel hizo muchos regalos e infamo el lecho marital del soberano dios. El Sol, que todo lo ve y todo lo escucha, vio el amoroso suceso, fue en seguida a contárselo a Hefesto, y este, al oír la punzante nueva, se encamino a su fragua, agitando en lo íntimo de su alma ardides siniestros, puso encima del tajo el enorme yunque y fabrico unos hilos inquebrantables para que permanecieran firmes donde los dejara. Después que, poseído de cólera contra Ares, construyo esa trampa, fuese a la habitación en que tenía el lecho y extendió los hilos en círculo y por todas partes alrededor de los pies de la cama y colgándolos de las vigas, como tenues hilos de araña que nadie hubiese podido ver, aunque fuera uno de los bienaventurados dioses, por haberlos labrado aquel con gran artificio. Y no bien acabo de sujetar la trampa en torno a la cama, fingió que se encaminaba a Lemnos, ciudad bien construida, que es para él, la más agradable de todas las tierras. No en balde estaba al acecho Ares, que usa áureas riendas, y cuando vio que Hefesto, el ilustre artífice se alejaba, fuese al palacio de este ínclito dios, ávido del amor de Citerea, la de hermosa corona. Afrodita recién venida de junto a su padre, el prepotente Cronión, se hallaba sentada, y Ares entrando en la casa, tomola de la mano y así le dijo: "Ven al lecho, amada mía, y acostémonos, ya que Hefesto no está entre nosotros, pues partió sin duda hacia Lemnos al sitio de bárbaro lenguaje". Así se expresó, y a ella parecióle grato acostarse con Ares. Metieronse ambos en la cama, y se extendieron a su alrededor los lazos artificiosos del prudente Hefesto, de tal suerte que aquellos no podían mover ni levantar ninguno de sus miembros, y entonces comprendieron que no había medio de escapar. No tardo en presentárseles el ínclito cojo, que se devolvió antes de llegar a la tierra de Lemnos, porque el Sol estaba al acecho y fue a avisarle. Encaminóse a su casa con el corazón triste, detúvose en el umbral y, poseído de feroz cólera, grito de un modo tan horrible que le oyeron todos los dioses: ! Padre Zeus, bienaventurados y sempiternos dioses! Venid a presenciar estas cosas ridículas e intolerables: Afrodita, hija de Zeus, me infama de continuo, a mí, que soy cojo, queriendo al pernicioso Ares porque es gallardo y tiene los pies sanos, mientras que yo nací débil; mas, de ello nadie tiene la culpa sino mis padres, que no debieron haberme engendrado. Veréis como se han acostado en mi lecho y duermen, amorosamente unidos, y yo me angustio al contemplarlos. Mas no espero que les dure el yacer de ese modo ni siquiera breves instantes, aunque mucho se amen: pronto querrán levantarse pero los engañosos lazos los sujetaran hasta que el padre me restituya integra la dote que le entregue por su hija desvergonzada. Que esta es hermosa, pero no sabe contenerse". Así dijo, y los dioses se juntaron en la morada de pavimento de bronce. Compareció Poseidón, que cine la tierra; presentóse también el benéfico Hermes; llego así mismo el soberano Apolo, que hiere de lejos. Las diosas quedaronse en sus casas por pudor. Detuvieronse los dioses, dadores de bienes, en el umbral, y una risa inextinguible se alzó entre los bienaventurados numenes al ver el artificio del ingenioso Hefesto. Y uno de ellos dijo al que tenía más cerca: "No prosperan las malas acciones y el más tardo alcanza al más ágil; como ahora Hefesto, que es cojo y lento, aprisiono con su artificio a Ares, el más veloz de los dioses del Olimpo, quien tendrá que pagarle la multa del adulterio". Así estos conversaban. Mas el soberano Apolo, hijo de Zeus, hablo a Hermes de esta manera: " ! Hermes, hijo de Zeus, mensajero, dador de bienes!  Querrías, preso en fuertes vínculos, dormir en la cama con la áurea Afrodita?". Respondióle el mensajero Argifontes: “!Ojalá sucediera lo que has dicho, oh soberano Apolo, que hieres de lejos! ! Envolvieranme triple número de inextricables vínculos, y vosotros los dioses y las diosas todas me estuvieran mirando, con tal que yo durmiese con la áurea Afrodita !" Así se expresó, y alzóse nueva risa entre todos los inmortales dioses. Pero Poseidón no se reía, sino que suplicaba continuamente a Hefesto, el ilustre artífice, que pusiera en libertad a Ares. Y hablándole estas aladas palabras, le decía: "Desátale, que yo te prometo que pagara, como mandas, cuanto sea justo entre los inmortales". Replicóle en ínclito cojo: "No me ordenes semejante cosa, !oh Poseidón que ciñes la tierra!, pues son malas las cauciones que por los malos se prestan. Como te podría apremiar yo ante los inmortales dioses, si Ares se fuera suelto y, libre ya de los vínculos, rehusara satisfacer la deuda?" Contestóle Poseidón, que sacude la tierra: "Si Ares huyere, rehusando satisfacer la deuda, yo mismo te lo pagare todo"  Respondióle el ínclito cojo: "No es posible ni sería conveniente, negarte lo que pides". Dicho esto, la fuerza de Hefesto quito los lazos. Ellos, al verse libres de los mismos, que tan recios eran, se levantaron sin tardanza y fuéronse, el a Tracia y la risueña Afrodita a Chipre y Pafos, donde tiene un bosque y un perfumado altar; allí las Gracias la lavaron la ungieron con el aceite divino que hermosea a los sempiternos dioses y le pusieron lindas vestiduras que dejaban admirados a quien las contemplaba.
 
Tal era lo que cantaba el aedo, y holgábase de oírlo Odiseo y los feacios, que usan largos remos y son ilustres navegantes...
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4.11 HEFESTO (VULCANO)
May-1999
 
Es el dios del fuego, el herrero, el artífice, el orfebre, el ingenioso y el artesano por excelencia, a veces pícaro. Primogénito de Hera, nació feo y cojo, por lo que fue arrojado al mar desde el Olimpo por su madre, al más puro estilo Espartano, donde las madres se deshacían de sus hijos deformes arro­jándo­los a un precipicio sagrado que daba al mar.
 
Hefesto reina en el fuego interior de la tierra, es el dios de los volcanes. Es el forjador de los rayos de Zeus y de las armas de los dioses y de los héroes. Vive en una gruta en el fondo de una montaña (el volcán Etna según la tradición romana), desde donde gruñe su ira.
 
Su nacimiento tuvo características especiales: Zeus no quería tener hijos por temor a la maldición de Urano, por lo que su segunda esposa y hermana: Hera, optó por concebir un hijo, su primogénito Hefesto por  partenogénesis, sin la intervención del Zeus. Por lo tanto, pese a que se acepta que Hefesto es hijo de Zeus y de Hera, en realidad es sólo hijo de Hera.
 
Hefesto ayudó a Zeus en el “nacimiento” de Palas Atenea quién brotó ya adulta, armada y con todo su atuendo, de la cabeza de Zeus, quien le abrió el cráneo de un hachazo.
 
Homero lo cantó como:
 
el primogénito                       el arquitecto
el divino cojo                        el armero
el ilustre artífice                    el forjador de rayos
el divino orfebre
 
En las profundidades del Océano, a donde lo arrojó su madre, fue recogido, protegido y educado por la nereida Tetis, madre de Aquiles y por la oceánida Eurínome, madre  de las Cárites o Gracias.
 
Más tarde se refugió en el fondo de una gruta en lo más profundo de las montañas de la volcánica Isla de Limnos, desde donde hacía sentir su ira. En los volcanes de la isla aprendió a manejar el fuego y la fragua. Los Cíclopes le enseñaron la forja en la fragua. Llegó a ser un experto en fundir y forjar los metales y más tarde la orfebrería y las joyas y toda clase de artesanías.
 
Su  principal  trabajo  consistió en forjar los rayos  que  arroja Zeus, su arma favorita. Zeus quedó tan contento con los rayos, que le concedió como esposa a Afrodita, la más bella entre las bellas, tal vez como represalia porque Afrodita no atendió sus pretensiones amorosas. Afrodita no se lleva bien con Hefesto, por lo que tuvo múltiples amantes, el principal fue Ares.
 
Para vengarse de su madre, le construyó un hermoso trono de oro incrustado de joyas pero que, con cadenas invisibles la mantuvo prisionera desde el primer momento en que se sentó en él. Después de muchos intentos de otros dioses para liberarla, Dioniso lo emborrachó y lo llevó inconsciente en el anca de una mula hasta el Olimpo donde lo convenció de liberar a su madre. Esta escena de Hefesto borracho atravesado en una mula, fue un tema favorito en el arte Griego.
 
Con el tiempo, Hera se reconcilió con su primogénito, sólo entonces Hefesto ingresó al Olimpo, al que cojeando, lo recorre. El trabajo lo convirtió en un ser apacible, de corazón noble, afable, ingenioso y amigo de todos. Fue amado por los dioses, sus hermanos.
 
Hefesto es un dios amigo de los hombres. En Grecia se le presentaba como ejemplo para los aprendices de artesanos. Maestro y defensor de las artes de la fundición y de la forja, tan importantes en esa época, es afín a Atenea, la diosa de la industria, de las artes y de los oficios.
 
Hefesto realizó múltiples y esforzados trabajos, algunos encomendados por Zeus u otros dioses, otros por iniciativa propia.
 
Construyó las armas de los dioses como la Égida y el Cetro de Zeus, el arco y las flechas de Apolo,  las flechas de Eros, el arco y las flechas de Artemisa, el casco de Atenea. Construyó el carro con que Apolo guía a Helios el dios Sol en su recorrido por el cielo y forjó el lecho de oro en el que Helios duerme cuando no está recorriendo el cielo. Fabricó las armas que Eneas y Aquiles usaron en la guerra de Troya. Es notable la detallada descripción que hace de ellas Homero en la Hilíada.
 
Por encargo de Zeus hizo de lodo y agua a la primera mujer, Pandora, quién fue asignada por Zeus como esposa de Epimeteo, hermano del castigado Prometeo creador de los hombres.
 
Ares y Afrodita, delatados por Helio, el dios Sol, fueron sorprendidos por Hefesto en sus amores clandestinos, por los que Hefesto, sin que ellos se percataran, los envolvió en una red de la cual no pudieron zafarse. Hefesto llamó a todos los dioses para que se mofaran de ellos y pidió a Zeus castigo para ellos. Zeus no los castigó pero no hizo nada por ayudarlos. La intervención de Poseidón logró que Hefesto soltara a los amantes. Otros dicen que sólo con la intervención de Dionisio quien emborrachó a Hefesto, pudieron salir de la trampa. (ver fragmento de la Odisea)
 
Le regaló al Rey Aeetes, hijo de Helios, los toros con pies de bronce que expulsaban fuego por la nariz cuando bufaban. Labró un collar de oro y joyas que Afrodita le regaló a Armonía, hija de Ares. Forjó un ser de bronce llamado Talos que Zeus regaló a Europa para que fuese guardián de Creta.
 
Hefesto no tuvo hijos con su esposa Afrodita pero si con otras parejas, no muy conocidos la mayoría de ellos.
 
El más especial fue Erictonio, su paternidad se atribuye a un intento de Hefesto de poseer a Atenea. Esta después de rechazarlo violenta­mente, se limpió de uno de sus muslos el semen de Hefesto y lo arrojó al suelo. Ante tal hecho, la Madre Tierra recogió el semen y concibió un niño que fue recogido por Atenea y educado bajo su custodia en la Acrópolis. Según la leyenda era mitad hombre y mitad serpiente y llegó a ser un sabio gobernante de Atenas.
 
Otros hijos:
 
de Cabiro, mortal de Tracia, hija de Proteus, tuvo a:
 
* los Corybantes, servidores de Rea, madre de Zeus. También llamados Curetés que fueron los guardianes de Zeus cuando niño en Creta.
* las Cabiroides, ninfas de la isla de Lemnos.
* Cacus, criatura semi humana, que comía carne humana.
* Eurymedon, compañero de Dionisios.
 
Según Hesíodo, Hefesto se casó con Aglaya (la Belleza), la menor de las tres gracias, de quién tuvo cuatro hijas: Euclea, Eufema, Eutenea y Filofrósine.
 
Se le representa fornido, vigoroso, feo y cojo, con las piernas delgadas, torcidas y una más corta, con barba y cabello hirsuto, vestido y equipado como un herrero y con un gorro redondo sin gracia. A veces aparece apoyado en un bastón. Sus atributos son la fragua, el yunque y el martillo.
 
El templo dedicado a Hefesto y a Atenea, llamado Hefestión, construido en el año 449 AC en Atenas, todavía está en pié y es un ejemplo del más puro estilo Dórico.
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4.12 HERMES (MERCURIO)
Oct-2002
 
Es una de las más complejas y multiformes figuras del Olimpo. No es tan im­portante como sus congéneres, pero con su sagacidad, astucia, inventiva y marrullería invade los dominios de los demás Olímpicos. Es el mensajero de los dioses, el guía de los héroes, aventureros y de los viajeros. Aparece como un rico pastor (el ganado era la mayor riqueza de los Griegos), dispensador de la fortuna, príncipe de la elocuencia, protector del comercio, de los ladrones y de los jugadores. También es el que guía a los muertos al reino de Hades y es el prototipo de los atletas. Es admirado por su joven y exultante belleza.
 
Hijo de Zeus y de Maya, su nacimiento se produjo al amanecer de la misma noche en que fue poseída por Zeus. El primer día de nacido inventó la lira, utilizando la caparazón de una tortuga. También inventó la flauta hecha con cañas, la que más tarde regaló a su hijo: Pan. Tiene la facultad de adormecer o despertar a los que quiere con su larga vara.
 
Se le atribuye el haber inventado las carreras a pié y el boxeo, por lo que también está relacionado con los atletas.
 
Hizo innumerables trabajos para ayudar a los hombres, por lo que hay muchas leyendas y fábulas que hablan  de él.
 
Homero, canta a Hermes como: 
 
el de los alados pies                       dios de los viajeros
el del alado gorro                           dios de los aventureros
el mensajero                                  dios de los comerciantes
el más diestro de los dioses           dios de la industria
el más astuto                                 dios de los jugadores
el benéfico                                     dios de los ladrones
 
En la tarde del día en que nació, robó 50 bueyes del rebaño sagrado de Apolo cuando éste, expulsado temporalmente del Olimpo por Zeus, pastoreaba ganados en la tierra. Para ocultar las huellas del ganado robado hizo que éstos dejaran huellas como si caminaran hacia atrás. Llevado ante Zeus por ese robo, mientras lo interrogaba deleitó a éste y a los otros dioses con la lira, por lo que no sólo fue perdonado sino que Zeus le regaló las sandalias y el gorro alados que le permiten ser el más veloz de los mensajeros. Para congraciarse con Apolo, después de haberle robado los bueyes, le regaló la lira cosa que contentó al dios músico.
 
El Gigante Argos, de 100 ojos, fue encomendado por la celosa Hera para que vigilara a Io, preferida de Zeus. Hermes adormeció a Argos y luego lo decapitó, liberando a Io.
 
Zeus envió a Hermes a ayudar a Odiseo a librarse, primero de Circe y luego de Calipso.
 
Protegió a Dioniso niño, de la persecución de Hera, llevándolo a la protección de Ino y Atamas a quienes persuadió de criarlo como una niña para esconderlo de Hera
 
Guió a las bellas diosas: Hera, Afrodita y Atenea hasta el monte Ida, para el juicio de Paris, que coronó a Afrodita como la más bella.
 
Guió a la bella Eurídice en su retorno al Hades, después que fuera autorizada por los dioses a pasar un día en la tierra con su amado Orfeo.
 
Su descendencia es variada:
 
El dios de los pastores, rebaños, bosques, pastizales y el campo abierto, Pan, es hijo de Hermes y de Penélope (la esposa de Odiseo), aunque hay otra versión que es hijo de Dryope.
 
Con Afrodita tuvo a Hermafrodita, quién como su nombre lo indica, tenía los dos sexos.Fue transformado en hermafrodita cuando los dioses concedieron literalmente a la ninfa Salmacis su deseo de no separarse jamás de él.
 
Con Antianeira tuvo a los gemelos Eritos y Echión que figuraron entre los Argonautas.
 
Con Herse tuvo a Kéfalos.
 
Los hijos de Hermes y de la náyade Lara, son los dioses protectores de los hogares y custodios de las familias, llamados Lares.
 
Otros vástagos de Hermes son Autólico, el más desvergonzado de los ladrones al que su padre le había dado el don de nunca ser sorprendido y Abderos, bello doncel amado por Herakles y muerto por las yeguas del Rey Diomedes.
 
Se le representa como un joven atlético y de gran belleza, a veces, al igual que a Dionisio, con incipientes senos, con un yelmo o gorro y sandalias aladas. Según las circunstancias porta un caduceo también alado, otras veces con una bolsa en la mano o un cordero en los brazos, símbolo de la riqueza
 
Le están consagrados el casco y las sandalias aladas, y el caduceo. 
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4.13 DEMÉTER (CERES) y PERSÉFONE (PROSERPINA)
Nov-2004
 
DEMÉTER (CERES)
 
Hija de Cronos y Rea, hermana de Zeus, es la diosa de la Agricultura, de la Fertilidad de la Tierra y protectora de los cereales, especialmente del trigo. Se representa siempre vestida con alguno de sus atributos: las espigas, la amapola o la antorcha.
 
A Deméter le atraía la ninfa Macris que vivía en la isla donde estaba el cuchillo en forma de hoz con que Urano fue castrado, y siguiéndola llegó a esa isla llamada Drepane (la isla de la hoz). Allí Deméter enseñó a los Titanes a usar la hoz para segar cereales.
 
Deméter enseñó a la humanidad las artes de la agricultura: sembrar semillas, arar, recolectar, etcétera. Era especialmente popular entre las gentes del campo, en parte porque eran los beneficiarios más directos de su ayuda, y en parte porque eran más conservadores a la hora de mantener las viejas costumbres. De hecho Deméter era fundamental en la antigua religión de Grecia. Reliquias propias de su culto, como cerdos votivos de arcilla, se fabricaban ya en el Neolítico. En la época romana, aún se sacrificaba una marrana a Ceres cuando había una muerte en la familia, para purificar la casa.
 
Tuvo de Zeus a su hija Perséfone.



 



PERSÉFONE (PROSERPINA)
 
Hades no podía conseguir esposa que se atreviese a vivir con él en su terrorífico reino, así es que, enamorado de la bella Perséfone, hija de Zeus y de Deméter, en una acción rápida y certera, abrió la tierra subió al mundo de los vivos y en su carro negro la raptó. El rapto de Perséfone ha sido tema de variadas obras de arte.
 
La leyenda dice que Hades le regaló una granada encantada a Perséfone, quién al comerla no podía salir del Reino de la Tinieblas. En las repre­senta­cio­nes artísticas se ve a Perséfone con esa fruta en la mano.
 
Por el rapto, su madre Deméter quedó desolada. Desesperada la buscó con una antorcha día y noche por toda la tierra. Durante su búsqueda descuidó sus obligaciones y las plantaciones y los árboles no fructificaron. La naturaleza estaba tan triste como Deméter.
 
El justiciero Zeus, compadecido por los llantos de Deméter, dispuso que Perséfone pasase seis meses del año con su madre. El regreso de Perséfone a la superficie de la tierra con su madre hace que ésta haga florecer a la tierra, produ­ciéndose así la primavera.
 
Por motivo del rapto de su hija, Deméter no quiso quedarse en el Olimpo, donde se encontraría con Hades, por lo que decidió quedarse en la tierra con los mortales a quienes les enseñó la agricultura.


 


4.13.1 LOS MISTERIOS ELEUSINOS
Oct-2014
 
Los Misterios Eleusinos es el ritual más destacado de Deméter, que se celebraron durante más de diez siglos en Eleusis, ciudad próxima a Atenas. De todos los ritos celebrados en la antigüedad, estos eran considerados los de mayor importancia. Se extendieron posteriormente al Imperio romano.
 
Los cultos mistéricos de los griegos daban respuesta a las incógnitas sobre el Más Allá para las que la religión no ofrecía soluciones. El culto prometía una existencia más favorable en la vida de ultratumba. Poseían carácter secreto aunque no se trataba de reuniones clandestinas. El aspecto secreto consistía en que las verdades reveladas no se podían divulgar. No obstante los cultos estaban abiertos a todos: ciudadanos, mujeres, esclavos y extranjeros.
 
La fuente más antigua sobre estas celebraciones es el Himno a Deméter, que nos deja en la duda sobre bastantes cuestiones, ya que el pacto de silencio de los iniciados fue respetado de manera constante y ello dificulta saber lo que ocurría realmente en el santuario de Eleusis. Gracias a la arqueología, a las alusiones de algunos escritos y al testimonio de algunos autores cristianos, podemos hacernos una idea.
 
Los personajes que intervenían en el ritual eran: el hierofante (el que muestra lo sagrado), el portador de la antorcha, el heraldo sagrado y una sacerdotisa de Deméter. El hierofante era el encargado de seleccionar en Atenas a los candidatos que podían participar en la iniciación.
 
Los Misterios se desarrollaban en el mes de Boedromeón (finales de septiembre y principios de octubre). Comenzaban con la procesión que recorría los 30 km. de distancia entre Atenas y Eleusis. Antes se habían trasladado de Eleusis a Atenas los objetos sagrados que debían participar en la procesión. Al día siguiente los fieles, juzgados dignos de participar, eran convocados en Atenas por el hierofante y acto seguido se bañaban en el mar para purificarse. Por último tenía lugar la procesión de retorno a Eleusis con el fin de guardar, de nuevo, en el templo los objetos sagrados. A la cabeza del séquito iba una estatua de Dioniso, asociado desde tiempos remotos al culto a Deméter.
 
En Eleusis se celebraban los misterios propiamente dichos, en los que sólo participaban los iniciados y se le prohibía la divulgación de tales ceremonias, amenazándoles, incluso, con la muerte. La ceremonia de iniciación se realizaba por la noche junto al templo, se coronaban de mirto, se lavaban las manos y escuchaban atentos los preceptos de Deméter; después tomaban un refrigerio y penetraban en el santuario, donde reinaba la más completa oscuridad. Allí asistían a un drama litúrgico, cuyo argumento se basaba en el rapto de Perséfone por Hades.
 
De pronto la tiniebla era vencida por una vivísima claridad y aparecía la estatua de Deméter ataviada con las mejores galas. Se simulaba la entrada de espantosos espectros y monstruosas figuras, hasta que se restablecía la calma y se abrían las dos enormes puertas de recinto y a la luz de las antorchas se contemplaba un hermoso jardín, que sería el escenario ideal para las danzas, las fiestas y el placer. Era entonces cuando en este campo, que simbolizaba los Campos Elíseos, tenía lugar la verdadera revelación de los secretos de los misterios de Eleusis, cuya divulgación era castigada con la pena capital.
 
Estos misterios eran una forma de ascetismo en la que los fieles, recordando la esterilidad (muerte) provocada por la estancia de Perséfone en el Hades, esperaban la resurrección del Más Allá, simbolizada por la germinación de los frutos o la vuelta de Perséfone con su madre.
 
En el trasfondo están presentes los espíritus vegetales y el “poder” que se expresa en nacimiento del follaje verde de los árboles y en las espigas de los campos. La fuerza de la naturaleza despertando en la primavera. También el espíritu de las mieses está representado por las últimas espigas cosechadas, y que a menudo se lo imagina con forma humana como la Madre de las Mieses: Deméter, cuyo mismo nombre quizá tenga ese sentido. En el festival de la cosecha, su imagen se levantaba entre los montones de grano con una gavilla y las amapolas del campo en las manos. En los ritos de Deméter, la siega en silencio de unas pocas espigas se consideraba el rito más sagrado.
 
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4.14 HESTIA (VESTA), HEBE (JUVENTAS) e ILITÍA (LUCINA)
Nov-2004
 
HESTIA, (Vesta) hija de Cronos y Rea, fue la primera en nacer de los Olímpicos. Es la diosa del fuego del Hogar, y protectora de la familia. Zeus le concedió su deseo de no casarse pese a ser pretendida por Apolo y por Poseidón y nunca abandona el Olimpo. Fue la única hija de Cronos que per­maneció virgen.
 
Se le representa siempre vestida, sin adornos y con un velo. En Roma sus sacerdotisas, encargadas de cuidar el fuego sa­grado, se llamaban Vestales, y permanecían vírgenes.
 
Era costumbre comenzar y terminar todos los sacrificios y alabanzas a los dioses con una mención a ella. Los mortales debían comenzar y terminar los banquetes con una ofrenda a Hestia.

 

HEBE
, (Juventas) hija de Zeus y Hera, hermana de Ilicia y de Ares, es la diosa de la Juventud y la escanciadora del Néctar en las reuniones de los dioses en el Olimpo.
 
También ayuda a su madre Hera en cosas del Olimpo y baña a su hermano Ares después de las batallas.
 
Se casó con Heracles, cuando a éste se le concedió la inmortalidad, del que tuvo dos hijos. Concedió la juventud por un día al anterior conductor del carro de Heracles cuando éste tuvo que combatir con Euristeo.
 
Hebe fue reemplazada en su tarea de escanciadora del néctar a los dioses, por Ganymides, el joven mortal extraordinariamente bello que fue raptado por Zeus y llevado al Olimpo por un águila.

 

ILICIA
o Ilitia, (Lucina) la menor de los tres hijos de Zeus y Hera, es la diosa que preside los partos. Es la diosa de las comadronas. Para los griegos clásicos, está estrechamente relacionada con Artemisa y Hera. A menudo se mostraba a Ilitía portando antorchas para sacar a los niños de la oscuridad hasta la luz.
 
Ella es la que alivia los dolores que agarrotan a las mujeres durante el parto como también puede retrasar los nacimientos. Persuadida por Hera, retardó el nacimiento de los mellizos de Leto: Apolo y Artemis y también el nacimiento de Alcmene cuando estaba dando a luz a Heracles.
 
Se la representa sosteniendo una antorcha, cuyo significado es el llevar la luz a los recién nacidos. De allí viene el término de “dar a luz” para los partos.


 
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