SITIO DE LISANDRO REYES ARMSTRONG
El sitio del TATA-LICA

Capítulo 6: Héroes

Contenido:
Amazonas              Heracles (Hércules)                Perseo y la Medusa                                Orfeo
Aquiles                  Jasón y los Argonautas           Teseo y el Minotauro                              Orfeo y Eurídice
Belerofonte            Odiseo (Ulises)                       Paris, Helena y la guerra de Troya          

6.01 AMAZONAS
Ago-2014
 
Las Amazonas eran un pueblo de solo mujeres, descendientes de Ares, dios de la guerra y de la ninfa Harmonía. La leyenda refiere que eran hermosas, altas, robustas, audaces, expertas jinetes y belicosas.
 
En la cultura griega, las amazonas aparecen invariablemente como antagonistas de los griegos. Los relatos mitológicos frecuentemente narran los enfrentamientos entre los héroes griegos y las reinas amazonas, por ejemplo el duelo de Aquiles contra Pentesilea en la Guerra de Troya, o el combate de Hércules contra Hipólita, hermana de la anterior, como parte de uno de sus doce trabajos.
 
Se ubicaban a veces al norte o en las llanuras del Cáucaso, y otras en las llanuras de la orilla izquierda del Danubio. En su gobierno no interviene ningún hombre y como jefe tienen una reina. Sus principales reinas fueron: Licia, Hipólita y Pentesilea.
 
La presencia de los hombres era permitida siempre que desempeñaran trabajos de servidumbre. Para perpetuar la raza se unían con extranjeros, pero sólo conservaban a las niñas. Si nacían varones, se cuenta en algunas versiones, que los mutilaban dejándolos ciegos y cojos. Otras fuentes indican que los mataban.
 
A todas las niñas les quemaban o les cortaban el seno izquierdo, para facilitarles el uso del arco y el manejo de la lanza. De esta costumbre proviene su nombre ‘amazonas’ del griego ‘amazwn’ que significa ‘las que no tienen seno’.
 
En las obras de arte no existen indicios de esta costumbre, las amazonas siempre son representadas con ambos pechos, aunque con el derecho frecuentemente cubierto.
 
Eran un pueblo muy guerrero, excelentes jinetes y amantes de sus bellos caballos, su diosa principal era Artemisa, la cazadora. Debido a esto, se les atribuía la fundación de Éfeso y la construcción del Gran Templo de Artemisa.
 
De este pueblo, hay muchas leyendas donde grandes héroes tuvieron que enfrentarse a ellas. Por ejemplo, Belerofonte quien luchó contra ellas por mandato de Yóbates. Una de las más conocidas es cuando Heracles (Hércules) cumple la misión que le asigna Euristeo, y se dirige a las márgenes del Termodonte a adueñarse del cinturón de Hipólita, reina de las amazonas. Ésta consintió en entregarle el cinturón a Heracles, pero Hera, provocó una rebelión entre las Amazonas y Heracles tuvo que matar a Hipólita.
 
Teseo que acompañaba a Heracles en su misión, se llevó a Antíope, una de las amazonas. Ellas, molestas por este atrevimiento y para vengar el rapto, hicieron la guerra contra Atenas, pero fueron derrotadas por los atenienses liderados por Teseo.
 
Otra hazaña legendaria que las involucra, es la ayuda que le brindaron a los troyanos durante la guerra de Troya. Pentesilea, reina amazona, envió un grupo de apoyo a Príamo, rey troyano. Aquiles dio muerte a Pentesilea, quien después de muerta, al verla tan bella, sin su escudo ni su vestimenta de guerra, se enamoró de ella, lo que le infundió gran sufrimiento.
 
_____________________
 
 
La existencia de mujeres guerreras asociadas al mito griego de las Amazonas, han sido mencionas en distinta partes del mundo y por distintos exploradores y viajeros.
 
En el descubrimiento de América varios conquistadores y exploradores informaron haber avistado grupos de mujeres guerreras que asociaron al mito griego. Fueron mencionadas por Colón en su primer viaje, luego por Hernán Cortés y también por Walter Raleigh.
 
El sacerdote Gaspar de Carvajal escribió que la expedición del conquistador español Francisco de Orellana por río Marañón, de la cual formó parte, sufrió el ataque de mujeres guerreras que desde la orilla les disparaban dardos de cerbatanas y flechas.
 
Como consecuencia del impacto de esta versión, el río fue rebautizado Amazonas o río de las Amazonas.
 



 





-------------------- *** -------------------
6.02 AQUILES
Ago-2014
 
Aquiles, hijo de la diosa Tetis y del mortal Peleo, fue uno de los grandes héroes de la mitología griega. De todos los que lucharon en la Guerra de Troya fue el más famoso. Su papel en la guerra fue decisivo para la victoria de los griegos, pero no pudo asistir a la caída de Troya. Pese a sus cualidades sobrehumanas, Aquiles era mortal. Su muerte fue prematura y al contrario de otras figuras como Heracles (Hércules), le esperaba una vida de desesperanza en el mundo de las sombras.
 
La extrema fortaleza, arrogancia, belleza y crueldad, de Aquiles lo convirtió en el prototipo de todos aquellos que quisieran tener una vida ilustre, peligrosa y acelerada, aun cuando este tipo de vida siempre conlleva una muerte prematura.
 
Para las artes, Aquiles se convirtió en el prototipo del guerrero osado, valiente e invencible, temible sólo con su presencia, así como también en el prototipo del atleta viril, de la belleza gimnástica, esbelto, hercúleo, ágil, varonilmente bello con sus cabellos rizados, hermoso rostro e impresionante prestancia.
 
Al principio, tanto Zeus como Poseidón cortejaron a la encantadora diosa Tetis, hija de Nereo, dios del mar, pero, debido a una antigua predicción que decía que el hijo de Tetis superaría a su padre, los dioses la evitaron y se convirtió en esposa de Peleo, rey de Fitia en Tesalia. Durante su magnífica ceremonia de bodas se sembraron las semillas de la Guerra de Troya cuando Eris, diosa de la discordia, arrojó una manzana dorada entre los invitados. Iba destinada a Hera, la diosa más bella, pero Atenea y Afrodita iniciaron una discusión con ella para dilucidar quién era la más bella que merecía la manzana, siendo Paris, príncipe de la corona de Troya, el que juzgó finalmente, con un resultado desastroso. (ver más del juicio de Paris)
 
Tetis sabía que su hijo se convertiría en un destacado héroe, pero también sabía que no llegaría a alcanzar la madurez. Con todo el amor que le podía dar, hizo cuanto pudo para cambiar su destino, hasta bañar a su hijo en las aguas de la laguna Estigia que conducía al Hades, para hacerle inmortal. Y casi lo consiguió, pero cuando sumergió a su pequeño en el agua, el talón por el que le sujetaba quedó fuera del agua y eso provocó que siguiese siendo mortal. Finalmente fue el «talón de Aquiles» el elemento fatal para el héroe.
 
Aquiles fue educado por el sabio centauro Quirón, que ya había instruido a otros héroes. Entre otras cosas, Aquiles recibió una formación intensiva en el deporte de la carrera, algo que le iba a ser de gran utilidad en el campo de batalla. Uno de los epítetos más corrientes en la Ilíada de Homero es el de los «pies ligeros». Aquiles se convirtió en rey de los mirmidones a los 15 años.
 
Debido a que Tetis sabía que Aquiles corría el peligro de morir en la batalla, le envió a la corte del rey Licomedes en la isla de Scyros, donde se ocultó disfrazado de una muchacha. Sin embargo, esto no evitó que aun así, tuviese un hijo, Neoptlemo, con Deidamiata, hija de Licomedes.
 
Como también a los príncipes griegos les había sido predicho que no podrían tomar Troya sin la ayuda de Aquiles, le andaban buscando. El astuto Ulises, para buscar a Aquiles, se disfrazó de mercader y presentó una caja que contenía joyas y armas a la princesa Deidamia y a sus damas (entre ellas el disfrazado Aquiles); todas eligieron joyas, pero Aquiles cogió una espada, por lo cual fue reconocido por Ulises, quien lo convenció para que se uniese a la expedición.
 
Cuando los griegos decidieron partir hacia Troya para rescatar a Helena. Artemisa (Diana) rechazó proveerles del viento necesario a menos que el comandante griego, el rey Agamenón de Micenas, le ofreciese a su hija Ifigenia. Agamenón convenció a Ifigenia para que acudiese al puerto de Aulis, donde se encontraba la flota, con la promesa de casarla, posteriormente, con Aquiles.
 
Aquiles confirmó su reputación de guerrero despiadado e indestructible casi de inmediato en cuanto llegó a Troya. Los troyanos sentían miedo cada vez que le veían aparecer con su espléndido yelmo, su escudo y su armadura, en su cuadriga con su auriga, Automedonte. Dos caballos inmortales, Xanto y Balio, que podían incluso hablar, tiraban de la cuadriga. Incluso antes de empezar el asedio de la ciudad, Aquiles mató a Cieno, uno de los hijos de Poseidón, que era inmune a las armas ordinarias, por lo que Aquiles optó por estrangularle con la cinta de su propio casco.
 
Troilo, uno de los hijos de Apolo y Hecabe, reina troyana, murió en una emboscada que le tendió Aquiles mientras escoltaba a un grupo de troyanas, entre las que estaba Polixena, hermana de Hector, cuando se dirigían a coger agua más allá del recinto amurallado de la ciudad. Este hecho, fue uno de los más heroicos en la historia de Aquiles.
 
Durante los diez largos años de asedio de Troya, los griegos llevaron a cabo diversas incursiones y saquearon las pequeñas localidades que rodeaban la ciudad-estado. Aquiles jugó un papel principal en estos ataques. Durante una de las incursiones raptó a la bella Briseida, a la que convirtió en su esclava y amante.
 
Agamenón, también tenía una esclava y amante: Criseida quien le parecía mejor que su esposa Clitemnestra, a la que había dejado en casa. Pero Criseida era hija de Crises uno de los sacerdotes más importantes de Apolo, el sacerdote le rogó que se la devolviera, Agamenón se negó y Apolo envió una pestilente plaga entre los griegos. Para calmar la ira del dios, Agamenón tuvo que devolverla a su padre, Aquiles fue uno de los que más insistió en ello. Agamenón entonces exigió a Briseida la esclava de Aquiles como su esclava y amante. Como comandante en jefe no podía tolerar que nadie gozase de más favores sexuales que él.
 
Aquiles tuvo que entregar a Briseida en contra de su voluntad, pero enojado por el hecho, se negó a combatir en el asedio a Troya. Se había herido su orgullo y el héroe incluso pidió a su madre que implorase a Zeus que la fortuna de la batalla sonriese a los troyanos, como así ocurrió.
 
El asedio de Troya duró diez años, con los griegos cada vez más presionados. Los troyanos incluso llegaron a enfrentarse a ellos en su propio campamento situado junto al mar, momento en el que Aquiles también rehuyó el combate. No obstante, cuando los troyanos amenazaron con incendiar los barcos de los griegos, sí aceptó que su amigo, compañero y amante, Patroclo, entrase en combate. Patroclo se vistió con la armadura de Aquiles y se convirtió en el héroe de la batalla, ya que los troyanos le tomaron por Aquiles, que ya se había encargado antes de ponerles de rodillas. Pero aunque pudiese parecerse al propio Aquiles, no lo era, y Héctor, príncipe de la corona troyana, le mató y se hizo con la armadura del héroe griego.
 
Los funerales de Patroclo fueron fastuosos. Se hicieron juegos funerarios (que equivalían a los Juegos Olímpicos de la época) a los que los troyanos respetaron caballerosamente.
 
Pero Aquiles estaba furioso por la muerte de su amante y compañero en la batalla. Incluso su madre, la divinidad que le visitaba en su propia tienda, fue incapaz de consolarlo. Aquiles sólo quería vengarse y cuando Tetis le dijo que estaba escrito que moriría poco después de la muerte de Héctor, contestó: «Moriría en este lugar y en este momento, ya que no pude salvar a mi compañero. Ha caído lejos de casa y en un momento de necesidad mi mano no ha estado allí para ayudarle». Tetis supo entonces que no podría detener a su hijo, por lo que llamó a Hefesto para que le hiciese una nueva armadura.
 
Vestido con su nueva armadura, el héroe se vistió de guerra, se subió a su cuadriga y se encaminó hacia el campo de batalla, donde provocó un baño de sangre entre los troyanos. Buscó a Héctor tres veces en los alrededores del recinto amurallado hasta derrotarlo y darle muerte. Luego ató el cuerpo a su carro y lo arrastró frente a las murallas de Troya durante varios días, negándose a devolver el cuerpo a su familia.
 
Cada día arrastraba su cuerpo por donde pasaba y sólo después de un tiempo pudo Tetis convencerle de que devolviese el cuerpo de Héctor a su padre, Príamo, que guiado por Hermes, el mensajero de los dioses, y con un importante rescate, llegó personalmente hasta la tienda de Aquiles para presentarle sus respetos. Aquiles quedó conmovido por la pena del anciano y le entregó el cuerpo de su hijo, diciéndole que podía enterrar a Héctor en paz en un lugar adecuado.
 
Esta historia del resentimiento de Aquiles por la pérdida de Briseida, la entrega del cuerpo de Héctor y su enterramiento quedó descrita de manera magistral en la Ilíada.
 
Poco antes de su muerte, Aquiles se vio envuelto en una batalla contra un ejército de Amazonas que llegaron para ayudar a los troyanos. Consiguió derribar con su lanza a su reina: Pentesilea, pero se enamoró de ella, aun después de muerta al ver su magnífico cuerpo sin la protección de la armadura.
 
Poco después de esa aventura fue herido con una flecha lanzada por el gran guerrero y príncipe troyano Paris, un cuyo arco en esta ocasión fue guiado por Apolo, al que no le gustaba Aquiles. El dios se aseguró de que la flecha acertara en su única parte vulnerable: el talón.
 
Tetis y las otras hijas de Nereo lloraron la muerte de su hijo durante 17 días. Incluso las musas acudieron a su funeral para entonar un himno de lamento frente a su pira. Después de la cremación, sus cenizas fueron depositadas en una urna dorada que había sido forjada por Hefesto y depositada en la misma tumba y mezclando las cenizas con las de Patroclo, junto al mar.
 
Después se desencadenó una fuerte pelea entre los griegos para dilucidar quién debía ser el heredero de la armadura de Aquiles. Áyax, que había sido el que había recuperado el cuerpo del héroe en el campo de batalla, lo reclamó para él, pero finalmente fue Odiseo quien se hizo con la preciada pieza provocando con ello el suicidio de Áyax. Odiseo presentó después la armadura a Neoptolemo, el hijo de Aquiles, para forjar un vínculo más fuerte entre todos los griegos antes de empezar la fase más dura de la Guerra de Troya.
 
Poco después, el mismo Odiseo se encontró con el alma de Aquiles en el Hades, el mundo de los muertos, escena que Homero describe en la Odiseo. El héroe había cambiado de idea y ya no proclamaba aquello de que había que vivir deprisa y morir joven.
 
«No me consueles en mi muerte, rey Odiseo», le dijo a su visitante del mundo de los vivos. «Preferiría ser siervo en una casa pobre en el mundo de los vivos que rey de reyes entre los muertos».
 
De acuerdo a otra narración de los hechos, el espíritu de Aquiles, que poco antes de que los griegos salieran de Troya había reclamado a Polixena, hija de Príamo, sobrevivió junto a Patroclo en la isla de Leuce, una zona paradisíaca del Hades reservada para los grandes héroes.
 
Existe una isla de ese nombre en la desembocadura del Danubio en el Mar Negro, donde hay un santuario de Aquiles.
 













 
-------------------- *** -------------------

6.03 BELEROFONTE
Sep-2014
 
Belerofonte es hijo de Glauco, rey de Corinto o de Poseidón y Eurínome, hija del rey de Megara. Todo comienza cuando Belerefonte es acusado de matar (accidentalmente) a Belero, un tirano de Corinto (de aquí deriva su nombre que significa matador de Belero). A causa de ello Belerofonte fue expatriado y se dirigió a Tirintio.
 
El gobernante de Tirintio era Preto quien purificó al héroe y lo limpio de su culpa. La esposa de Preto llamada Antea según algunos y Estenebea según otros se enamoró del héroe pero no fue correspondida por este. Entonces la mujer se quejó con su marido diciendo que este había tratado de seducirla.
 
Preto envió a Belerofonte a la corte del padre de Antea, Yóbates, rey de Licia, para que le entregase un sobre sellado. Ese sobre contenía instrucciones de Preto para que se deshiciera del héroe. Sin embargo las reglas de la hospitalidad impedían matar a los forasteros con los que se había compartido la mesa.
 
Yóbates no quiso infringirlas, y para cumplir el encargo, mandó a Belerofonte a eliminar a Quimera, un terrible monstruo que lanzaba fuego a través de sus tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío en el lomo y la tercera en la cola con forma de cabeza de dragón. Yóbates estaba seguro de que el héroe moriría.
 
Los dioses quisieron ayudar a Belerofonte. Atenea entregó al héroe una brida de oro, con el que tras encontrar a Pegaso en la fuente de Pirene lo podría domar con facilidad. Pegaso era un hermoso caballo alado, que brotó de la sangre que surgió del cuello de Medusa tras ser decapitada por Perseo.
 
Pegaso llevo a Belerofonte a donde se encontraba Quimera y este pudo derrotar al monstruo. Tras fracasar en su intento de acabar con Belerofonte, Yóbates lo envió a combatir a los sólimos, pueblo vecino que invadía continuamente la región y cometía vandalismos. El héroe repelió a los sólimos y estos nunca más osaron atacar a Licia. Luego envió a Belerofonte a luchar contra las Amazonas, y el héroe venció nuevamente. De regreso Yóbates le había tendido una emboscada a Belerofonte, con un grupo de sus mejores guerreros, éste volvió a triunfar.
 
Yóbates se dio cuenta de que Belerofonte estaba protegido por los dioses entonces le mostró la carta enviada a él por Preto. Para demostrarle que le decía la verdad Yóbates le concedió la mano de su hija Filónoe o Antlicia y lo asoció al trono. Tras la muerte de Yóbates, Belerofonte se convirtió en el rey de Licia. Tuvo dos hijos: Isandro e Hipóloco, y una hija Laodamia.
 
Pero el orgullo invadió su alma y un día montó su caballo alado y se dirigió a los cielos para comprobar la existencia de los dioses. Por su incredulidad y soberbia, Zeus lo castigó haciendo que Pegaso se desbocara, precipitando a su amo al abismo. El caballo continuó su rumbo donde Zeus lo convirtió en la constelación que lleva su nombre.
 
Otros dicen que ZEUS envió un tábano que picó a Pegaso encabritándolo y botando a Belerofonte que murió en la caída. ZEUS se quedó con Pegaso y lo usa para que le traiga los truenos y los rayos.
 







-------------------- *** -------------------
 
6.04 HERACLES (HÉRCULES)
Nov-2004
 
Hijo de Zeus y Almena – hija de Electryion, Rey de Micenas, este último hijo de Perseo – es el prototipo del héroe rústico, salvaje, muy fornido, al estilo espartano, que logra sus victorias contra monstruos y malhechores con el sólo uso de su fuerza y su maza. Contrasta con los héroes áticos más civilizados y mejor armados.
 
Para seducir a Almena, Zeus tomó la forma de Anfitrión su esposo ausente y triplicó la duración de la noche con resultado del nacimiento de un mortal excepcionalmente dotado al que quería privilegiar. Zeus tenía en mente un hijo varón lo suficientemente poderoso como para defender a los dioses y a los mortales.
 
Cuando estaba por nacer, Zeus declaró que un descendiente de Perseo sería el Rey de Micenas. Hera lo condicionó a que fuera el que primero naciera a contar de esa noche, luego, la celosa Hera persuadió a Ilitia la diosa de los partos, para que atrasara el parto de Alcmena y apresurara el nacimiento de Euristeo – hijo de Sthenelus (también hijo de Perseo) – quién nació por ello prematuro (de 7 meses), adelantándose al hijo de Alcmena que por ello perdió el trono de Micenas.
 
Al hijo de Zeus y Almena se le llamó Alceus o Alcides hasta que en Delfos fue llamado Heracles.
 
Zeus llevó al bebé al Olimpo y mientras Hera dormía lo puso en su seno. Heracles mamó con tanta fuerza que despertó a Hera quien lo retiró violentamente de su seno y al hacerlo un chorro de su leche saltó al cielo formando la Vía Láctea. Algunos dicen que la leche divina de Hera lo convirtió en inmortal, otros que sólo en invencible.
 
Cuando tenía ocho meses de edad, Hera le envió dos serpientes venenosas a su cuna, pero él las estranguló con cada una de sus pequeñas manos. Ya adolescente, aprendió a luchar con los mejores de cada categoría. Los dioses le regalaron armas: Hermes una espada, Apolo un arco y flechas, Hefesto un peto de oro y Atenea un manto. Por haber sido reprendido por su maestro, el viejo Linus, Heracles lo golpeó con la lira causándole la muerte, lo que le causó mucha pena. Fue castigado enviándolo a cuidar ganado, donde Heracles su volvió agreste y huraño.
 
A los 18 años mató al León de Cithacron que diezmaba el ganado  del Rey Thespius en Etolia (el ganado era la mayor riqueza de los griegos). Para ello desenraizó un olivo y usó su tronco como maza o garrote. A contar de entonces pasó a ser su arma preferida. Como premio de su hazaña el Rey le permitió acostarse con cada una de sus 50 hijas, con las cuales tuvieron 50 hijos que fueron llamados Thespiades.
 
Defendiendo a Tebas derrotó a los Minyans, por lo que recibió como premio a Megara, hija del Rey de Tebas, como esposa de la cual tuvo cuatro (otros dicen ocho) hijos.
 
Hera todavía persiguiendo a Heracles, lo volvió loco. En su insania mató a su esposa Megara y a sus hijos. Cuando recobró el juicio partió al exilio y al pasar por Delfos un sacerdote le dijo que si servía a Euristeo, su rival en el trono de Micenas, y le hacía 10 trabajos, sería purificado y conseguiría la inmortalidad. Otros dicen que fue un oráculo y que fue la pitonisa quien le ordenó servir a Euristeo y que al dirigirse a él para contestarle, lo llamó Heracles (Gloria de Hera) por lo que a contar de entonces fue conocido con ese nombre.
 
De los 10 trabajos, Euristeo rechazó dos, por lo que en total fueron 12. Durante los duros trabajos que tuvo que pasar Heracles para cumplir con las órdenes de Euristeo, la celosa Hera trató de entrabarlos para provocar el fracaso del hijo ilegítimo de su esposo Zeus, pero éste recibió ayuda de la justiciera Palas Atenea.
 
LOS DOCE TRABAJOS:
 
1º - La muerte del León de Nemea que era invencible pues su piel era inmune a las piedras, al bronce y al hierro y había sido cebado por Hera. Al no servir la flecha que le disparó, Heracles lo aturdió con su garrote, le quebró el cuello y lo ahogó con sus brazos. Después de eso Heracles usó la piel del león de Nemea como coraza y su cráneo como casco o yelmo.
 
2º - La destrucción de la Hidra de Lerna, también cebada por Hera. Era un monstruo hijo de Typhon y Echidna de 10 cabezas una de ellas inmortal, que cuando se le cortaba una, inmediatamente le crecían otras dos. Su hálito era venenoso. Le fue cortando las cabezas una por una y para que no le crecieran otras, su sobrino Yolao que le servía como conductor de su carro, le fue quemando el cuello cortado con un madero en llamas. La cabeza inmortal la enterró y colocó una pesada roca encima. Antes de retirarse mojó las puntas de sus flechas en la bilis de la Hidra muerta, haciendo sus flechas mortales al más leve rasguño. Un enorme cangrejo, enviado por Hera, ayudó a la Hydra. Tanto la Hidra come el cangrejo fueron colocados entre las constelaciones por Hera
Por haber recibido la ayuda de Yolao, Euristeo rechazó este trabajo como válido.
 
3º - La cierva de Arcadia. Euristeo le ordenó llevar a la cierva Cerinitis, viva y sin dañarla, hasta Micenas. La cierva Cerinitis que pastaba en las colinas de Arcadia, tenía los cuernos de oro y las pezuñas de bronce, era velocísima y estaba consagrada a Arte-mis. Heracles la persiguió por más de un año, llegando hasta las tierras de los Hiperbóreos, hasta que logró acorralarla contra el río Ladón que la cierva no pudo atravesar. Aprovechando que la cierva estaba parada mirando cómo atravesar el río le disparó una flecha que sin dañarla le trabó las patas delanteras lo que le permitió capturarla. En su camino hacia Micenas se encontró con los divinos hermanos Artemis y Apolo. Artemis le preguntó cómo se atrevía a capturar a su cierva sagrada, a lo que Heracles replicó, clamando Necesidad y culpando a Euristeo que se lo había pedido; eso apaciguó a la diosa quien le permitió que llevara a la cierva hasta Micenas.
 
4º - El jabalí de Erimanto. Euristeo le ordenó que le llevara vivo al formidable jabalí que devastaba la ciudad de Psofín en Arcadia. El jabalí tenía su guarida en monte Erimanto y fue allí donde Heracles acorraló al enorme animal llevándolo hasta la nieve donde lo atrapó, le trabó las patas y se lo puso sobre los hombros para llegar ante Euristeo. La leyenda dice que éste, aterrado al ver al temible animal se escondió en un jarrón de bronce. En su camino hacia Erimanto, en Pholoë, se le enfrentaron algunos de los centauros a quienes mató. Los centauros sobrevivientes se dispersaron por otras tierras. En ese incidente Heracles hirió involuntariamente a su amigo el centauro Chirón, quién renunciando a su inmortalidad en favor de Prometeo, murió.
 
5º - La limpieza de los establos del Rey Augías. El rey de la Élida, Augías tenía una manada de miles de bueyes, cuyos establos nunca habían sido limpiados. Euristeo, dicen que con la intención de humillar a Heracles, le ordenó limpiar los establos sin la ayuda de ningún otro hombre, en un sólo día. La astucia de Heracles le permitió concebir un plan, pero antes, sin decirle a Rey Augías que actuaba por orden de Euristeo, le pidió que le pagara con el 10 % de su ganado si limpiaba los establos. El Rey creyendo que era imposible hacerlo, aceptó. Heracles desvió los ríos Alfeo y Peneo cuyas turbulentas aguas hizo pasar por los establos dejándolos limpios como el oro.
Cuando el Rey Augías supo que el trabajo era hecho por orden de Euristeo, se negó a pagar y negó incluso el compromiso, un hijo del rey testificó a favor de Heracles, sin embargo Augías dijo que los dioses de los ríos habían hecho el trabajo y expulsó de Elis a ambos, su hijo y Heracles.
 
Euristeo se negó a aceptar como válido el trabajo alegando que Heracles había sido contratado por el Rey.

6º -
Los pájaros Estinfaleo. Euristeo ordenó a Heracles a espantar o deshacerse de los pájaros Estinfaleos que en forma multitudinaria vivían en el pantano del mismo nombre y que asolaban las cosechas de la Arcadia. Habían llegado al lugar huyendo de los lobos. Estos pájaros eran terribles monstruos, discípulos de Ares, que tenían el pico, las alas y las garras de bronce, arrojaban sus plumas como flechas y se alimentaban de carne humana. Por su gran número nadie había podido con ellos. Dicen que Heracles hizo una matraca o sonajero de bronce, con el que hizo un enorme bullicio desde la cima de un monte que cubría toda el área, espantó a los pájaros, mató con sus flechas a cuantos podía y otros abandonaron el lugar. Otros dicen que fue Palas Atenea quien le hizo llegar unas castañuelas de bronce hechas por Hefesto, con los que atemorizó a los pájaros que luego mató uno por uno con sus flechas envenenadas. Pero la primera versión parece ser la más creíble porque los Argonautas vieron a los pájaros en una Isla en sus viajes por el Mar Negro.
 
7º - El toro de Creta. Euristeo le ordenó llevarle, vivo, el toro de Creta. El toro pudo haber sido el que Zeus envió para que llevara a Europa hasta Creta, o el que era un regalo de Poseidón al Rey Minos de Creta, del que se enamoró Pasifae, su esposa y a la que dio por hijo al Minotauro.
Aun cuando el Rey Minos le negó ayuda, Heracles logró atrapar al toro y llevarlo ante Euristeo, quien lo ofreció a Hera, ésta lo rechazó y lo dejó libre. El animal vagó por Esparta, Arcadia y pasando por el istmo de Corinto terminó acosando a los habitantes de Ática.
 
8º - Las yeguas de Diomedes. Diomedes hijo de Ares y de Cirene, rey de Tracia, tenía un hato de cuatro terribles y salvajes yeguas que bufaban fuego y se alimentaban de carne humana. Estaban amarradas con cadenas de hierro en un pesebre de bronce. Eran alimentadas con los desafortunados extranjeros que caían prisioneros.
Euristeo ordenó a Heracles traerle las cuatro yeguas, para lo cual tuvo que dominar, acompañado de algunos amigos, a los mozos de cuadra que cuidaban a las bestias y luego llevarlas hasta la orilla del mar para embarcarlas hacia Micenas. Cuando ya las tenía en la costa, fue atacado por los tracios, a quienes venció. Durante la batalla el amigo de Heracles: Abdero hijo de Hermes o hermano de Patroclo, quedó cuidando a la yeguas, éste trató de enjaezar las yeguas a un carro pero éstas destrozaron el carro y devoraron a Abdero.
El rey Diomedes murió en la batalla. Otros dicen que fue devorado por sus propias yeguas, con lo que apaciguaron su hambre haciendo más fácil embarcarlas.
Cuando Heracles presentó las bestias ante Euristeo éste simplemente ordenó soltarlas, tal era el interés de Euristeo por los trabajos de Heracles. Dicen que fueron destrozadas por animales salvajes en las laderas del monte Olimpo.
 
9º - El ceñidor de Hipólita Reina de la Amazonas. Admeta, hija de Euristeo se empecinó en poseer el bello ceñidor incrustado de joyas preciosas, que Ares había regalado a su hija Hipólita, reina de las Amazonas, por lo que envió a Heracles a conseguirlo. Acompañado por amigos voluntarios, héroes griegos como Yolao, Telamon, Peleo y Teseo, navegó hacia el Asia Menor, hasta la ciudad de Themiscyra cerca de la desembocadura del río Termodón, donde estaba el palacio de las Amazonas gobernadas por la bella Hipólita. Ante la demanda de que le entregasen el ceñidor, Hipólita visitó a Heracles en su barco y se enamoró de él, por lo que estaba proclive a entregarle el ceñidor, pero intervino Hera, quién tomando la forma de una amazona revolucionó la ciudad diciendo que extranjeros venían a llevarse a su reina, lo que produjo una enorme batalla en la que Heracles tuvo que matar a Hipólita, quién se paró encima de su caballo caído y se defendió hasta la muerte, para quitarle el ceñidor y llevárselo a Euristeo.
Fue en esta ocasión cuando Heracles salvó a Hesione hija de Laomedón, rey de Troya, de ser devorada por un monstruo marino. Como Laomedón no le pagó el premio prometido, regaló a Hesione, hizo la guerra a Troya y mató al rey Laomedón.
 
10º - Los bueyes de Gerión. El gigante Gerión, es hijo de Chrysaor el primer rey de los iberos, que brotó de la sangre de la Medusa junto con el caballo alado Pegaso cuando fue decapitada por Perseo. Gerión era rey de una región al sur de Iberia, era un monstruo que tenía tres cabezas y tres cuerpos unidos por la cintura y seis brazos. Poseía un rebaño muy apreciado de ganado rojo en la isla Eritea, frente a Lusitania en la corriente del Océano. Euristeo le pidió a Heracles que le trajera ese rebaño a Micenas.
El rebaño era cuidado por Eurytion, con su perro bicéfalo Orthus, hermano de Cerbero del Hades. Heracles para llegar hasta la Isla, recibió ayuda del Helios y de Océano; al desembarcar fue descubierto por Orthus quién lo atacó seguido de su amo. Ambos perecieron bajo la terrible maza de Heracles.
El pastor de Hades que estaba cerca, avisó a Gerión del robo, quién acudió de inmediato, pero lamentablemente, enfrentó a una flecha de Heracles que atravesó sus tres cuerpos y lo derribó. Otros dicen que fueron tres flechas simultáneas.
En el transcurso de este trabajo fue cuando Heracles levantó las dos columnas en el estrecho (ahora de Gibraltar) que separa los dos continentes. Algunos dicen que Heracles estrechó el paso para evitar que monstruos desconocidos penetraran al Mediterráneo, otros dicen que el estrecho no existía y que él lo abrió permitiendo así a los Helenos a navegar hacia las costas de África.
En el viaje de retorno con el ganado rojo de Gerión a Grecia, Heracles recorrió Iberia, las Galias, Liguria, Italia y Sicilia. Realizó múltiples hazañas matando a monstruos, bandidos y ladrones y obtuvo honores, favores y parejas con las cuales tuvo muchos hijos.
Cuando Heracles llegó a Micenas con los bueyes de Gerión, Euristeo, sin demostrar mayor interés, recibió el ganado y lo dedicó a Hera.
 
11º - Las manzanas de las Hespérides. Gaia le regaló a Hera para su boda con Zeus, manzanas de oro, que Hera plantó en su jardín privado cerca del Monte Atlas, donde eran cuidadas por tres ninfas llamadas Hespérides, por ser hijas de la estrella Héspero y de Atlas. Sin embargo, como estas bellas ninfas tomaban manzanas del árbol, Hera puso a Ladón, un temible dragón de 100 cabezas a cuidar el árbol. Euristeo ordenó a Heracles a llevarle esas manzanas.
Nadie sabía a ciencia cierta donde estaba el Jardín de las Hespérides, así es que Heracles después de indagar entre las ninfas y otras divinidades, llegó donde Nereo, el viejo dios del mar, a quién tuvo que forzar para que le diera la información. Así y todo Heracles en su búsqueda, se encontró en el monte Cáucaso con Prometeo encadenado y martirizado por el águila, a quién mató y liberó a Prometeo, quién agradecido le dijo que no sacara él las manzanas de oro, sino que lo hiciera a través de Atlas.
Después de matar al dragón Ladón y para que Atlas pudiera sacar las manzanas del árbol, Heracles tuvo que relevarlo de su tarea de soportar el ancho cielo con sus hombros por un tiempo. Luego de un altercado con Atlas que no quería volver a soportar al cielo, Heracles regresó con las manzanas de oro a Micenas.
Fue en esta ocasión cuando Heracles luchó con Anteo, hijo de Gea quién le daba fuerzas o las recuperaba al estar en contacto con ella. Lo mató manteniéndolo abrazado con sus brazos y suspendido sin tocar tierra, asfixiándolo.
Cuando Euristeo recibió las manzanas, se las devolvió a Heracles, que a su vez se las dio a Atenea y ésta las devolvió al Jardín de las Hespérides, puesto que no estaba permitido que una propiedad divina estuviera en cualquier parte.
 
12º - El perro Cerbero, guardián de las puertas del Hades. Cansado Euristeo de que Heracles no fallara en los trabajos encomendados, ordenó, ésta vez seguro que no regresaría, que le trajera vivo a Cerbero el terrible perro tricéfalo que cuida la puerta del Hades.
Heracles descendió al Hades por la entrada que se encuentra en Laconia. Dicen que cuando las almas de los muertos lo vieron, huyeron asustadas, excepto la Medusa y Meleager, hermano de Deyanira, futura esposa de Heracles. Heracles quiso matar a la Medusa, pero Hermes le hizo ver que era sólo su alma. También se encontró con el alma del pastor del rebaño de Hades, Menoetes, que lo había denunciado cuando fue por el ganado de Gerión en Iberia, con el cual tuvo un nuevo altercado que como consecuencia Menoetes terminó con las costillas rotas.
Heracles le pidió directamente a Hades que le entregara a Cerbero, a lo cual Hades le replicó que no tenía inconveniente, siempre que fuera capaz de capturarlo. Heracles fue en busca del animal y agarrándolo fuertemente y pese a que el perro lo golpeó con su cola de dragón, logró encadenarlo. Otros dicen que Perséfone le ayudó a capturarlo.
Heracles  regresó al mundo de los vivos por la puerta de Troezen, y después de mostrárselo a Euristeo, lo fue a devolver al Hades.
 
Cumplidos los 12 trabajos, que originalmente eran 10, pero Euristeo invalidó dos, Heracles se vio libre de su compromiso y regresó a su tierra , pero no por eso dejó de viajar y eliminar a monstruos y malvados en muchas partes del mundo.
 
OTRAS AVENTURAS:
 
a) Las Moiras habían decidido que cuando el rey Admeto estuviera por morir, podría ser perdonado si algún voluntario muriese en su lugar. Su esposa Alcestis aceptó morir en vez de él y bajó al Hades. Sin embargo Heracles combatió con la muerte, Tánatos y la trajo de vuelta al mundo de los vivos.
 
b) En compensación por haber dado muerte en un rapto de locura al inocente Iphitus, Heracles recibió un oráculo que decía que se purificaría si era vendido y servía como esclavo por tres años. Entonces Hermes lo vendió a Omphale, reina de Lydia. Durante su servicio como esclavo realizó varios trabajos y se discute si algunos de los trabajos hechos para Euristeo también fueron realizados es éste período. También se dice que fue en esa época que Heracles se embarcó con los Argonautas.
 
c) Durante la rebelión de los Gigantes contra los Olímpicos, Heracles tomó parte del lado de los Olímpicos, algo muy útil por cuanto los Gigantes no podían ser destruidos si no era con la participación de un mortal.
 
d) Heracles recordó que el Rey Augeas no respetó el trato cuando limpió sus establos, por lo que reunió un ejército y atacó a su reino. En esa guerra, donde también capturó Elis (Troya), atacó a la ciudad de Pylos, matando a varios héroes rivales, Augeas entre ellos, también varios Olímpicos fueron heridos: Hades que ayudó a los Pylians, Ares en un muslo y a Hera en el seno derecho. También derrotó a los Lacedaemonians y restauró a Tyndareus como rey de Lacedaemon.
 
e) Iole o Yole: Era la joven y bella hija de Éurito, rey de Ecalia. Heracles se enamoró perdidamente de ella en cuanto la vio y trató de conseguir su mano, pero Éurito se la denegó porque conocía el oscuro pasado de Heracles, en el que éste mataba a su mujer y a sus hijos víctima de la locura.
Tiempo después, Éurito organizó una competición de tiro con arco, prometiendo otorgar la mano de Íole al que lograra batir su marca y la de sus hijos. Heracles participó ansiando y cuando iba ganando, Éurito detuvo la competición y no le permitió seguir y se ganó el odio de Heracles.
 
d) Deyanira: Heracles y Achelous lucharon por la mano de Deyanira, pero finalmente Heracles le rompió un cuerno a Achelous que había tomado la forma de un toro lo derrotó y luego se casó con Deyanira. Más tarde llegaron al río Evenus, donde el centauro Nessus cobraba por pasar pasajeros por el río. Heracles pasó por su cuenta y pidió al centauro que pasara a Deyanira, pero durante la pasada trató de violarla, por lo que Heracles, ante los grito de ayuda, lo mató con una flecha cuando llegó al otro lado del río. En el momento de su muerte el centauro Nessus le dio a Deyanira un filtro de amor hecho con la mezcla de su semen y de su sangre, diciéndole que con ella podría influenciar a su marido.
 
La muerte de Heracles. Deyanira supo de Heracles y Iole y creyendo que la pócima de Nessus era realmente un filtro de amor con la que recuperaría el amor de su marida, roció un manto de Heracles y se lo dio cuando iba a hacer ofrendas a los dioses. La túnica abrasó la piel del héroe y el veneno de la Hydra que pasó de la flecha a la sangre del centauro, hizo su efecto y comenzó a corroer la piel de Heracles.
 
Sabiendo que se estaba muriendo, él mismo construyó una pira y colocándose encima dio orden para que Yolao, su sobrino y amante la encendiera. A su muerte subió al Olimpo donde obtuvo la inmortalidad y se casó con Hebe la diosa copera de los Olímpicos.
 
Euristeo persiguió a los hijos de Heracles después de su muerte, temeroso que se vengaran.
 











-------------------- *** -------------------

6.05 JASÓN Y LOS ARGONAUTAS
 
La historia de Jasón está ligada a la de los Argonautas, pues él era su líder y con ellos fue hasta Colquide, en el mar Negro, a bordo del Argo, superando grandes dificultades hasta conseguir el Vellocino de Oro.
 
JASÓN EN YOLCOS (Tesalia)
 
El rey de Yolcos, abuelo de Jason, tuvo dos hijos Eson y Pelias de distintas madres. El heredero era el hijo mayor: Eson (padre de Jasón), pero la madre de Jasón no confiaba en Pelias y organizó un falso funeral por su hijo. En realidad se llevó al pequeño de la cuidad y se lo confió al centauro Quirón, que ya había educado a varios héroes. Según otro relato, Esón confió el reino a su hermano Pelias, hasta que su hijo Jasón alcanzase la mayoría de edad. No obstante, a la muerte del rey, Palias se hizo con el poder y tomó el trono.
 
Pelias había sido advertido por el Oráculo de Delfos para que tuviese cuidado con un descendiente de Esón que llevase una sola sandalia porque pondría en peligro su trono.
 
Tiempo después, cuando Jasón regresó a Yolco tuvo que vadear un río. Cuando se disponía a hacerlo, una anciana le pidió que la ayudase a cruzar y así lo hizo, aunque perdió una de sus sandalias. La anciana era la diosa Hera, ahora protectora de Jasón, que quería vengarse de Pelias.
 
Con un pie desnudo se presentó ante el rey, motivo por el cual supo de inmediato quién era. Pelias pensó que si lo mataba, violaría las reglas de hospitalidad y tendría al pueblo en contra, dada la popularidad de Jasón. Así, le prometió que le devolvería el trono si le traía el Vellocino de Oro: la piel del carnero sobre el que habían cabalgado Frijo y Hele, (antepasados de Pelias), hasta Colquide. Se trataba de una tarea imposible, así que Pelias pensaba que el joven no sobreviviría a la aventura.
 
Jasón no tuvo más remedio que aceptar aunque sabía que la misión le sobrepasaría. Jasón es un héroe atípico. En muchas ocasiones se contrapone su figura a la de Ulises. Ulises es el de los mil recursos, las mil artimañas. Jasón no posee más recursos que aquellos que los demás le conceden. Es un héroe indeciso, jefe de una tripulación que le supera y a la que muchas veces no sabe cómo manejar. Al enfrentarse a los peligros se amedrenta y se refugia tras sus compañeros o tras las mujeres. Pese a eso tiene la protección de tres diosas: Hera, Atenea y Afrodita y es gracias a ellas que logra su objetivo. Cuando éstas no le protegen lo hace Medea, su esposa.
 
No obstante, el Oráculo de Delfos sí creyó que Jasón lo conseguiría y le mandó construir un barco, al que llamó Argo y le ordenó reunir a 50 héroes para que le acompañasen. Jasón invitó a aquella aventura a los más valerosos de su época.
 
Entre los expedicionarios se contaron tres hijos de Júpiter: Hércules, Cástor y Pólux; dos hijos y nietos de Neptuno: Eufemo y Periclimenos; un hijo de Apolo, Orfeo; dos de Mercurio, Equión y Euritos, y los de Boreo: Zetes y Calais; Argos, hijo de Frisos, que fue quién construyó el navío Argo, auxiliado por Minerva. También se encontraban entre ellos a Tifis, el piloto, instruido por Atenea, Teseo héroe ateniense, Asclepio el médico y Peleo el mirmidón.
 

Este es el recorrido del Argo. La leyenda explica cómo en algunos lugares, tuvieron que transportar en hombros al barco, talvés desarmándolo, para poder acceder a rios del interior.

EL VIAJE HACIA LA CÓLQUIDE
 
Antes de llegar a su destino, los argonautas deben salvar una serie de obstáculos.
 
Primero llegan a la isla de Lemnos. La isla está habitada solo por mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado, uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la isla. Los Argonautas permanecieron en la isla un tiempo, se unieron amorosamente a ellas y luego se marcharon. Jasón tuvo dos hijos de Hipsípila llamados Euneo y Nebrófono.
 
Llegan a Cício. Allí les recibe un jovencísimo rey con el que traban amistad. Parten, pero los vientos les hacen regresar al mismo sitio. El rey cree que están invadiendo Cício y los ataca, los argonautas se defienden. En la oscuridad de la noche ninguno de los amigos se reconoce. Por la mañana se descubre la verdad. Los dos bandos se unen en su dolor mutuo y entierran a los muertos, incluido el joven rey y su esposa que se ha suicidado por la muerte de éste.
 
En otra isla pierden a tres compañeros. Hilas es raptado por la ninfa de una fuente que se enamora de él. Hilas es el mejor amigo de Heracles y éste y Polifemo le buscan. Los argonautas, sin percatarse, parten sin ellos y cuando se dan cuenta de su ausencia, deciden no regresar. Ya se encargará Heracles de vengar el abandono.
 
En el país de los bébrices, su rey, Amico, se dedicaba a retar a los extranjeros a un combate pugilístico en el que siempre vencía. Uno de los argonautas, Pólux le reta y vence.
 
Encuentran al rey Fineo que sufre un castigo ejemplar por hacer predicciones demasiado ajustadas a la realidad (los videntes tiene prohibido que sus profecías muestren el futuro con claridad para que los hombres no sean como los dioses). Todos los días le atormentan las harpías. Zetes y Calais le ayudan a librarse de ellas. En agradecimiento Fineo les revela como atravesar las rocas Ciareas, que chocan la una contra la otra. Deberán enviar una paloma. Si el ave pasa sin peligro, ellos harán lo mismo. Siguiendo este consejo las atraviesan sin peligro.
 
EL VELLOCINO DE ORO
 
Llegan a la Cólquide. Allí, Jasón se entrevista con el rey Eetes, quién no está dispuesto a dejarle marchar con su tesoro, pero no da muestras de ello. "Claro. Te lo daré. Pero antes has de superar unas pruebas" Eetes pretende que muera en esas pruebas. Pero Jasón tiene poderosas aliadas.
 
En el Olimpo, Atenea y Hera llegan a la conclusión de que lo mejor para Jasón es que Medea, hija de Eetes y hechicera consumada, ayude al héroe. Van a visitar a Afrodita y la convencen para que su hijo Eros dispare una de sus flechas contra Medea y la enamore de Jasón. Afrodita acepta y su hijo cumple la misión. Medea muere de amor por Jasón y le ayuda en sus pruebas a pesar de que debe traicionar a su padre.
 
La primera prueba es uncir dos bueyes que escupen fuego, arar el campo con ellos y sembrar en él unos dientes de dragón. Medea le aconseja y prepara un ungüento que le protegerá contra el fuego de los bueyes. Cuando siembre los dientes ha de estar preparado porque de ellos van a nacer unos guerreros terribles que le matarán. Para librarse de ellos debe tirarles una piedra entre ellos y así se matarán los unos a los otros.
 
Jasón supera las pruebas. Pero Eetes se niega a darle el vellocino e intenta matarles. Los griegos huyen con Medea y su hermano. Medea ayuda a Jasón a dormir al dragón que guarda el vellocino, lo roban y escapan en el Argo. Eetes persigue al Argos y Medea no tiene escrúpulos en matar a su propio hermano, despedazarlo y arrojarlo por la borda para distraer la persecución de su padre. Eetes se retrasa para recoger los restos de su hijo.
 
De todo es capaz Medea por el amor que siente por Jasón. Su pasión vital siempre supera a Jasón. A su lado el héroe es como un niño.
 
EL REGRESO A YOLCOS
 
El viaje de regreso es igual de complicado que el de ida. Incluso los argonautas, en algunas zonas, deberán portar sobre sus hombros a la Argo hasta encontrar una salida al mar.
 
Parten hacia la isla de Eea, donde vive la tía de Medea: Circe. Ella les purifica por las violencias tan terribles que han cometido.
Pasan por la isla de las sirenas. Orfeo toca su maravillosa música que impide que los argonautas enloquezcan con el canto de las sirenas.
También en su camino Medea acaba con el gigante Talos, que guarda la ciudad de Creta.
En Corcira, el rey Alcínoo y la reina Arete casan a Jasón y Medea.
 
Regresan a Yolcos y Pelias no da crédito a sus ojos. Aun así se niega a cederle el trono. Medea planea una terrible venganza: se introduce en palacio y convence a las hijas de Pelias para que bañen a su padre en una poción que ella hace con la que volverá a ser joven. Todas creen en el engaño. Pelias se introduce en el baño y muere.
 
Tras la muerte de Pelias, Medea y Jasón parten hacia Corinto. El rey Creonte acoge con entusiasmo a Jasón, que es un héroe, pero no pasa lo mismo con Medea y los dos hijos de ambos. Jasón ve la oportunidad de conseguir el reino de Corinto y no duda en repudiar a Medea y pedir en matrimonio a la hija de Creonte, Glauce. Creonte está loco de contento, va a casar a su hija con un héroe y se librará de Medea y los niños.
 
LA VENGANZA DE MEDEA
 
Pero Medea no acepta fácilmente lo que han preparado para ella. Es capaz de cualquier cosa, ya lo ha hecho antes, y eso la hace muy peligrosa. Convence a Creonte para que acoja a sus hijos aunque la destierre. Para que también Glauce se apiade de ellos les envía regalos: un peplo y una corona. A Glauce se le ilumina el rostro ante la belleza de los regalos. Glauce se prueba el peplo y la corona y cae presa de un terrible dolor que le quema el cuerpo. Los regalos estaban envenenados. Su padre se corre a abrazarla y toca el veneno. Ambos mueren en medio de una terrible agonía.
 
La venganza de Medea aún llega más lejos. Va a matar a sus hijos para provocar a Jasón el mismo tormento que sufrirá ella. Tras cometer aquel terrible acto, deja a Jasón llorando a sus hijos y huye en un carro de fuego, prestado por su abuelo Helios. Antes maldice a Jasón: morirá por su propio y amado barco.
 
La profecía se cumple. Mientras duerme a la sombra de Argo, un tablón se desprende y cae sobre él matándole.
 
-------------------------------------------
 
Poetas líricos como Píndaro, se inspiraron en el mito de los Argonautas. Los tres grandes poetas trágicos escribieron también inspirándose en la expedición de los Argonautas. Esquilo, escribió las tragedias "Atamas", "Ipsipili", "Argo" y "Caviro". Sófocles escribió las tragedias "Atamas", "Cólquides", Squite" y "Rimotomoi". De todas estas obras no se conservó ninguna. De las obras de Eurípides sólo se salvó la renombrada "Medea".
 













-------------------------- *** 
--------------------------
6.06 ODISEO (ULISES)
 
Ulises, rey de Ítaca, cuyo nombre griego es Odiseo, es hijo de Leartes y Anticlea. Fue un destacado guerrero, excelente atleta y consumado marino.
 
Es el primer héroe griego simplemente humano, hijo de mortales. Para salir airoso de los múltiples peligros a que se expuso, no puede echar mano de una fuerza sobrehumana ni posee ningún arma mágica, como sus antecesores. Siendo un guerrero hábil en el retorno a su patria no le servirá de nada dicha facultad y sólo su extraordinaria astucia y su inquebrantable determinación de volver a casa harán posible que salga victorioso.
 
En muchas ocasiones se muestra como un líder especialmente prudente y sabio, aceptando los consejos y previniéndose ante las advertencias, pero sobre todo, sobresale por su intelecto, su inteligencia, por su incomparable habilidad para urdir argucias con las que salir de un embrollo o tomar ventaja de cualquier situación.
 
Fue un favorito de la diosa Atenea y a veces Zeus lo apoya enviando a Hermes en su ayuda. La tradición asegura que Odiseo fue discípulo, al igual que tantos otros héroes griegos, del centauro Quirón.
 
HOMERO LO CANTA COMO:
 
“Fecundo en ardides”, "el que sabe pensar mejor que nadie",  "el, que en prudencia igualaba a Zeus"
La primera línea de La Odisea, ofrece un claro perfil del personaje: "Háblame, Musa, del hombre de múltiples tretas que por muy largo tiempo anduvo errante..."
Mucho antes de la victoria sobre Troya, mientras otros héroes son descritos a través de rasgos externos o cualidades físicas, numerosos versos lo presentan como un hombre prudente, sagaz, dotado de inusuales habilidades retóricas.
Es caracterizado por su brillantez, astucia y la versatilidad de su carácter. Su nombre aparece acompañado de los epítetos "el astuto", “el prudente” "el de muchas mañas", "el de muchos senderos, y de multiforme ingenio"
 
EN LA GUERRA DE TROYA:
 
La intervención de éste héroe en la Guerra de Troya fue decisiva ya que fue suya la idea del Caballo de Troya.
 
Él es quien convence a Aquiles para que se una a las fuerzas aqueas y durante toda la invasión se mantiene como el general más perseverante y clarividente.
 
Odiseo, junto con Fénix y Áyax, es elegido para acudir ante Aquiles en embajada con el fin de convencerlo de que retorne al combate.   
 
En los juegos fúnebres en honor de Patroclo, Odiseo iguala en la lucha con Áyax, obteniendo el mismo premio ambos, al suspender el combate Aquiles, al temer por la vida de los héroes.
 
Será Odiseo quien aconseje calma a Aquiles, impaciente por vengar la muerte de Patroclo, indicándole la conveniencia de que el ejército descanse y recobre fuerzas.
 
Junto con Diomedes entra en Troya disfrazado de mendigo, y consigue robar el Paladio, imagen de Atenea que aseguraba que la ciudad sería inexpugnable en tanto la imagen estuviese dentro de ella.
 
A él se le atribuye la idea de construir el caballo de madera en cuyo interior se alojaron treinta guerreros escogidos, mientras los demás simulaban poner fin al asedio, lo que habría de motivar, después de 10 años, la caída de Troya.
 
EL RETORNO AL HOGAR
 
Finalizada la guerra de Troya, Odiseo inicia el retorno a su hogar en Ítaca, llega a la ciudad de los Cicones, en el istmo de Tracia y, falto de provisiones, asalta la ciudad y aunque consigue abastecerse, pierde a setenta y dos de sus compañeros.
 
Arrastrados por una tempestad llegan a las costas de África a la tierra de los lotófagos, quienes se alimentaban de la flor de loto, la cual provocaba la pérdida de memoria. Éstos les ofrecieron exquisitos mangares con flor de loto, tras lo cual los navegantes olvidaron su patria. Sin embargo, Odiseo se negó a consumirlos y con dificultad consiguió que los marineros volviesen a sus embarcaciones, para seguir rumbo a Ítaca.
 
Llegan luego al país de los Cíclopes donde el monstruo antropófago y de un sólo ojo: Polifemo encierra a Odiseo con doce de sus compañeros en una caverna. Cuando ya había devorado a seis griegos, Odiseo logra emborrachar al monstruo y le ciega con una estaca su único ojo, con lo que logra escapar con el resto de sus compañeros.
Al emprender la huida en barco, Odiseo ve a Polifemo en lo alto de un acantilado de la isla, lamentando su ceguera y bramando amenazas. El rey de Ítaca lo reta a que le lance rocas y se mofa agriamente de él. Ésta será su error trágico, pues el cíclope Polifemo es hijo de Poseidón y el dios del mar no perdonará tal ofensa.
A partir de entonces Odiseo es perseguido por la ira de Poseidón, dios del mar y padre de Polifemo, quien lo persigue con terribles tempestades durante su viaje, manteniéndolo siempre alejado de su país.
 
En la isla de Eolo, el dios de los vientos, halla una amable hospitalidad y al partir de allí, el dios le entrega una bolsa de cuero en la que se hallaban encerrados todos los vientos, con excepción del benéfico Oeste, para que los lleve en nueve días a la costa de Ítaca. Mientras Odiseo descansa durmiendo, sus compañeros abren la bolsa creyendo que contenía un tesoro y los vientos escapan. Arrastrados por la corriente, llegan de nuevo a la isla de Eolo, quien esta vez los echa por considerarlos indignos de los dioses.
 
Al llegar a Telepilo, a la cuidad de Lamo del rey de Anfitrite, sus lestrigones, caníbales de descomunal estatura, destrozan sus naves, salvándose solo la de Odiseo gracias a su astucia.
 
En la isla de Ea, la maga Circe convierte en cerdos a parte de la tripulación de su nave, pero el héroe, con la ayuda de Mercurio, la obliga a devolverles su forma humana. Pese a su derrota Circe le da consejos valiosos para que continúe su viaje.
 
Mientras estaba en la isla de Circe, Odiseo desciende al Hades siguiendo las indicaciones de Circe en busca del famoso adivino tebano ciego Tiresias, en busca de consejos para continuar su viaje. Allí ve a su madre, Anticlea, que se ha suicidado por la tardanza de su hijo. También habla con Aquiles. El héroe está poco contento con su condición actual y le cuenta sus penas a Ulises. Tiresias, a cambio de un poco de sangre de cordero profetiza para él. Le dice que ha de atravesar una serie de obstáculos como la isla de las sirenas y que regresará a casa sin ninguno de sus compañeros y en una nave extraña.
 
El próximo peligro que debía enfrentar era la isla de las sirenas. Ninfas de belleza maravillosa atraían a los marineros con su hermoso canto, los cuales, al tratar de alcanzarlas, naufragaban en los escollos de la costa. Para impedir a sus hombres que las oyesen, les tapó los oídos con cera y les rogó que a él lo atasen al mástil. Mientras el barco estaba pasando a lo largo de la isla, las sirenas cantaron con tanta ternura, que Ulises suplicó a sus hombres que lo desataran, pero éstos no hicieron sino más que remar lo más rápido que pudieron para escapar de allí.
 
 Otro peligro los estaba esperando. Al alejarse de los alrededores de la isla, llegaron a un brazo de mar estrecho que guardaban dos criaturas terribles. Sentado en las rocas, de un lado del estrecho, el monstruo de seis cabezas, Escila, atisbaba los barcos para engullir a los tripulantes. Del otro lado, Caribdis hacía un remolino que atraía con gran fuerza a todos los barcos que pasaban cerca. Seis hombres fueron devorados por Escila, pero Ulises logró evitar la trampa de Caribdis.
 
Prosiguieron su viaje hasta la isla de Helio el dios del sol. Allí algunos de los hombres de Ulises mataron ganado para alimentarse. Indignado por este sacrilegio, el dios rehusó brillar hasta que los hombres fueran castigados. Así, luego que hubieron izado velas, Zeus desencadenó una formidable tempestad donde un rayo abrió el barco de par en par ahogándose todos los tripulantes a excepción de Odiseo.
 
Durante nueve días estuvo a la deriva, asido a los restos del barco. Al fin, la corriente lo depositó en la isla de Ogigia, donde la diosa Calipso lo recogió y lo retuvo durante siete años y le dio un hijo. Esperaba que se casase con ella y así volverlo inmortal, pero Ulises suspiraba por su hogar en Itaca, por su esposa Penélope, y por Telémaco, su hijo. Atenea que admiraba a Ulises más que a cualquier otro mortal tomó medidas para llevarlo salvo a casa. Envió por medio de Hermes un recado a Calipso, en que le ordenaba facilitar a Ulises su salida de la isla.
 
Contra su deseo, la ninfa ayudó a construir una balsa y le dio provisiones. Mientras Ulises navegaba en su balsa, Poseidón lo espiaba y, acordándose de su hijo, el cíclope Polifemo, desató una tormenta terrible. Las olas furiosas hicieron pedazos la balsa de Ulises, el que se hubiera ahogado si la ninfa Inone no le hubiese dado su chal para sostenerlo encima de las aguas, mientras que Atenea lo guiaba hacia el país de los feacios.
 
Allí en la playa se encuentra con Nausica, la hija del rey, que lo conduce a la cuidad y lo presenta ante sus padres, Alcinoo y Arete. Aquí es objeto del trato más amable y hospitalario y, cargado de presentes, los reacios, a bordo de uno de sus maravillosos navíos, lo conducen a su país, al cual arriba después de veinte años de ausencia.
 
Odiseo, a quien creían desaparecido en el mar, llega a su casa a tiempo para evitar el desastre que amenazaba a su hogar. Más de un centenar de jóvenes de la nobleza de Ítaca y de las islas vecinas se habían presentado como pretendientes a la mano de la hermosa Penélope; habían perseguido a Telémaco, hijo de Odiseo, que ahora ya era un hombre, y derrochaban los bienes del ausente soberano.
 
Penélope, para alejar a los pretendientes, había fijado un plazo para decidirse por alguno de ellos. El mismo finalizaría cuando acabase de tejer una prenda de abrigo para su suegro, que destejía durante las noches.
 
Al cabo de este tejer y destejer, una de sus sirvientas reveló el secreto a los pretendientes, Penélope no tuvo más remedio que terminar la labor. Prometió entonces que elegiría a aquel que triunfara en un concurso de tiro de arco, empleando para ello el arco de Odiseo, con la esperanza de que ninguno de sus pretendientes fuera capaz de manejar el arma.
 
Disfrazado por la diosa Atenea de mendigo, el día anterior al concurso llega Odiseo a la isla. Acude a la cabaña del pastor Eumeo, quien lo recibe hospitalariamente, aunque sin reconocerlo. La misma diosa hace que Telémaco, el hijo de Odiseo, se reúna con su padre en el mismo sitio y ambos planean la venganza contra los pretendientes.
 
Cuenta la leyenda que al llegar disfrazado a su casa, Odiseo sólo fue reconocido por su vieja sirvienta y por su perro.
 
Disfrazado de mendigo se presenta Odiseo en su casa, donde con gran dominio de si mismo contiene su ira ante la arrogancia de los pretendientes, quienes lo trataban con el mayor desprecio. Al siguiente día se realiza la prueba de tiro. Consistía en disparar, a través de los mangos de doce hachas, con el arco de Odiseo. Ninguno de los pretendientes es capaz de doblar y tensar el arco y Odiseo ante el asombro de todos, realiza la proeza. Luego, ayudado por Telémaco, Eufemo y otro pastor y la alentadora presencia de Atenea, da muerte con sus flechas a los pretendientes.
 
Logrado su triunfo y dueño ya de su casa, Odiseo se da a conocer a Penélope, y visita a su anciano padre.
Se dice que Atenea lo rejuveneció 20 años para complacencia de su esposa Penélope.
 













-------------------------- *** 
--------------------------
6.07 ORFEO
 
Es el hijo de Apolo y de la musa Calíope. Su padre le regaló una lira y le enseñó a tocarla, lo que hizo a tal perfección que nadie podía resistir el encanto de su música. Orfeo era capaz no sólo de calmar a sus compañeros mortales, sino también a las bestias salvajes, las que eran aquietadas con sus notas y se reunían alrededor de él extasiadas con su música. Se dice que detenía el curso de los ríos y que los árboles y las rocas también eran sensibles a su encanto.
 
Con su música enamoró a la bella Eurídice y más tarde logró dormir al terrible Cerbero cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla. (ver Orfeo y Eurídice al final de este capítulo)
 
Desde el siglo VI a. C. en adelante fue considerado como uno de los principales poetas y músicos de la Antigüedad, fue el inventor de la cítara y quien añadió dos cuerdas a la lira: antes, la lira tenía siete cuerdas; ahora tiene nueve, en honor a las nueve musas.
 
Jasón, el líder de los Argonautas, había sido informado por Quirón de que sólo con la ayuda de Orfeo se podría pasar indemne a través del estrecho de las Sirenas, por lo que acompañó a los Argonautas en busca del vellocino de oro.
 
Además de músico practicó las artes de la magia, en especial la astrología. Fundó o hizo accesibles cultos importantes, como los de Apolo y Dionisos; instituyó ritos místicos, prescribió rituales iniciatorios y de purificación. Se dice que visitó Egipto y que allí se familiarizó con los escritos de Moisés, y con la doctrina de una vida futura.
 
Se atribuye a Orfeo el haber reformado el culto Dionisíaco, este era, en su forma original, salvaje y en alguna forma repulsivo. No fue así como influenció a los filósofos, sino en su versión más espiritualizada atribuida a Orfeo, quien sustituyó la embriaguez física por la espiritual.
 
LA MUERTE DE ORFEO
 
 Según cuenta Ovidio, Orfeo después de su fallido intento de rescatar a su amada Eurídice, intentó regresar al inframundo, pero Caronte le negó este segundo intento del paso por el río Leteo, así que Orfeo se retiró a los montes Ródope y Hemo, donde permaneció tres años evitando la unión amorosa con cualquier mujer, a pesar de que se le ofrecieron muchas ninfas. Los tracios decían que él inventó la homosexualidad, fue el primer pederasta.
 
Las Bacantes tracias trataron de seducirlo pero al ser rechazadas se sintieron despreciadas por él. Apresaron a los animales que lo acompañaban y a él lo apedrearon, lo despedazaron y esparcieron sus miembros. Su cabeza y su lira fueron arrojadas al río Hebro; desde allí, la cabeza, que a todo esto seguía cantando una música maravillosa, fue a parar a la isla de Lesbos, patria de grandes poetas y poetisas. En Lesbos fue enterrada con todos los honores por sus habitantes y por fin pudo descansar el alma del poeta en compañía de su amada Eurídice en el Erebo. Se dice que es el único que está contento en el inframundo.
 
Tras morir, Apolo transportó su lira al cielo, donde quedó fijada como constelación.
 
Según Platón, los dioses del infierno sólo le presentaron una aparición de Eurídice, y que los dioses impusieron a Orfeo el castigo de morir a manos de mujeres por no haber tenido el arrojo de morir por amor.
 
EL ORFISMO
 
El descenso de Orfeo al reino de los muertos se convirtió en el punto de fuga de un complejo movimiento místico: los órficos. Según ellos, en el mito se encontraban todos los detalles para conocer los dominios de Hades, y, por ende, para escapar de la pesada muerte en que creían los griegos. Así, la iniciación en los misterios órficos debía consistir en desentrañar claves y mensajes ocultos en las narraciones míticas que pululaban en torno a Orfeo, con el objetivo de obtener la placentera inmortalidad. De ahí que tal vez fueran los primeros en creer en una posible trasmigración o reencarnación de las almas; lo cual también asumirían los pitagóricos y, en cierta medida, Platón.
 
El Orfismo desembocó en una religión sectaria durante el siglo VI a.C. en Grecia, en la que sus seguidores consideraban a Orfeo el fundador de un credo que despreciaba al cuerpo como una jaula en la que el alma estaba encerrada. Solamente después del ciclo de muerte y renacimiento quedaba liberada de su confinamiento. Parece probable que pensadores y filósofos más tardíos como Platón estuviesen influidos por ese modo de pensar.
 
Pasajes poéticos grabados en tablillas de oro encontradas en las sepulturas de los adeptos órficos, indican que el orfismo se basaba en una cosmogonía centrada en el mito del dios Dioniso, el dos veces nacido.
 











-------------------------- *** 
--------------------------
6.07.1 ORFEO Y EURÍDICE
 
Eurídice era una ninfa que atraída por su música, conoció a Orfeo y ambos se enamoraron perdidamente.
Himeneo, el dios de las nupcias, había sido invitado para bendecir con su presencia la boda de Orfeo con Eurídice; aunque asistió, no trajo buenos augurios. Su antorcha desprendía mucho humo por lo que llenaba de lágrimas los ojos de los presentes, lo que era un mal presagio.
 
En coincidencia con esos pronósticos, Eurídice, poco después de su matrimonio, mientras vagaba con las ninfas, sus compañeras, fue vista por el pastor Aristeo, quien impactado por su belleza trató de seducirla. Ella huyó y en su huida pisó una serpiente, fue mordida en el pie y murió.
Destrozado por la pena, Orfeo cantó su dolor a todos los que podían escucharlo, tanto a los dioses como a los hombres, y como nadie le atendía, resolvió ir a buscar a su esposa a las regiones de los muertos, al Hades. Descendió por una cueva situada en la ladera del promontorio de Ténaro hasta llegar a la laguna Estigia, distrayendo y embelesando a todos con su música. Pasó a través de multitud de fantasmas y almas en pena y se presentó ante el trono de Hades y Perséfone. Acompañando sus palabras con la lira, cantó:
 
 "Oh deidades del infra mundo, al que todos nosotros los que vivimos vamos a llegar, oíd mis palabras, porque son verdaderas.”
 
“He venido no para espiar los secretos del Tártaro, ni para probar mi fuerza contra el perro de tres cabezas con pelos sinuosos que custodia la entrada. Vengo a buscar a mi esposa, a quien pese a sus pocos años de vida, la ponzoña de una serpiente venenosa la trajo a un final prematuro”.
 
“El Amor me ha traído hasta aquí, el Amor, un dios todopoderoso que domina a nosotros los que moramos en la tierra, y, si las viejas tradiciones de ese dios son verdaderas, no serán menos poderosas aquí. Les imploro por estas moradas llenas de terror, estos reinos del silencio y de cosas no creadas, que unas de nuevo el hilo de la vida de Eurídice. Todos estamos destinados a llegar aquí y tarde o temprano tendremos que pasar a vuestro dominio. Ella también cuando haya llegado al término de su vida, será vuestra con toda justicia. Pero hasta entonces concédanmela a mí, os lo suplico.”
 
“Si me lo niegan, no puedo volver solo, Uds. habrán triunfado y la muerte será de los dos.”
 
Mientras cantaba estas tiernas y delicadas melodías, hasta los fantasmas derramaron lágrimas. Tántalo, a pesar de su sed, se detuvo por un momento en sus esfuerzos por el agua, la rueda de Ixión se detuvo, el buitre dejó de desgarrar el hígado de Prometeo, las hijas de Danaus descansaron de su tarea de sacar agua en un colador, y Sísifo se sentó en su roca para escuchar. Se dice que por primera vez las mejillas de las Furias se mojaron con lágrimas.
 
Perséfone no pudo resistir y el propio Hades se rindió. Convocaron la presencia de Eurídice.
 
Ella estaba entre las almas recién llegadas. Vino cojeando con su pie herido. A Orfeo se le permitió llevársela con una condición, ella lo seguiría y él no debía darse vuelta para mirarla hasta que hubieran llegado al mundo superior. Bajo esta condición se procedió, ella siguiéndolo, por el camino que conduce a través de pasajes oscuros y empinados, en total silencio, hasta que casi habían llegado a la desembocadura del mundo superior, cuando Orfeo, en un momento de olvido, para asegurarse que ella todavía lo seguía, echó un vistazo detrás de él con lo que al instante ella comenzó a desaparecer.
 
Estiraron sus brazos para tratar de abrazarse, pero solo abrazaron el aire. Eurídice no pudo reprocharle a su marido por morir por segunda vez, porque ¿cómo culparlo por su impaciencia por verla? "Adiós," dijo ella, "el último adiós" - y fue llevada lejos de allí, tan rápido que el sonido apenas llegó a los oídos de Orfeo.
 
Orfeo trató de seguirla, y suplicó permiso para volver e intentar una vez más su liberación; pero el barquero Caronte lo rechazó y le negó la pasada. Permaneció siete días en el borde de la laguna Estigia, sin comer ni dormir; amargamente acusó la crueldad de los poderes del Erebo, y ya en el mundo de los vivos, cantó sus quejas a las rocas y las montañas, provocando el derretimiento de los corazones de los tigres y leones y moviendo a los robles de sus lugares. Se mantuvo al margen de género femenino, que le recordaba constantemente su triste desventura.
 
Las doncellas tracias se esforzaron para cautivarlo, pero él rechazó sus avances. Trataban de estar con él siempre que podían; pero siempre lo encontraban insensible. Un día, excitada por los ritos de Dioniso, una de ellas exclamó: "Miren, allá está quien nos desprecia!" y le tiró su jabalina. El arma, tan pronto como llegó al sonido de su lira, cayó inofensiva a sus pies. Así también lo hicieron las piedras que lanzaron contra él.
 
Pero las mujeres, cual bacantes, aumentaron sus gritos y ahogaron su música, por lo que los proyectiles le llegaron, lo hirieron y lo llenaron de sangre. Las enloquecidas maniáticas le arrancaron miembro por miembro, y arrojaron su cabeza y su lira al río Hebrus, por el que flotaban, murmurando música triste, a la que respondían las orillas con una sinfonía quejumbrosa. Las Musas recogieron los fragmentos de su cuerpo y los enterraron en Libethra, donde se dice que un ruiseñor canta sobre su tumba más dulcemente que en cualquier otra parte de Grecia. Su lira fue colocada por Júpiter entre las estrellas (constelación de Lyra).
 
Su alma pasó por segunda vez al Hades, donde buscó a su Eurídice y la abrazó con los brazos ansiosos. Ahora vagan por los campos del Erebo, felices, juntos ahora, a veces ella adelante y Orfeo la mira cuidadosamente, para no incurrir en una penalización por alguna mirada irreflexiva.
 
Según relata Platón, los dioses del infierno sólo presentaron a Orfeo una aparición de Eurídice. No le entregaron a su amante porque les parecía que se mostraba cobarde porque no había tenido el arrojo de morir por amor, sino que había buscado el medio de penetrar con vida en el Hades.
 
La leyenda de Orfeo y Eurídice ha sido representada en las bellas artes en múltiples obras. El amor, la fidelidad y la búsqueda de la felicidad perdida de Orfeo, hasta en el mismísimo inframundo, inspiró a los artistas que lo siguieron.

 


 
-------------------------- *** --------------------------

6.08 PARIS, HELENA Y LA GUERRA DE TROYA
Sep-2014
 
En la mitología griega, Paris, también llamado Alejandro, fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba.
 
No era un guerrero, sino un bello pastor, algo afeminado, protegido por Afrodita y por Apolo, que tardíamente participó en la defensa de Troya. Irónicamente, una de sus flechas, guiada por Apolo, dio en el talón del gran héroe griego Aquiles, causándole la muerte.
 
Hécuba, reina de Troya, tuvo un sueño durante su embarazo: soñó que daría a luz a una antorcha que incendiaría la ciudad. Ésaco, hermanastro del futuro príncipe, poseía el don de interpretar los sueños y aconsejó que, a su nacimiento, abandonaran al recién nacido. Fue así como Príamo, el rey y padre de la criatura, ordenó a su criado Agelao que abandonara al pequeño en el Monte Ida. Agelao, en último momento, se apiadó del recién nacido y decidió criarlo como si fuera su hijo.
 
El pequeño creció aislado, como pastor, con el nombre de Paris, y se hizo un joven guapo y fuerte que dominaba el arte de la música. Su primera historia de amor la vivió con la ninfa Enone, hija del dios-río Cebrén. Ella, que también poseía el don de la profecía y la medicina, predijo que sería ella la única que podría salvarlo de una herida de muerte.
 
Príamo, rey de Troya y padre biológico de Paris, celebraba todos los años juegos en honor a su hijo, que creía muerto. En una ocasión, destinó su toro favorito como premio en los susodichos juegos. Paris, que fue uno de los jugadores, ganó y se hizo con el toro, haciendo nacer en sus hermanos la indignación al creer que habían sido derrotados por un simple pastor. Dispuestos a matarlo, fueron detenidos por Casandra hermana de Paris, quien gracias a sus poderes adivinatorios reconoció que el simple pastor era el hijo del rey Príamo. (ver más de Casandra)
 
EL JUICIO DE PARIS
 
Eris, la diosa de la Discordia, molesta por no haber sido invitada a las bodas de Peleo y Tetis (padres de Aquiles), a la que habían sido convidados todos los dioses, urdió un modo de vengarse sembrando la discordia entre los invitados: se presentó en el sitio donde estaba teniendo lugar el banquete, y arrojó sobre la mesa una manzana de oro, que habría de ser para la más hermosa de las damas presentes.
 
Tres diosas: Atenea, Afrodita y Hera, se disputaron la manzana produciéndose una gran confusión y disputa, por lo que tuvo que intervenir el padre de todos los dioses, Zeus. Éste decidió encomendar la elección a un joven mortal, apartado de los azares de los dioses, llamado Paris, que era hijo del rey de Troya.
 
El dios mensajero, Hermes (Mercurio), fue enviado a buscarlo; localizó al príncipe-pastor y le mostró la manzana de la que tendría que hacer entrega a la diosa que considerara más hermosa. Zeus lo había elegido por haber vivido como pastor, alejado y separado del mundo y de las pasiones humanas. Así, se esperaba de él, que su juicio fuera absolutamente imparcial.
 
Cada una de las diosas pretendió convencer al improvisado juez, intentando incluso sobornarlo. La diosa Hera, esposa de Zeus, le ofreció todo el poder que pudiera desear, o, también, el título de Emperador de Asia; Atenea, diosa de la inteligencia, le ofreció la sabiduría o, según otras versiones, por ser además diosa de las guerras justas, la facultad de vencer en todas las batallas a las que se presentase; Afrodita, le ofreció el amor de la mujer más bella del mundo.
 
Se discuten varias versiones sobre la desnudez o no de las diosas: una primera que indica que todas se desnudaron para mostrar así su belleza física al mortal; una segunda que indica que únicamente lo realizó Afrodita para mostrar su belleza y por ello ganó; y una última que niega que las diosas se hayan desnudado. No obstante en el arte se ha representado a las diosas desnudas ante Paris.
 
Paris se decidió finalmente por Afrodita, y su decisión trajo graves consecuencias para su pueblo, ya que la hermosa mujer por la que Afrodita hizo crecer el amor en Paris, era Helena, la hija de Zeus y Leda y esposa del rey de Esparta, Menelao.
 
EL RAPTO DE HELENA
 
Paris en su paso por Esparta, donde reinaba Menelao y su esposa Helena, la mujer más hermosa del mundo que le había prometido Afrodita. El príncipe troyano no tardó en enamorarla con la ayuda de la diosa y, aprovechando que Menelao estaba en Creta celebrando los funerales de su abuelo, Paris y Helena se fugaron a Troya.
 
Algunas versiones dicen que la joven fue raptada y que no se marchó por su propia voluntad y otras dicen que la fuga con Paris fue una fantasía romántica de ella.
 
A su llegada a Troya, los ciudadanos no aceptaron a Helena, pues lo consideraban una ofensa hacia el rey Menelao y quisieron devolverla. A pesar de ello, la decisión de la familia real troyana fue que Helena se quedara en Troya con Paris. La ninfa Enone, primer amor de Paris, y su padre, Cebrén, se marcharon despechados de la ciudad.
 
El rapto de Helena enfureció a Menelao y convocó a los reyes aqueos, entre ellos Agamenón, su hermano, a Aquiles y Odiseo entre muchos otros, y declaró la guerra a Troya para recuperar a Helena, hechos que narra Homero en la Ilíada.
 
Durante la guerra, que duró diez años, se dice que fue Paris quién mató a Aquiles el gran héroe griego, disparándole una flecha que, guiada por el dios Apolo, dio en el único punto vulnerable: su talón.
 
En otro episodio de la guerra, Paris retó a duelo a Menelao: quien ganara se quedaría con Helena. Paris resultó herido y habría muerto de no haberlo salvado Afrodita que bajó imprudentemente al campo de batalla para llevarlo a las murallas.
 
El príncipe herido envió un emisario a la morada de su primer amor, Enone, la única que podía salvarlo. La ninfa se negó a ir a curarlo en un primer momento, pero arrepentida fue en su auxilio sin llegar a tiempo: Paris había muerto. Enone se suicidó arrojándose sobre la pira en la que era incinerado su amor.
 











-------------------- *** -------------------

6.09 PERSEO y la MEDUSA
Ago-2014
 
Perseo era hijo de Zeus y de la mortal Danae. Fue uno de los heroicos semidioses que junto a Heracles y Teseo, llevaron a cabo numerosas tareas sobrenaturales. Su historia comienza en Argos.
 
Acrisio, rey de Argos había encerrado a su hija Dánae en una torre de bronce para evitar que ella concibiese un hijo, debido a que un oráculo le había asegurado que su propio nieto lo mataría. Pero Zeus se fijó en ella y enamorado la visitó subrepticiamente en forma de lluvia de oro y la seduce resultando de ello el nacimiento de Perseo. Acrisio, sorprendido, encerró a Danae y su hijo Perseo en un cofre y los arrojó al mar, pero gracias a la protección de Zeus, el cofre llegó a salvo a la isla de Sérifos, donde Dánae y su hijo fueron acogidos por Dictis, hermano del rey Polidectes de esa isla.
 
Perseo creció con su madre junto al rey Polidectes, pero el rey se enamoró de Dánae y decidió librarse del muchacho, que ya cuidaba de su madre. Por ese motivo le encargó que le trajese la cabeza de la Gorgona Medusa, algo imposible dada las facultades del monstruo, que convertía en piedra al que osase mirarla a los ojos, aparte que no se sabía claramente donde habitaba. (ver más de las Gorgonas)
 
Afortunadamente, Perseo contó con la ayuda de Atenea, que estaba enemistada con la Medusa a causa de que Poseidón había violado a la Medusa en un santuario dedicado a Atenea. La diosa le dio a Perseo un escudo de bronce tan bruñido que todo lo reflejaba nítidamente como un espejo y lo instruyó de lo que tenía que hacer para capturar a la Medusa.
 
Primero debería visitar a las Grayas, hermanas de las Gorgonas, tres brujas ancianas - dos según algunas versiones - que vivían en el norte de África y que compartían entre las tres un solo ojo y un solo diente. Perseo les robó el único ojo y les obligó a indicarle la forma de llegar donde las Gorgonas, lo cual aceptaron a cambio de la devolución del ojo, que Perseo finalmente arrojó al agua para que no pudiesen advertir a nadie de sus intenciones. 
 
Unas ninfas le consiguieron a Perseo el casco de Hades que lo hacía invisible y un morral en donde meter la cabeza de la Medusa cuando la hubiera atrapado. Hermes le prestó sus sandalias aladas y le dio un sable mágico.
 
Con la ayuda de todos los regalos, Perseo voló hasta el hogar de las Gorgonas junto al Océano. Las tres hermanas se habían dormido y Perseo pasó entre ellas con cuidado, sin perder de vista a la Medusa sirviéndose de su bruñido escudo para no mirarla directamente y evitar de ese modo que lo convirtiera en piedra. Cortó la cabeza llena de serpientes del monstruo con el sable de Hermes y la puso en el saco. La sangre derramada por Medusa originó al gigante Crisaor, rival de Heracles y al caballo alado Pegaso.
 
Según Ovidio, el primer encuentro que tuvo Perseo a su regreso, fue con el titán Atlas, a quien se presentó como hijo de Zeus. Perseo no fue bien recibido porque un oráculo le había dicho a Atlas que un hijo de Zeus le robaría las manzanas del jardín de las Hespérides. Cuando el gigante adoptó una postura amenazante, el héroe le mostró la cabeza de la Medusa y lo convirtió en piedra, pasando a ser así la cadena montañosa que conocemos con el nombre de Atlas en África.
 
Perseo continuó su viaje hacia el oeste y llegó a Etiopía, donde vio a una bella muchacha encadenada a una roca junto al mar. Era Andrómeda, la hija del rey Cefeo, que estaba a punto de ser sacrificada a un monstruo marino como acto conciliador por las arrogantes palabras de su madre Casiopea. Perseo quedó prendado de Andrómeda y decidió liberarla, vio aparecer al terrible monstruo de las profundidades del mar para devorar a Andrómeda y les dijo a sus desesperados padres que la salvaría si prometían convertirla en su esposa. Cefeo y Casiopea aceptaron de inmediato e incluso le ofrecieron el reino como dote. Perseo se abalanzó sobre la bestia y le clavó su sable. Sus sandalias aladas le permitieron huir inmediatamente del ataque del monstruo, que murió poco después de ser atravesado.
 
La boda de Perseo y Andrómeda no fue tan feliz como ellos querían. Su padre, Cefeo ya había prometido a Andrómeda a su hermano Fineo, que no se conformó con las explicaciones del rey. Con un gran número de seguidores, Fineo apareció en la celebración del matrimonio, convirtiéndola en un baño de sangre en el que hubo numerosas víctimas. Perseo tuvo que utilizar la cabeza de la Medusa, su arma más mortífera para convertir en piedra a Fineo y sus seguidores.
 
Años después, cuando Andrómeda le había dado un hijo a Perseo, la pareja viajó a Sérifos, llegando a tiempo de rescatar a su madre y a Dictis de las manos de Polidectes. Polidectes no quiso creer que Perseo hubiese regresado con la cabeza de la Medusa y trató al héroe con desprecio. Perseo le mostró la cabeza de la criatura y Polidectes se convirtió en piedra.
 
Perseo convirtió a Dictis en rey de Sérifos y prosiguió su viaje hasta Argos, que era el reino de su abuelo. Acriso, recordando la predicción en el sentido de que moriría a manos de su nieto, temió que su final estaba cerca y huyó a Tesalea, aunque no pudo escapar a su destino. Perseo lo siguió hasta allí y ambos se encontraron compitiendo en los juegos locales en honor del rey. Durante una de las pruebas, un disco lanzado por Perseo se desvió y cayó sobre la cabeza de Acriso y le mató.
 
De vuelta en Argos, Perseo convirtió en piedra al usurpador Preto y él ascendió al trono del lugar, algunos piensan que se trataba de la ciudad-estado de Tirins. Como quiera que fuere, allí se quedó a vivir felizmente con Andrómeda, que le dio otros cinco hijos y una hija.
 
Después de su muerte, la que había sido su gran protectora: Atenea, lo subió a los cielos y lo convirtió en una constelación. Ese mismo honor lo recibieron Andrómeda y sus padres.
 
Atenea colocó la cabeza de la Medusa en la égida, el escudo de su padre Zeus haciéndolo aún más terrible, escudo que Zeus presta a su hija preferida cuando ésta se necesita.
 









-------------------- *** -------------------
6.10 TESEO Y EL MINOTAURO
Ago-2014
 
Teseo fue un mítico rey de Atenas, hijo de Etra y Egeo, aunque según otra tradición su padre fue Poseidón, el dios del mar, quien habría abusado sexualmente de Etra en el templo de Atenea.
Mientras Hércules es el héroe dorio por excelencia, con un carácter más universal, ya que su padre fue Zeus y por lo tanto tiene la categoría de semidiós, Teseo varonil y hermoso pero mucho más modesto, es el héroe ateniense por antonomasia, mucho más humano, aunque alguna versión lo crea hijo de Poseidón.
 
El rey Egeo, que no había tenido descendencia con su esposa, fue a consultar al oráculo de Delfos, que le respondió: «No abras tu odre hasta que regreses a Atenas.» Él no comprendió el oráculo pero Piteo, padre de Etra, sí lo entendió. Lo que el oráculo había querido decir era que la primera mujer con la que yaciera tendría un hijo que sería su heredero al trono de Atenas. Como Piteo deseaba que su hija diera a luz al heredero del trono ateniense, emborrachó a Egeo y consiguió que fecundara a Etra.
 
Tras la concepción de Teseo, Egeo, por temor a los Palántidas, sus sobrinos que querían el trono, decidió que su hijo no pasara la niñez con él y escondió su espada y sus sandalias bajo una roca que el niño no pudiera mover hasta que fuera lo suficientemente fuerte. Así que la infancia de Teseo transcurrió en compañía de su madre, lejos de Atenas, en la ciudad de Trecén. Cuando cumplió dieciséis años su madre le reveló el secreto de su paternidad, y acto seguido Teseo fue a probar y pudo levantar la roca, calzarse las sandalias, armarse con la espada de su padre e inició viaje a Atenas para ser reconocido como hijo del rey.
 
EL VIAJE HACIA ATENAS
 
Teseo, que desde muy joven había destacado por su fuerza y su valentía, decidió dirigirse a Atenas en solitario sin temor de los peligros que podía entrañar el viaje. Al contrario, deseaba emular las hazañas de su admirado Heracles, a quien lo unió una buena amistad.
 
El primero en experimentar su valor fue Perifetes, hijo de Hefesto, salteador de caminos, que, a pesar de que era cojo, dominaba a la perfección una enorme maza de bronce con la que mataba a los viajeros: la misma maza que tan útil le sería a Teseo en el futuro, pues se quedó con ella tras darle muerte.
 
Otro de los bandidos a los que debió enfrentarse fue Sinis, el doblador de pinos, que tenía una manera peculiar de deshacerse de sus enemigos: doblaba dos pinos próximos, ataba las copas entre sí con un brazo de su víctima a cada una de ellas. Luego soltaba los árboles que, al enderezarse violentamente, desgarraban el cuerpo del desgraciado. Teseo, después de acabar con Sinis de la misma manera en que él acababa a sus víctimas, mantuvo una relación amorosa con su hija Perigune de quien tuvo un hijo: Melanipo.
 
Después se enfrentó con Escirón, hijo de Pélope y descendiente de Tántalo, quien obligaba a los viajeros a lavarle los pies en el mar. Luego los arrojaba al mar donde una tortuga al servicio de Hades los devoraba. Teseo se negó y cogiéndolo por los pies lo arrojó al mar.
 
Cerca del pueblo de Eleusis, un bandido llamado Cerción retaba a los viajeros a luchar con él en un duelo desigual y nadie lo vencía. Solo Teseo lo hizo, levantándolo y arrojándolo fuertemente contra el suelo.
 
No lejos de ahí vivía Procustes, un hermoso bandido que tenía el hábito de tomar a los transeúntes para deformarlos. Primero los seducía, los ataba a la cama y amordazaba; en ella daba entonces comienzo a una atroz tortura. A los altos los metía en una cama pequeña y les cortaba los pies y las manos hasta que cabían. A los más pequeños los metía en una cama grande y los estiraba con cuerdas y palancas. Teseo lo mató de la misma forma en que él mataba a sus víctimas: lo sedujo con juegos, lo ató y amordazó en la cama más pequeña, dada su altura. Luego lo torturó, le cortó los pies y finalmente la cabeza.
 
EN ATENAS
 
Teseo continuó su viaje y llegó a Atenas, pero se encontró con un inconveniente: su padre se había casado con Medea, la que había sido esposa de Jasón y de esta unión había nacido un hijo al que habían llamado Medo.
 
Ante esta situación inesperada, Teseo decidió esperar un poco antes de darse a conocer. Pero Medea, que era hechicera, lo reconoció y vio en él un peligro para que su propio hijo accediera al trono de Atenas. Así que trazó un plan. El joven había acudido al palacio de incógnito precisamente para evitar los ardides de su madrastra, lo que aprovechó esta para convencer a Egeo de que el recién llegado era un traidor. El rey se dispuso entonces, sin reconocerlo, a deshacerse de él ordenándole luchar contra el toro de Maratón.
 
Pero el toro fue derrotado y Teseo fue invitado a un banquete en el palacio para celebrar la victoria. Una vez allí Egeo puso veneno que le había dado Medea en la copa del muchacho pero la casualidad salvó su vida. Para cortar la carne, Teseo sacó la espada que le había dado su madre. Egeo reconoció su arma, comprendió lo que ocurría y arrebató a su hijo la copa de los labios. Habiendo fracasado en su empresa, Medea decidió huir con su hijo o fue expulsada por Egeo.
 
Teseo fue reconocido oficialmente como hijo y sucesor del rey, lo que provocó la rebelión de los hijos de Palante, hermano de Egeo, los Palántidas, ya que uno de ellos habría sido el sucesor en caso de que Egeo no hubiera tenido descendencia. Teseo, haciendo alarde de su astucia militar, consiguió acorralar a sus adversarios y dio muerte a gran parte de ellos, los restantes se dieron a la fuga. Teseo fue aclamado por los atenienses y reconocido como futuro rey.

VIAJE DE TESEO A LA ISLA DE CRETA
 
Minos el rey de Creta, era hijo de Zeus y de Europa. Se convirtió en rey de Creta con ayuda de Poseidón, dios de los mares y éste le envió un espléndido toro blanco para que lo sacrificara en su honor. Pero Minos se guardó para sí el bello toro y sacrificó otro de menor categoría, con lo que despertó la ira del dios. Para vengarse, Poseidón indujo a Pasifae, esposa de Minos, a enamorarse del bello animal y dejarse poseer por él. De esa unión nació el Minotauro, un ser monstruoso mitad hombre, mitad toro. El Minotauro se alimentaba sólo de carne humana y conforme crecía era más y más salvaje. Para esconder su vergüenza y proteger a su pueblo, el rey Minos pidió al arquitecto Dédalo que le construyera un laberinto para ocultarlo y del que el monstruo nunca pudiera salir.
 
Creta, en un enfrentamiento anterior, derrotó a Atenas, producto de lo cual Atenas debía enviar un tributo a Creta, que consistía en siete doncellas y siete jóvenes, que serían destinados a ser alimento del monstruo Minotauro. Teseo se presentó ante su padre para que le permitiera ser parte de la próxima ofrenda y lo dejara acompañar a las víctimas para enfrentarse al Minotauro. Egeo acepto el reto de su hijo. Las naves en las que viajaban las víctimas ofrendadas llevaban velas negras como señal de luto, esta vez el rey pidió a Teseo que si regresaba vencedor cambiara por velas blancas, para que supiera, aun antes de que llegase al puerto de Atenas, que estaba vivo. Teseo se lo prometió.
 
Durante la travesía, el rey Minos, que iba también en la expedición, se enamoró de una joven llamada Eribea. Minos quiso unirse a ella por la fuerza y Teseo se le opuso. En la consiguiente disputa, Minos indicó a Teseo su filiación divina, y obtuvo de su padre Zeus truenos y relámpagos. Teseo replicó que él también tenía filiación divina, puesto que era hijo de Poseidón. Minos arrojó su anillo al mar y desafió a Teseo que demostrara su condición divina. Teseo se arrojó al agua y fue conducido por delfines a presencia de Anfítrite, esposa de Poseidón, ésta le dio el anillo y además le regaló una corona con la que volvió triunfante al barco.
Ir al Índice
TESEO Y EL MINOTAURO
 
Al llegar a Creta, la princesa Ariadna, hija del rey Minos, se enamoró de él y le dijo que lo ayudaría a derrotar a su horrible hermano (el Minotauro) a cambio de que se la llevara con él de vuelta a Atenas y la convirtiera en su esposa. Teseo aceptó. La ayuda de Ariadna consistió en dar a Teseo un ovillo de hilo que este ató por uno de los extremos a la puerta del laberinto. Así al entrar en el laberinto Teseo fue desenrollando el hilo hasta encontrarse con el Minotauro, al que dio muerte en una feroz lucha. Para regresar siguió hacia atrás el hilo de Ariadna y así pudo salir del laberinto e inmediatamente, acompañado por el resto de atenienses y por Ariadna, embarcó de vuelta a Atenas, tras hundir los barcos cretenses para impedir una posible persecución.

VUELTA A ATENAS
 
Durante el viaje de vuelta, Teseo decidió desembarcar en la isla de Naxos. De allí volvió a partir sin Ariadna. El motivo de este abandono es controvertido: algunas versiones señalan que Teseo la abandonó por su propia voluntad, otros dicen que fue por orden de los dioses para que esta fuese más tarde encontrada por Dionisio y pudiera casarse con él como así ocurrió. El abandono de Ariadna por el hombre que amaba y al que ayudó, ha sido usado para hermosas obras, en las artes y en la música.
 
Al divisar la galera desde el puerto de El Pireo en Atenas, el rey Egeo vio las velas negras puesto que Teseo había olvidado cambiarlas por velas blancas y, creyendo que su hijo había muerto, se suicidó lanzándose al mar. A partir de entonces recibió el nombre de mar Egeo. Teseo, heredó el trono de Atenas y años después se casó con una hermana de Ariadna llamada Fedra.
 
LAS AMAZONAS
 
Después de que Heracles obtuviese en uno de sus doce trabajos el cinturón de la amazona Hipólita, Teseo, que participó en la expedición, secuestró a una amazona llamada Hipólita (no hay claridad en el nombre, puede ser Antíope, o bien Melanipa). Las amazonas atacaron entonces Atenas para rescatar a la raptada, pero fueron derrotadas por los atenienses. Teseo se casó con Hipólita, con la que tuvo un hijo llamado Hipólito. Pero después abandonó a Hipólita y terminaría casándose con Fedra. Hipólita intentó vengarse llevando a las amazonas a la boda de Teseo y Fedra con la intención de matarlos, pero fracasó al ser muerta por los invitados de Teseo.
 
HIPÓLITO
 
Hipólito, el hijo que Teseo había tenido con la amazona, se distinguía por su pasión por la caza y las artes de guerra. Veneraba a Artemisa, diosa virgen de la caza, y en cambio detestaba a la diosa del amor Afrodita. Afrodita, ofendida por el desprecio del chico, suscitó en Fedra una terrible pasión por Hipólito. Fedra ahora esposa de Teseo, era por lo tanto madrastra de Hipólito. Estando Teseo ausente, Fedra se ofreció al casto joven, pero este la despreció. La mujer, despechada, se ahorcó dejando una nota inculpatoria en la que decía que Hipólito había tratado de violarla. Al regresar Teseo y ver la acusación contra su hijo, creyó en ella y clamó venganza a Poseidón, que envió un toro que brotó del mar y se enfrentó a Hipólito mientras este cabalgaba en su carro. El carro volcó e Hipólito fue aplastado por sus propios caballos.
 
TESEO Y PIRÍTOO
 
Pirítoo, el rey de los lapitas, había oído hablar de la fama de Teseo y para comprobarla le robó ganado. Cuando Teseo lo persiguió, Pirítoo estaba dispuesto a enfrentarse a él pero fue tal su admiración al verlo que cayó sumiso ante Teseo y se convirtió en su esclavo y amante. Teseo y Pirítoo fueron inseparables y participaron juntos en hazañas bélicas de su época: participaron en la expedición de los Argonautas para conquistar el Vellocino de oro y tomaron parte en la caza del jabalí de Calidón, también estuvieron en la lucha de los lapitas contra los centauros, que tuvo lugar en la boda de Pirítoo, cuando los ebrios centauros decidieron raptar a las mujeres.
 
Decidieron casarse cada uno con una hija de Zeus: Teseo con Helena, que aún era una niña, y Pirítoo con Perséfone. Primero raptaron a Helena y la dejaron bajo la custodia de Etra, y luego decidieron bajar al Hades en busca de Perséfone. Pero el dios Hades les tendió una trampa: les invitó a un banquete y una vez que los tuvo sentados a la mesa, los dejó adheridos a los asientos. Cuando Hércules, en su duodécimo trabajo, fue al Hades en busca del can Cerbero, los encontró allí entrampados. Hércules salvó a Teseo, agarrándolo de las manos, logró alzarlo, pero tuvo que abandonar a Pirítoo ya que, al intentar levantarlo, tembló la tierra, por lo que este se quedó para siempre en el Hades.
 
Mientras Teseo estaba en el Hades, los Dioscuros (Castor y Polux), hermanos de Helena, liberaron a su hermana, se llevaron a Etra, la madre de Teseo como esclava, hicieron huir a Demofonte y Acamante, los hijos que Teseo había tenido con Fedra, y pusieron en el trono de Atenas a Menesteo.
 
MUERTE DE TESEO
 
Después de ser rescatado por Heracles del inframundo, Teseo volvió a Atenas, pero fue expulsado de allí por Menesteo por lo que decidió establecerse en Esciro, donde tenía posesiones. Los habitantes de Esciro lo recibieron aclamándolo, lo que incomodó a Licomedes, rey de la isla, por lo que decidió darle muerte. Para ello, hizo que se despeñara desde lo alto de un precipicio, muriendo.
 
Se dice que un oráculo ordenó llevar los restos de Teseo desde la isla Esciro a Atenas por lo que fueron transportados y guardados allá, en el Teseion.
 
------------------------------------------
 
La leyenda del Minotauro y su concepción parece estar unida al culto del toro en la sociedad cretense entre los años 2000 y 1450 a.C. En las excavaciones que se han realizado en el palacio de Knossos hay muchas imágenes de hombres y mujeres danzando y haciendo acrobacias sobre los lomos del animal. Quizá existiera también un rito en el que habría que luchar contra un toro.
 










-------------------- *** -------------------

Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis